He visto un artículo en el que se intenta relacionar el arte con la salud mental, y un psiquiatra habla del cuadro de Picasso titulado Guernica como si tuviera algo que ver con los bombardeos. Vivimos unos tiempos en los que es muy fácil comprobar cualquier cosa, sobre todo en relación con los pasados. El personal, no obstante y muy a menudo, prefiere tragarse las bolas.
Este psiquiatra, puesto que iba a dar una charla seria, debería haberse documentado antes. Es cierto que desde instancias oficiales se intenta hacer pasar por buena esa versión, pero también intentan hacer comulgar con ruedas de molino a quienes se dejen en otros muchos asuntos. Por tanto hay que indagar buscando fuentes más fiables
Explicaré el asunto del cuadro una vez más. Fue Renau quien se lo encargó al artista con antelación a que se produjera el bombardeo, para mostrarlo en el
Pabellón de España de la Exposición Internacional de París. No obtuvo ningún éxito, en vista de lo cual se le cambió el nombre, por el de Guernica, y entonces ya sí fue celebrado y admirado.
Renau le contó la historia de viva voz a Amparo Zaragozá, la mítica dueña de la Galería Punto, ya fallecida. Se puede encontrar en la red un estudio sobre el cuadro, muy detallado, de Ramón Fernández Palmeral, que corrobora lo dicho. Como se suele decir, dato mata relato.
De modo que las ideas y sentimientos que le atribuye el psiquiatra a Picasso con relación carecen de fundamento. Luego dirán que es ciencia, cuando en realidad es literatura fantástica, o improvisaciones sobre un supuesto alejado de la realidad. Decidir hablar sobre algo de lo que no se tienen más conocimientos que los que flotan en el ambiente no es serio.
Es de esperar que este psiquiatra en su consulta se esmere algo más al recopilar datos sobre los que ha de establecer un diagnóstico y decidir una pauta terapéutica.
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