martes, 5 de noviembre de 2024

Las lágrimas de Letizia

 

La Reina tiene que saber, porque lo ha de sufrir más de lo que quisiera, con quien nos jugamos los cuartos. Estaba en medio de toda esa gente desesperada, porque ha sufrido una catástrofe que no debería haber sido de tal magnitud, sino que se deberían haber puesto en marcha mecanismos e instrucciones de defensa contra ella.

La Reina estaba en medio de todas esas personas castigadas por la tragedia, que presienten que la voluntad del gobierno es que se las arreglen como puedan, y no pudo contener las lágrimas porque sabía, sabe, que están en lo cierto.

Hubo uno que huyó. No es necesario decir el nombre. O sí, se le conoce, últimamente, como el 1. Unos dicen que lo hizo como las ratas, otros que como las gallinas. El caso es que puso pies en polvorosa. Se entiende que lo hiciera. Sabe que es culpable. Sabe que todo el mundo sabe que es culpable. La gente estaba muy cabreada. ¿Pensaría en Mussolini? ¿Pensaría en Gadafi? No lo dirá. Y hasta es capaz de negar que huyó. Si nos dice que Delcy no pisó suelo español, que no trajo maletas, también nos puede decir que no salió pitando.

De momento, ha echado una maldición sobre los fachas. Es muy posible que los que estaban tan enfadados sean votantes del PSOE, pero como no le hicieron la pelota, ni le obedecieron en todo, pues fachas. Por supuesto que no considera que tenga ninguna culpa. Él no. La tiene Mazón, la tiene el PP, la extrema derecha, el Rey… O Ayuso. No nos vamos a desviar, pese a algunos actos marginales, dice.

Toda la prensa mundial asombrada ante su desfachatez y su cobardía y él se reafirma en ambas cosas, en la desfachatez y la cobardía.

Por el momento, el PSOE no mueve ficha. Sigue apoyando a semejante esperpento sin que le importe todo el daño que está haciendo. ¿Desaparecerá el PSOE?

Esos libros míos

No hay comentarios:

Publicar un comentario