Suelo dar un pequeño repaso a Twitter y
suelo fijarme en cuentas de gentes relacionadas con la justicia,
porque o bien tienen anécdotas muy graciosas que contar o hacen
comentarios precisos sobre asuntos de su ámbito.
Cuando alguien elige un pseudónimo para
aparecer en las redes, hay que respetarle su deseo, siempre y cuando
no se sirva de él para insultar, mentir o llevar a cabo actitudes
inapropiadas. Ciertas cosas hay que hacerlas a cara descubierta,
como era costumbre en tiempos en que el honor y la decencia todavía
no eran vistos como antiguallas.
En la actualidad, totalitarios de
distinto pelaje han invadido las vías pública y política, y como
consecuencia el honor y la decencia han sido arrinconados vilmente.
Quienes
no se pliegan a sus deseos y, por tanto, no siguen sus consignas
corren el riesgo de convertirse en objetivo de sus desmanes.
Exactamente, es lo que le ha sucedido a Lady Crocs. Ella
se defendió de este modo:
"El
mes pasado, un diputado de las Cortes Generales, un miembro del Poder
Legislativo, me señaló. Obvió mi deseo de permanecer en el
anonimato e indicó dónde ejerzo". Cabe
añadir que el tal diputado es un auténtico rufián y que su
costumbre es ofender a los demócratas.
Pero
puesto que la gente infame ya no disimula esta condición, tuvo que
volver a defenderse: “Un
mes después, un medio de comunicación financiado por la Generalitat
de Cataluña y la de Valencia, correspondientes al Poder Ejecutivo,
reveló mi identidad, expresó cuál es mi juzgado y publicó una
imagen mía sin mi consentimiento”.
La
civilización es otra cosa, y ya sabíamos que el gobierno regional
catalán es ajeno a ella, pero que también lo sea el gobierno
regional valenciano es una mala noticia, porque de quienes lo
componen no se pueden esperar más trampas, manipulaciones,
imposiciones y juego sucio. Gastar
los impuestos de los valencianos en estas guarradas está muy feo y
es corrupción.
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
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