Se forman largas hileras de personas, en
distintas ciudades, que hacen cola por una bolsa de comida. Esto es
así a causa del egoísmo de este miserable gobierno que sufrimos,
que lejos de disculparse, haciendo honor a su condición, intenta
desviar la culpa hacia quienes no la pueden tener, mediante insidias
y a través de sus medios paniaguados.
Fue criminal que el gobierno postergara
la toma de medidas hasta después de la manifestación del 8 de
marzo. Y una vez que decidió pasar a la acción, lo hizo atendiendo
a la naturaleza dictatorial y, por tanto, antidemocrática de sus
componentes.
La OMS sospecha que en la Cumbre del
Clima que se celebró en la primera quincena de diciembre en Madrid
ya estuvo el virus chino. Si fue así, el ministro de Sanidad lo tuvo
que saber. Pero, de cualquier modo, será difícil que pueda negar
que en enero ya lo sabía. Si se hubieran tomado medidas entonces y
se hubiera explicado a la población cómo defenderse del virus
chino, la incidencia habría sido mucho menor, se podría haber
atendido a todos los contagiados y el número de muertos se habría
reducido a menos de la mitad. Por supuesto que no habría habido que
parar la economía. ¡Ah, pero tampoco se habría celebrado la
manifestación del 8-M! Y ahí les duele.
Aparte de eso, o sea, de mantener a los
ciudadanos en arresto domiciliario de forma abusiva y excesiva, no se
usan las televisiones, según leo, para explicar a los ciudadanos, de
forma didáctica, como han de proceder para esquivar a tan peligroso
huésped que quiere instalarse en nuestros organismos, sino que se
utilizan, más bien, de forma propagandística y electoralista.
Los ciudadanos que, a pesar de tanta y
tan manifiesta maldad, están dispuestos a votarlos otra vez deben
saber que moralmente son corresponsables y que los perjudicados en su
salud o en sus haciendas, en su impotencia, se lo tendrán en cuenta.
Ser sectario es ser mala persona.
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