martes, 8 de octubre de 2024

Mariam Suárez Illana

 

Fue una señora que debería ser ejemplo para las demás mujeres. Cuando le detectaron un cáncer estaba embarazada de su segundo hijo, y decidió postergar el tratamiento hasta que naciera.

Cuando por fin se pudo llevar a cabo el mal había progresado y le dieron muy pocos meses de vida, pero ella luchó con el coraje propio tanto de su padre como de su madre y consiguió vivir once años más.

Curiosamente, fue enterrada el 8 de marzo de 2004. El Día de la Mujer. Nada tiene que ver su caso, heroico, con el de esas otras que por empeñarse en llevar a cabo la manifestación de ese día propiciaron la muerte de decenas de miles de personas y lejos de estar arrepentidas de ello pretenden culpar a otra mujer valiente, Isabel Díaz Ayuso, de la de 7291 personas. Los eurodiputados del PSOE, en enero, preguntaron a la UE qué pensaba hacer contra el virus chino. O sea, que el gobierno debió haber tomado medidas en enero, para satisfacer a Podemos no lo hizo hasta días después del 8-M.

Se frotan las manos estas feministas de pacotilla con la presidencia de México en manos de una mujer, Claudia Sheinbaum. Pero se ha sabido que ésta fue una terrorista peligrosa, o sea que más que frotarse las manos y en vista de su pasado y de su torpe y malicioso presente más les valdría ser prudentes. Siempre son las peores las que más gritan. Su feminismo, para ellas.

Hay otras señoras que merecen atención, pero como lo suyo es tan difícil y heroico esas feministas, envidiosas al cabo, no les hacen ni caso.

Se trata de María Corina Machado y Maryam Rajavi, que luchan con denuedo y corriendo grandes riesgos contra las tiranías de Venezuela e Irán, que curiosamente gozan ambas de las simpatías de los podemitas. El grado de crueldad de los gobiernos de Venezuela e Irán es escalofriante.

Esos libros míos

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