viernes, 1 de agosto de 2025

Feijóo, al ataque

 

Uno de los hermanos se quiere ir a Japón, el otro a la Mareta, o sea que no se chupan el dedo. El problema, para ellos, es que Feijóo se ha dado cuenta de que hay materia y va a hacer lo posible por retenerlos en Madrid, o hacerlos venir a contestar preguntas, etcétera. Hay que tener en cuenta, por otra parte, que no podrán contestar nada, porque no tienen ni idea de nada. Lo que pretenden es vivir a costa de los españoles todo el tiempo que puedan.

El desafío está lanzado y alguien tendrá que ir en lugar de Sánchez a responder, o quizá no tenga más remedio que ir él mismo, en persona. Pero ya estamos en lo dicho anteriormente, por más que se esfuerce no recordará nada de lo que le pregunten, porque no guarda nada en la memoria, siempre piensa en hoy y en mañana. El perjudicado será Marlasca, que tendrá que estar al pie del cañón, vaciando las calles y aguantando menosprecios -ser ministro bien vale una misa-, y la que estará muy contenta será Ayuso, porque ella siempre se alegra de que los criminales pasen un mal rato.

Hay muchos frentes que el gobierno debe intentar solucionar, pero eso sería en el caso de que fuesen limpios y fruto de la mala suerte o de circunstancias que se desencadenan sin que nadie las hubiera previsto, pero en este caso todos se deben a la mala intención y los deseos de engañar a todo el mundo y hace muy bien el PP en decir que por ahí no pasa. La obligación de la oposición consiste en fiscalizar al gobierno, y algo falla en la política española cuando los diputados saben que les conviene más callar. Es un asunto que habrá que retocar para los tiempos venideros. Ahora falta saber en qué quedan todas esas comparecencias gubernamentales.

Esos libros míos



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