El señor L.L., como le llama el
energúmeno criminal que rige los destinos de Venezuela, matando de
hambre y desesperación a los venezolanos y acogiendo amorosamente a
unos cuantos etarras, es Leopoldo López, quizá el más popular de
los presos políticos del país caribeño.
Antes de que surgiera ese nefasto
partido, que tanto mal está dispuesto a hacer, llamado Podemos,
cuyos vínculos con el chavismo son más que evidentes y sus
simpatías hacia los etarras no se pueden ocultar a estas alturas, un
buen número de españoles defendía a Chávez por el único y
suficiente motivo para ellos de que se postulaba como de izquierdas.
De izquierdas sería, pero de qué izquierdas. De modales dictatoriales, su actitud lo era más todavía. Es curioso que personas que presumen de demócratas puedan apoyar a un tipo así. Y luego al sucesor, aunque a estas alturas ya son menos quienes lo hacen. Y están todos en Podemos.
De izquierdas sería, pero de qué izquierdas. De modales dictatoriales, su actitud lo era más todavía. Es curioso que personas que presumen de demócratas puedan apoyar a un tipo así. Y luego al sucesor, aunque a estas alturas ya son menos quienes lo hacen. Y están todos en Podemos.
Leolpoldo López fue condenado a 13 años
de cárcel en un juicio propio del chavismo y ha sido liberado tras
la fuerte presión internacional y la interna de los propios
venezolanos, que ven con angustia que a cualquiera de ellos puede
pasarle lo mismo o algo peor, pues los matones andan sueltos por
Venezuela, sin que la policía haga nada por inquietarlos. Por
supuesto que en esa presión internacional no ha estado Podemos,
alguno de cuyos líderes ha celebrado la liberación del preso
político, pero de un modo que provoca más risa que otra cosa,
porque a estas alturas lo único que sorprendería de esta gente es
que hiciera algo bueno. El macho alfalfa de los podemitas, como no lo haya hecho en
las últimas horas, no ha dicho ni mu, señal inequívoca de que lo
considera una contrariedad, porque es un signo de flaqueza del
régimen, que cada vez tiene más dificultades para mantenerse. Quizá
olfatee la libertad de Venezuela y eso le pone de mal humor.
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978. El año en que España cambió de piel'
'Cantos al camino'
'Historias de la otra razón'
'Por qué España'
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