Hubiera
sido mejor que lo hiciera antes, pero en este caso no habría
emoción. Será por algo que en España se dice jugar a la Bolsa y no
invertir en Bolsa, porque hacerlo es como jugar a la ruleta rusa.
Son
muchos los casos en los que el inversor, o jugador, se ha visto
sorprendido por actuaciones irregulares y ha perdido todo su dinero.
No es que las empresas en las había confiado hayan quebrado por
cualquier motivo, sino que eran gestionadas de modo presuntamente
fraudulento.
El
inversor confía en que eso no pueda ocurrir, puesto que hay
organismos supervisores que lo impiden; en el caso de los bancos y
las cajas los controles serían dobles, el Banco de España y la
CNMV; en el caso de las operadoras, la Dirección General de
Telecomunicaciones y la CNMV. Sin embargo, vienen pasando cosas. Los
accionistas de Banca Catalana lo perdieron todo, pero se conoce que
no les dolió mucho, porque luego votaron a Jorge Pujol, al que, por
otra parte, tampoco le duele nada la ruina de aquellos. Los
accionistas de Banesto lo perdieron todo, o casi todo. Los de Terra,
ídem de lienzo. Los de Cervezas El Águila se quedaron con tres
palmos de narices. Los del Banco de Valencia lo perdieron todo. Los
de Bankia casi todo. Etc.
Y
no queda ahí la cosa, porque esos accionistas que perdieron el
dinero invertido tuvieron que emplear parte del que les quedaba para
ayudar, a fondo perdido, a bancos y cajas que no habían actuado de
forma muy ortodoxa.
¿Y
qué pasa con quienes tenían que controlar todo? Pues que estarían
entretenidos contando el dinero que cobran cada mes.
Gowex
cotiza en el Mercado Alternativo Bursátil, que está controlado por
la CNMV. Gowex, presuntamente, falseó las cuentas durante, al menos,
cuatro años. Algunas personas han perdido un dinero que ya no
recuperarán jamás.
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