Para que en un mundo de adultos fuera
creíble la petición de ETA debería comenzar por colaborar con la
justicia para esclarecer los atentados pendientes, que son más de
300, y los etarras con cuentas pendientes deberían ponerse a
disposición del juez.
Puesto que nada de eso ha sucedido, cabe
tomar el asunto como una tomadura más de pelo, como un escarnio,
como una muestra más de la podredumbre moral de todo el entorno
etarra.
No me cabe ninguna duda de que a los
podemitas, con la parejita de tórtolos cursis a la cabeza, les habrá
parecido bien esta broma etarra, ni de que los de Compromís, ERC y
rufianes varios serán de la misma idea. Por su parte, los
nacionalistas deben de estar aplaudiendo hasta con las orejas y los
del PNV exigirán enseguida que el gobierno se pliegue a las infames
peticiones de la banda.
Hay que recordar que si el PNV no hubiera
existido, ETA tampoco podría haberlo hecho y, en cualquier caso, de
haber sido instaurada no habría podido perdurar. El PNV alimentaba
de razones (mejor sería hablar de sinrazones) a la banda. Por su
parte, ese partido, heptamilenario por lo menos, o sea, desde el
orate de Sabino Arana, no habría podido conseguir tanto poder sin el
miedo que insuflaba la banda a la población vasca.
ETA, además, ha pedido perdón a las
víctimas que ‘no tenían una participación directa’. Son
cobardes los etarras. Asesinan a traición, por la espalda, teniendo
planificada hasta la fuga y, como todos los gallináceos, tampoco
tienen vergüenzas.
No debería haber ni una sola víctima de
ETA y puesto que las hay todos los etarras deberían estar cumpliendo
cadena perpetua. ¿Qué es eso de que las penas de cárcel deben
estar orientadas a la reinserción? Lo único que puede hacer el
Estado ayudar a quienes quieren rehabilitarse, pero sabiendo que esa
es una opción personal que generalmente no es del interés de los
etarras.
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