En los últimos tiempos el rencor ha
invadido de forma impetuosa la vida cotidiana. Está en el
Parlamento, en los medios y en las redes sociales. Puesto que es un
sentimiento tan nefasto para todos, pero sobre todo para quienes lo
sienten, no cabe duda de que hay que combatirlo, y una de las formas
es mediante la sabiduría, puesto que sentir rencor no es propio de
sabios.
Un
sabio sabe que quien siente rencor no puede amar, y si no ama no
vive. Por mi parte, me limitaré a poner una serie de pensamientos
relacionados con el asunto, pero omitiendo los nombres de los
autores, para
estimular el afán de investigación o la memoria de
quienes lean esto. Las
citas pueden no ser textuales, ya que me serviré de mi memoria y no
haré comprobaciones. Aviso, no obstante, que «la sabiduría es como
un objeto precioso puesto en un escaparate que todo el mundo alaba al
pasar y casi nadie compra».
«La
más cruel de las venganzas consiste, precisamente, en no vengarse».
«Vengarse
de alguien más fuerte es una locura, de un igual es peligroso, del
inferior es miserable».
«El Señor, en su Infinita Bondad, hace
que los malos bichos se alejen de mí».
«El sabio saca más provecho de sus
enemigos que el necio de sus amigos».
«Las convicciones alejan más de la
verdad que las mentiras».
«Cuando la zorra predica, no están
seguros los pollos».
«Mis intenciones siempre las enderezo a
buenos fines, que son de hacer bien a todos, y mal a nadie».
«Las venganzas castigan, pero no quitan
las culpas».
«El mejor modo de vengarse consiste en
no parecerse a tu enemigo».
«Hay
perros que sólo muerden a sus enemigos, mientras que yo muerdo
también a mis amigos con
el fin de salvarlos».
«La
verdad está en nuestro interior. No hay que buscarla fuera, ni
querer imponérsela a nadie».
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