Hay detalles que invitan al optimismo. Me refiero a los defensores de los derechos humanos y la democracia. A quienes no quieren ver presos políticos en ninguna parte del mundo. Elon Musk ha tenido mucho que ver en la victoria de Donald Trump. Elon Musk está a favor de María Corina Machado y en contra de Nicolás Maduro.
Partiendo de esa idea básica se puede entender que entre ambos van a hacer lo posible para derrocar al sanguinario dictador venezolano. Si éste fuera inteligente, que evidentemente no lo es, estaría buscando un lugar para esconderse. Brasil podría ser un lugar ideal, pero es tan burro que se ha enemistado con Lula. No es capaz de entender que el brasileño necesita tener la confianza de sus votantes y la marca Maduro está muy deteriorada en el mundo entero. El presidente fraudulento de Venezuela, que dicen que es natural de Colombia, lo cual le inhabilitaría para el cargo, no concibe que sus días en la presidencia del gobierno están contados. Piensa que podrá aguantar todo lo que quiera mediante el método de tener aterrorizados a los venezolanos.
Hay una cosa que sí entiende, pero no lo suficiente. Los comunistas son traidores por naturaleza. Lo sabe, porque a la mínima sospecha destituye a algún ministro y poco después lo encarcela. Lo sustituye por alguien a quien considera más fiel. Pero no hay ninguno que sea más fiel. La fidelidad en su caso se mide por el modo en que lo tiene agarrado. Los criminales que conforman su gobierno tendrían muy negro porvenir fuera de Venezuela. Y ese es el precio que se les puede pagar para que colaboren en la captura de Maduro. Si se les ofrece la impunidad y la operación en la que habrían de participar es factible, no dudarían en colaborar.
Pero Trump también insinuó otras opciones, pero sin dar a conocer sus planes.
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