viernes, 25 de octubre de 2019

Iker Casillas, con los terroristas

No suelo ocuparme con lo que dicen los deportistas, salvo que hayan demostrado anteriormente que cuando hablan lo hacen con conocimiento de causa. Pero lo que hace o dice la gente famosa aparece siempre en primera plana, porque indudablemente hay un sector de la sociedad que les hace caso.
De Casillas tenía una pista previa y es que también apareció en los titulares de prensa que Errejón intento captarlo para su engendro político. Eso ya da idea de que su capacidad intelectual no es mucha.
Poco ha tardado en confirmarse esa presunción, como demuestra este tuit que también aparece destacado: https://twitter.com/IkerCasillas/status/1186781255481856001
El presidente del gobierno, en funciones, se vanagloria de haber cambiado unos huesos de sitio, gastando un dinero que le habría venido muy bien a mi amigo Desiderio, mientras hay un policía en la UCI al que no le hace ni caso y sus compañeros temen que les pueda ocurrir lo mismo, ya que se enfrentan a hordas que pretenden matarlos sin poder defenderse más que tímidamente. El policía que está en la UCI y sus compañeros merecen respeto, pero eso no lo pueden saber los animales.
Supongamos que esos terroristas que arrojan piedras, bolas metálicas y todo tipo de objetos y líquidos a la policía, entran en casa de Casillas, lo rompen todo, le prenden fuego, le dan a su mujer en la cabeza y la mandan a la UCI, y preguntémonos si también pediría diálogo el besugo este.
A las personas tan torpes como Casillas hay que explicarles que ser coherentes y civilizados consiste en respetar la ley y que quienes no lo hacen son delincuentes, pero que esta condición la concede un juez si considera que el destinatario de la misma ha hecho méritos suficientes.
Los policías son funcionarios a los que les pagamos el sueldo para que hagan cumplir la ley que nos protege a todos, y lo hacen, como se va viendo, con riesgo de sus vidas.
Por cierto, Casillas escribe Cataluña como le gusta al conde de Godó que se haga. 

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