El PP estaba como espectador, dormitando en la hamaca y cobrando los sueldos, mientras otros hacían el trabajo de investigar y denunciar. Y de pronto mueve ficha.
Hubo un tiempo en que UPyD ponía querellas, que eran más que peligrosas para políticos del PP y del PSOE, y también para algunos empresarios o financieros. No pusieron más querellas por falta de medios. Alguien les dijo a los de UPyD que los podían aplastar como a una nuez. Los aplastaron, pero el trabajo hecho hecho hasta el momento tuvo consecuencias.
El hecho de que el PP se haya despertado de la siesta seguramente se debe al ridículo hecho con la ley suelta etarras. Dejando aparte que la respuesta de la portavoz del PSOE al anuncio de la querella demuestra que para pertenecer a este partido hay que tener la cara muy dura, está claro que Feijóo no puede ilusionar a nadie. Ya se ve que tampoco da la cara y para que no se hable de lo que no le conviene monta un número. Cualquiera, también Feijóo, es preferible a Sánchez, el Felón, pero para restablecer la normalidad en España, para volver a una situación que resulte soportable, hace falta alguien capaz de dar la cara cuando hace falta. Alguien que asuma responsabilidades y que sepa actuar con el arrojo necesario.
De cualquier modo, bienvenida sea la querella, en el caso de que solo sea una -Hazte oír tiene presentadas unas cuantas-, siempre y cuando esté fundamentada y llegue hasta donde tiene que llegar, es decir, al juicio.
Hasta el momento, la labor de oposición del PP ha ido de fracaso en fracaso, con el Felón burlándose a mandíbula batiente, mientras Begoña y David hacían de las suyas, sin que las huestes de Feijóo se enteraran de nada. Por otro lado, Feijóo se rodea de gente que tampoco transmite ilusión. El último en llegar, Tellado, parece más dispuesto a ofender a la oposición que a hacer tarea de portavoz.
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