Por si no tenía bastantes problemas el
PSOE a causa de haberse dejado colonizar culturalmente por los
nacionalistas, en los últimos tiempos se suceden en la Secretaría
General de ese partido inutilidad tras inutilidad, con el breve
paréntesis de Rubalcaba, que era otra cosa.
Baste recordar que fue durante ese
paréntesis cuando se produjo la abdicación del anterior Rey, porque
no se podía confiar en quien fuera a sucederle, y se ha demostrado
posteriormente que esa presunción era muy acertada.
Está por ver que este señor se interese
por los problemas de España, su única obsesión es ocupar el puesto
de Rajoy al precio que sea. Si ocupara su lugar, el de Rajoy, el
mismísimo Winston Churchill diría lo mismo de él y le atacaría
con la misma saña.
Si realmente le preocuparan el bienestar
de los españoles y la justicia, trataría de evitar el chantaje de
los nacionalistas vascos apoyando los presupuestos. Pero no,
aquéllos quieren aprovecharse de la necesidad del gobierno para
lograr ventajas con respecto a los demás españoles y Pedro Sánchez,
en lugar de salir al paso de semejante injusticia, pretende sacar
partido también. Luego, impone un presumido eslogan a su partido:
«Somos la izquierda». Pues si ser de izquierdas significa odiar a
las derechas estamos apañados. O sea, que pretende gobernar a favor
de media España y en contra de la otra media. Hay que tener el
estómago de estraza para tragarse eso. Otros socialistas dijeron que
gobernaban para todos los españoles, les votaran o no, aunque a
veces no fuera verdad, pero no reconocían de forma tan palmaria su
sectarismo.
Hoy en día, la única esperanza de que
el PSOE no desaparezca la constituye Susana Díaz. Es como un oasis
en medio de este PSOE que en muchos puntos es PNOE, con la ene de
nacionalista, y en otros de los puntos la ese es de sectario. Pero
mientras tenga a ese figurón al frente el pronóstico para el
partido es malo.
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