Se queja un felón, cobarde como todos los felones, de haber recibido un golpe en la espalda. Pero fuentes bien informadas precisan que el golpe se lo llevó uno de sus muchos guardaespaldas. Y ese es un problema, porque si el hombre quedara dañado no podría pretender que el felón se preocupara por él ya que la generosidad es una virtud y, por tanto, no puede estar entre sus atributos.
La gente está cabreada, claro. Sabe que el gobierno no ha hecho nada de lo que debía hacer, con el propósito de echarle luego todas las culpas al PP, pero no lo va a conseguir, porque para creerse algo dicho por esta gente hay que tener ganas. Mazón, evidentemente, no es ningún fuera de serie, no está preparado para grandes batallas, pero la verdad acude presta en su ayuda. La responsabilidad de lo ocurrido es del gobierno. Sus componentes se creen capaces de imponer un relato, pero quienes han perdido sus casas, han perdido todo, no están para bromas. El Estado no ha cumplido su función y cuando el felón ha querido ir al centro de la tragedia a hacerse alguna foto, como en otras catástrofes, lo han recibido enfadados.
Felipe VI y Letizia sí que estuvieron a la altura de las circunstancias. Ellos sabían que no podían huir. Ir a Paiporta y salir pitando es de cobardes, es un fracaso personal. Si tuviera vergüenza, habría dimitido, pero ha tenido tantas ocasiones para hacerlo…
Los Reyes estuvieron consolando a los damnificados, explicando que su responsabilidad en el caso es nula, puesto que no tienen ninguna posibilidad de actuación, pero que dentro de las limitaciones que establece la Constitución harán lo que esté en su mano, que es dialogar con las fuerzas vivas que puedan para animarlas a que se esfuercen en poner soluciones.
Por parte del gobierno hay voluntad de descargar su responsabilidad en otros y de hacer que parezca que hace algo
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