Lo suyo, en el caso de este partido, es la algarada callejera, los eslóganes, las consignas, las mentiras insidiosas. He visto un titular que prometía, porque vincula a Sánchez con González, pero me ha decepcionado porque da por buena la primera parte de este. Y eso no puede ser.
Las diferencias entre González y Sánchez son pocas, puesto que en ambos el deseo de tener todo bajo control es idéntico. Hay una diferencia luego y es que González disimulaba para que no se notara que debajo del traje de fantasma no hay nada, mientras que Sánchez quiere que se note que aquí manda él, aunque él no sea nada. Y la otra diferencia consiste en que González se supo retirar porque le quedaba un prestigio en amplios sectores del mundo y Sánchez no puede hacerlo porque sin el mando no es nadie. Después de haberlo ejercido de esa manera se ha quedado sin opciones.
Felipe González montó la trampa, Aznar y Rajoy no se dieron cuenta, o no quisieron darse, Zapatero, con su risita ratonil estuvo a punto de hacer lo mismo que Sánchez, pero se tuvo que ir, y este ha tenido que ponerlo todo al descubierto. Ya sabe todo el mundo que el sistema no sirve. Se supone que hay autoridades en la UE atentas a las barbaridades que puede hacer el Felón, y los españoles estamos desesperados porque no nos lo podemos quitar de encima.
El PSOE se lo ve todo tan negro que ha sacado a las gentes a la calle. No se sabe si estas gentes que salen a gritar y corear doctrinas falsas y mentiras colosales son conscientes de que las manejan o realmente sienten un odio que no pueden manejar. Ayuso no mató a 7291, sino que lo hizo Sánchez y fueron muchos más, y para que haya una sanidad pública y de calidad hace falta dinero. Y no hay.