No suelo ocuparme con lo que dicen los
deportistas, salvo que hayan demostrado anteriormente que cuando
hablan lo hacen con conocimiento de causa. Pero lo que hace o dice la
gente famosa aparece siempre en primera plana, porque indudablemente
hay un sector de la sociedad que les hace caso.
De Casillas tenía una pista previa y es
que también apareció en los titulares de prensa que Errejón
intento captarlo para su engendro político. Eso ya da idea de que su
capacidad intelectual no es mucha.
Poco
ha tardado en confirmarse esa presunción, como demuestra este tuit
que también aparece destacado:
https://twitter.com/IkerCasillas/status/1186781255481856001
El
presidente del gobierno, en funciones, se vanagloria de haber
cambiado unos huesos de sitio, gastando un dinero que le habría
venido muy bien a mi amigo Desiderio, mientras hay un policía en la
UCI al que no le hace ni caso y sus compañeros temen que les pueda
ocurrir lo mismo, ya que se enfrentan a hordas que pretenden matarlos
sin poder defenderse más que tímidamente. El policía que está en
la UCI y sus compañeros merecen respeto, pero eso no lo pueden saber
los animales.
Supongamos
que esos terroristas que arrojan piedras, bolas metálicas y todo
tipo de objetos y líquidos a la policía, entran en casa de
Casillas, lo rompen todo, le prenden fuego, le dan a su mujer en la
cabeza y la mandan a la UCI, y preguntémonos si también pediría
diálogo el besugo este.
A
las personas tan torpes como Casillas hay que explicarles que ser
coherentes y civilizados consiste en respetar la ley y que quienes no
lo hacen son delincuentes, pero que esta condición la concede un
juez si considera que el destinatario de la misma ha hecho méritos
suficientes.
Los
policías son funcionarios a los que les pagamos el sueldo para que
hagan cumplir la ley que nos protege a todos, y lo hacen, como se va
viendo, con riesgo de sus vidas.
Por
cierto, Casillas escribe Cataluña como le gusta al conde de Godó
que se haga.
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