La guerra de Ucrania no tiene por objetivo la defensa de las fronteras de un país, sino que se está luchando por la democracia, por la ley y por los derechos humanos. Putin es un criminal, con una larga lista de asesinatos en su conciencia y no tiene ningún derecho a avasallar a otro país, solo porque se cree más fuerte. Si se le permitiera vencer, tampoco hay ninguna seguridad de que se fuera a detener ahí.
Lech Walesa se lo dijo de forma muy cruda a Trump, otra cosa es que éste lo haya entendido. Está en plan matón y dispuesto a cambiar el estado de las cosas. Algunos dicen que estamos ante un nuevo orden mundial. Pues no. Con Trump, Xi Jimping y Putin, a la cabeza del mundo no hay orden que valga. Lo que viene es el caos, y habrá que ver cómo acaba todo. Son tres tipos que no tienen miramientos, que no respetan a los héroes, a los que no les importa envenenarlos, dispararles en la nuca, o prepararles una encerrona y avasallarlos, y que no conocen más ley que la de la fuerza.
Por supuesto que Europa se tiene que organizar y preparar la defensa, para salvar la civilización de estos salvajes que amenazan con romper todo lo que ha costado tanto construir. Esperemos que Europa sepa enfrentar este desafío, suprimiendo gastos innecesarios y simplificando todo el aparato legal, en orden a conseguir la mayor eficiencia posible. No se puede permitir que Zelenski, un héroe cabal quede a los pies de ese botarate llamado Trump, que no sabe por dónde va, ni las consecuencias de lo que hace. Es de suponer que la mayor parte de sus votantes no tenía ni idea de que estaba entronizando a un fulano que va camino de ser el peor presidente de la historia de Estados Unidos.
Cuando no se pone en primer lugar la razón y la justicia la catástrofe llega de forma inexorable.
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