Tras las anteriores elecciones algunos se
empeñaron en interpretar el resultado de las mismas del modo que les
convenía, esto es que los electores deseaban el cambio. Riverita y
Snchz escenificaron un pacto que, puesto que no podía ir a ninguna
parte, sólo pretendía restar votos al PP para las nuevas elecciones
que, en realidad, es a donde deseaban llegar.
Celebrados los nuevos comicios, el
resultado ha sido diferente al que esperaban esos dos, puesto que han
perdido votos y escaños y los ha ganado el PP. Ahora ya saben que la
única solución consiste en que gobierne el PP, por lo que lo
correcto sería que se sentaran a negociar la mejor fórmula de
gobierno para afrontar los graves problemas que tiene planteados
España y para que ninguna contingencia imprevista cogiera a la
nación con el pie cambiado y sin posibilidad de respuesta. Pero no.
Riverita y Snchz tienen sus propios problemas y apetencias
personales, que para ellos parecen ser mucho más importantes que los
intereses generales.
Snchz es el candidato socialista que
peores resultados ha sacado en unas elecciones, con el agravante de
que cada vez saca menos votos y se estima que si hay unas nuevas
elecciones dentro de unos meses aún obtendrá menos. Tiene camuflar
esto de algún modo, ha de conseguir alguna pequeña victoria, un
éxito parcial que le sirva de coartada antes de que sus compañeros
de partido lo destituyan a la brava. Son muy gordos los problemas que
tiene este hombre y los españoles deben comprender eso y esperar.
Riverita, también ve que su partido se
deshincha y que su papel en el gobierno sería irrelevante y tendría
malas consecuencias electorales. Se estima que sus votantes lo fueron
anteriormente del PP, por lo que, a diferencia de Snchz, no puede
criticar abiertamente a este partido no vaya a ser se enfaden vuelvan
a su partido de siempre; por ello, personaliza sus críticas en
Rajoy, esperando que eso sí que se lo aguanten. Tampoco tiene mucha
prisa en resolver los asuntos la nación.
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