No veo la televisión desde hace 25 o 30 años, y si en algún momento me acerco al salón, en donde es posible que esté encendida, no la miro. De modo que no sé de qué pie cojea Susana Griso.
Por supuesto que sí que leo los medios, fundamentalmente los que no le gustan al homínido ministerial. Menudo elemento este. Si Desmond Morris supiera de su existencia, seguramente, se informaría sobre él y a continuación sacaría un libro titulado Observe a Puente. Para que nos hiciéramos una idea sobre el modo en que se desenvolvían nuestros remotos antepasados. Morris nos enseñaría a mirar el asunto con más detalle.
El caso es que en uno de esos medios que no le gustan al homínido, creo que lo llama el ojete, hay una entrevista con Susana Griso. El titular llama la atención: Sánchez está pensando en un adelanto electoral. Eso es imposible, Sánchez no piensa, quiere, y por supuesto que no quiere un adelanto electoral. Tendría que tener muy clara la victoria para querer eso y no se fía de Tezanos. Eso no significa que no las vaya a adelantar, pero si lo hace será por una decisión tomada de repente forzado por las circunstancias.
El día que Sánchez piense, la humareda que saldrá de su cabeza será visible a muchos kilómetros de distancia. Miente, engaña, traiciona… Ni siquiera comprueba si el dato que da es falso o cierto. Más bien procura que sea falso, para ser fiel a sí mismo, y para no despistar a sus seguidores de la opinión sincronizada.
En otro momento se refiere a las elecciones del 23 de julio de 2023, demostrando que no tiene ni idea de lo que ocurrió. Las elecciones iban a ser unos meses más tarde y en el PSOE estaban buscando un candidato mejor. Ignacio Varela publicó un artículo muy temprano en el que decía que Pedro Sánchez no puede ser el candidato del PSOE. Las adelantó ese mismo día para no dar tiempo al partido a buscar otro candidato.
Luego, los errores del PP le dieron la posibilidad de formar el gobierno venenoso que preside.
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