Solo a un oligofrénico se le puede ocurrir decir «quizá hicimos más daño del que teníamos derecho a hacer». Claro que al decirlo enfangó a todos, al presidente del gobierno y al PSOE, pero esa es otra cuestión.
El caso es que este terrorista afirma que fue torturado por la Guardia Civil. En España están prohibidos el terrorismo y la tortura. Hay otra cuestión y es que los terroristas al ser capturados se meaban encima y luego ante el juez juraban que habían sido torturados. De hecho, procuraban lesionarse, golpeándose contra cualquier cosa, y quienes los habían detenido se las arreglaban para que eso no ocurriera. A Otegui lo pueden creer sus votantes, y nadie más. Ante un tribunal tendría que probarlo. De hecho, el tribunal que lo juzgó por haber secuestrado a Rupérez no encontró suficientes pruebas para condenarlo, aunque su víctima insiste en que fue él. Lo ha dicho abiertamente, por escrito, mediante publicaciones en los medios. Ya procurará Otegui que no vuelvan a juzgarlo por ese asunto, no vaya a ser que esta vez el juez sí que encuentre motivos para condenarlo.
Bildu, partido al que pertenece el terrorista, junto con otros, es una desgracia para España, y fundamentalmente para la región llamada País Vasco. Creo que ellos le han inventado un nombre raro, que debe de haber surgido tras fumar o ingerir algo indigesto. Dados los vientos que han empezado a soplar fuerte, el declive vascongado puede acelerarse en cuestión de días, sobre todo teniendo el ganado que tienen al mando de la cosa y el apoyo que les pueden prestar los Pachi López y compañía. Arzalluz era tan malvado como Otegui, pero las veía venir y maniobraba en consecuencia. Muerto el cura renegado este, ya no queda ni un solo talento en la política vascongada. Ya todo son melones, embusteros, tramposos y jugadores de ventaja.
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