Puigdemont contra Montserrat

Le pidió el que ahora mismo debe de ser el prófugo más famoso de Europa a la diputada española que respetase la presunción de inocencia con respecto a su persona.

Puigdemont dice de sí mismo que es un exiliado y con eso ya está explicado todo. Pero para que se enteren sus forofos, y hay que ser atontado para ello, conviene explicar que el primero que no respeta su presunción de inocencia es él mismo, puesto que se fugó, y lo hizo de una manera cobarde, poco airosa, indigna. Además, engañó a todos, traicionando a sus votantes y a sus cómplices.

Los hechos de los que le acusa Montserrat han sido juzgados, por lo que están probados. Sus cómplices han sido condenados a una pena mucho más leve de lo que seguramente correspondía.

Queda claro que todo lo que le dijo Montserrat está puesto en razón, pero él es un trilero, sinvergüenza, cobarde, gallina, acostumbrado a mentir, a tergiversar y a confundir a los incautos. Tiene, desde hace algún tiempo, un nuevo cómplice en el presidente del gobierno, un sujeto que psicológicamente no es muy distinto de él, y eso le hace envalentonarse, pero no mucho, una de las capacidades de ambos es la traición.

Para ser sincero, no me hace ninguna ilusión estar contribuyendo a la gran vida que se está dando este pardal en un caserón de Waterloo, pero es que tampoco me la hace estar pagándole el sueldo a este que ha demostrado ser un virtuoso del spagat. Ni al virtuoso del plagio. La cosa queda así: Carlos del Maletero, Pedro de la Preveyéndola, Pablo del Spagat, Arnaldo el Etarra.

Estamos apañados con estos, pero ellos también han de tener miedo a que el personal que les vota abra los ojos y los vea tal cual son, que, más o menos, es como los ve Montserrat.

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