Hay un comentario en el que se dice que
tiene la cabeza mejor amueblada de España. El caso es que si bien es
cierto que en los bosques hay mucha madera, también es verdad que
ahí a que se convierto en mobiliario todavía falta mucho.
Entonces
leo las declaraciones que han dado lugar a ese comentario y dicen lo
siguiente: «Me parece muy bien la caridad, pero lo que hay que
potenciar es la Sanidad Pública». Estamos en las mismas. Creo que
la especialidad de este señor Del Bosque consiste en potenciar una
cierta habilidad con los pies, y de ahí hasta llegar a la cabeza aún
queda mucho, y todo el camino es en pendiente. La prueba de que a lo
mejor no llega hasta lo alto está en el ‘pero’. ¿Qué tiene que
ver Amancio Ortega con la potenciación o no de la Sanidad Pública?
Tengo entendido que el extraordinario empresario entrega el material
ya hecho, lo que prueba que en su caso sí que hay un cerebro
ocupando las cavidades correspondientes, porque si en lugar de eso
diera dinero, el gobierno que sufrimos podría utilizarlo de forma
indebida, porque en lo que más empeño pone es en hacerse
publicidad.
Amancio Ortega no tiene ninguna culpa de
que en España se malgasten millones de euros en televisiones que
jamás podrán ser rentables y que se usan primordialmente para
adoctrinar, desinformar y fomentar el uso de lenguas y dialectos que,
por este motivo desaparecerán antes de hora.
Tampoco tiene la culpa de que en lugar de
potenciar la Sanidad Pública y otros asuntos que repercutieran en el
bienestar de los ciudadanos el gobierno derroche el dinero en
chiringuitos varios, en los que viven a cuerpo de rey, gran cantidad
de golfos afines, y en sobornar a los medios, en lo que seguramente
es la mayor corrupción de la democracia.
Hay ciudadanos, como Amancio Ortega, que
funcionan como motores de la economía, y hay otros que son lastres.
O rufianes, o ermitas, o raholas…
A Del Bosque lo perdí hace rato,
mientras miraba los árboles.
Cierto. Sobra toda la adversativa.
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