El Green Deal que fluye del interior de nuestros corazones, de abrazarnos y de cuidar los unos de los otros, del impulso transformador que pone a la gente en el centro de las políticas», pero no se rían todavía, solamente recuerden, puesto que ese lenguaje pretende ser poético, estos otros versos geniales: érase una nariz superlativa, / érase una alquitara medio viva, / érase un peje espada mal barbado;
No hay que reírse, porque ahora que la UE se ha caído del guindo y ha reconocido la necesitad de las centrales nucleares, que tanto convienen a los pobres, sale ella negándose en redondo a que el gobierno español cambie su política al respecto.
Hay que recordar que el partido de esta señora siente una gran simpatía por ETA, que los terroristas hicieron valer su voz, asesinatos mediante, en este asunto, y que apoyan al gobierno actual. Es decir, esta señora no nos desea ningún bien a los ciudadanos, ella quiere que los pobres pasen frío o calor, según la estación, mientras con toda su cara dura disfruta de la lujosa y amplia casa que le pagamos los contribuyentes, y que los ancianos mueran de frío o calor, según la estación.
La ruina generalizada es el único camino que puede llevar a la instauración de la dictadura comunista que pretende, y la duda que queda flotando en el aire es si su grado de psicopatía es igual o superior al del presidente.
Esta señora que esboza una sonrisa que se pinta los labios de rojo vivo y esboza una sonrisa que pretende ser dulce, pero no le sale, no es como la de Ayuso, amenazó en el Parlamento a otro partido político, lo cual debería haber provocado su destitución inmediata. Sentada tras ella, la ministra Nadia hizo como que allí no había nadie. Las dos, Nadia y ella son incompetentes. Es cierto que Nadia se ha encumbrado en un organismo internacional, pero es porque, como ya fue dicho, huele a podrido en Dinamarca.
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