Puede predecirse que durante todo este
año que acaba de comenzar las gallinas seguirán sueltas por
Andoáin, como en los anteriores y cómo en todos esos lugares en los
que se da lo que Étienne de la Boétie llamó la servidumbre
voluntaria.
Estas cosas no pueden ocurrir en los
lugares en los que hay una persona razonable y cumplidora del deber
al mando, puesto que no trata de someter a nadie, sino que insta a
que todos los demás actúen del mismo modo.
La servidumbre voluntaria se da en
Cataluña, en donde una ingente cantidad de votantes opta por
aquellos que les han estado engañando todo el tiempo, y esto se ha
hecho evidente para todos y les siguen engañando y es una estupidez
no verlo, pero prefieren a quienes les quieren llevar a la ruina.
Se da también en otros muchos lugares de
España y entre ellos, sin lugar a dudas, en el País Vasco, en donde
ETA impone su ley, aunque algunos vengan con el cuento de que la
banda ha sido derrotada, pero ya se ve que no, según Covite, que es
la fuente más fiable en estos casos, en 2017 se registraron 77 actos
de enaltecimiento del terrorismo de ETA.
Cuando se constata que alguien es mala
persona hay que perder toda esperanza con respecto a ella. Las malas
personas nunca dudan, sino que hacen ejercicios malabares en sus
mentes para justificar sus canalladas, considerando que la víctima
las merecía y que en cualquier caso eran lógicas. Nadie se
considera a sí mismo como mala persona y esta gente de la que no
cabe esperar ninguna cosa buena tampoco. Pero para ser buena persona
hace falta tener una firmeza de carácter de la que los malos bichos
están ayunos.
Así que quienes hasta ahora no han
tenido voluntad para reconocer las cosas obvias, salvo alguna rara
excepción, si se da, tampoco la tendrán en el futuro.
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