El Secretario General del PSOE no se
desprende del influjo podemita, ni siquiera ahora que este partido
está de capa caída, quizá porque el personal se da cuenta del
engaño.
Pero Pedro Sánchez persiste en sus
golpes de efecto, en sus proclamas populistas, que seguramente no
piensa cumplir, porque si se repasa la historia de la reciente
democracia se ve que la banca siempre se ha llevado bien con el PSOE.
En el tiempo de Zapatero esa afinidad era pública y notoria.
Todo el mundo sabe que los tipos de
interés tan bajos que hay desde hace unos años dificultan el
negocio de los bancos, hasta el punto de hoy en día se dedican a
vender lavadoras, televisores, coches, móviles, etc., con el fin de
obtener unos beneficios que les resultan imposibles con su negocio
tradicional.
Atacar a la banca de boquilla puede
producir algún rédito electoral, hacerlo de verdad es otro cantar,
porque hay muchos intereses en juego y a los políticos les gusta
sentarse en un consejo de administración cuando dejan la política.
Si a Pedro Sánchez le preocuparan de
verdad las pensiones propondría suprimir gastos innecesarios, como
las televisiones regionales, las embajadas regionales, todas las
instituciones que hay a lo largo y lo ancho de la geografía
española, con las que se replican las del Estado. Sin contar con
los miles de millones que se dan a los medios de comunicación, lo
cual es absolutamente indecente.
Se puede ahorrar mucho dinero y hay
obligación moral de hacerlo. Con ese ahorro, que se lograría si el
Estado actuara como debe, no sólo se garantizarían las pensiones,
sino que se crearían de forma inmediata miles de puestos de trabajo.
Pedro Sánchez es el Secretario General
de un partido que dice que se preocupa por el bienestar de los
trabajadores, pero en lugar de eso ayuda a que se les exprima y se
cargue sobre sus hombros toda una serie de indecentes caprichos, por
llamarlos de una manera suave.
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Septiembre puede esperar'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Septiembre puede esperar'
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