Hubo una recomendación del ministerio
del Interior que fue desoída por la alcaldesa de Barcelona (también
por los alcaldes de otras ciudades). Si se hubiese atendido el brutal
atentado de Barcelona no habría podido tener lugar, aunque ya se
sabe que se estaba preparando otro más grande aún, que no se llevó
a cabo por casualidad.
La alcaldesa de la segunda ciudad de
España pudo haberse disculpado por esa negligencia suya, que tan
trágicos resultados conllevó. También debió hacerlo Puigdemont,
el chico yeyé ese. Pero no, ni uno ni otro. Todo su interés
consiste en diferenciarse de España, también en materia policial o
antiterrorista, aunque con ello pongan en riesgo la vida de mucha
gente, no la de ellos dos. Si hubieran estado paseando de incógnito
por las Ramblas en ese momento, aunque hubieran resultado ilesos, el
miedo que habrían pasado les habría hecho abrir los ojos.
Puesto que ellos no han reconocido
ninguna culpa, ni pedido perdón, ha sido un sacerdote quien ha
señalado su responsabilidad. No ha dicho ninguna mentira el
sacerdote, cuyo nombre es Santiago Martín. Sólo se le puede
reprochar que lo dijera en lugar y momento inadecuados, pero eso
mismo lo hacen a toda hora los nacionalistas, los izquierdistas, los
populistas. Ellos tienen bula, porque nadie protesta este
comportamiento suyo.
La alcaldesa de Barcelona, lejos de
amilanarse o reconocer su culpa, ha criticado duramente al sacerdote,
diciendo que sus palabras son miserables y añadiendo que los
responsables del atentado son los terroristas. ¡Qué lista es la
alcaldesa de los barceloneses! Claro que los culpables son los
terroristas, pero si se les dan facilidades aún cometerán más
atentados.
Una de las cosas que conviene tener
claras es que sin el caprichito de las distintas Autonomías de tener
policía propia, o sea, si no hubiera transferido ninguna policial,
este atentado no se habría producido, ni tampoco otros muchos de
ETA.
Ahora bien, si los barceloneses están
contentos con Colau...
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978. El año en que España cambió de piel'
'La Guerra Civil y la Tercera España'
'Cantos al camino'
'Historias de la otra razón'
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