Se me impuso la librería Áurea para hacer la presentación en Madrid, y yo, que estaba lejos de imaginar el tinglado, acepté. Los ejemplares de El fluir de la vida que llevó la editorial para el acto eran míos, porque los había pagado. Esta gente no mueve un dedo si no ha cobrado previamente. El caso es que luego, después de haber aceptado unas condiciones en las que salía perjudicado, acabé perdiéndolo todo, porque la librería le liquidó a la editorial y esta se lo quedó todo.
Ocurrió que cuando los editores me avisaron de que se iban de vacaciones les pedí que me pagaran lo que me debían e insistí en ello, obteniendo el silencio como respuesta.
Escribí a la agencia del ISBN, que me informó de que el libro no estaba dado de alta, porque la editorial no les había pasado los datos bibliográfica.
La librería me respondió descargando toda la responsabilidad en la editorial y desentendiéndose del caso.
Escribí a los editores, informándoles de que daba por resuelto el contrato verbal con ellos, habida cuenta de su deslealtad y puse una denuncia por estafa.
Hay quien ha recibido el libro tres meses después de haberlo pagado, gestiones mediante, hay quien ha tardado un mes y hay quien no lo ha recibido, después de pagar, como todos, el libro y los gastos de envío. A mí tampoco me han mandado la Agenda Homérica, a pesar de que les envié el justificante de pago varias veces.
El tipo sabe todo lo concerniente a la Antigua Grecia y a la literatura española clásica. Pero en cuanto deja de lado sus conocimientos y pasa a opinar el nivel desciende mucho. Está esperando que China domine el mundo, cosa que dice que ocurrirá. Al hablarle de Sócrates, responde que los chinos tienen a Confucio, que es mil veces mejor. Eso es una barbaridad. Puede decir que le gusta más, pero no que es mil veces mejor. Hay un antes y un después de Sócrates en la historia de la humanidad.
Presume de haber dado clases en Grecia durante 15 años, pero a lo mejor no se fue por gusto, sino que lo que hizo por gusto fue volver.
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