sábado, 12 de octubre de 2024

La hora de las ratas

 

Creo que fue Nicolás Redondo Terreros, aunque no estoy seguro, quien dijo que quienes más fuerte aplauden a Sánchez serán los más crueles con él en el momento de la caída. La frase no es textual, pero sí recoge el espíritu.

Pues ya estamos en el momento en el que se tambalea, aunque aún cree tener la sartén por el mango. Todo su entorno disimula y aparenta apoyarlo firmemente, aunque hay que tener en cuenta que tampoco está compuesto por gente muy despabilada. Cruel sí.

¿Cómo ha sido que han pillado a Pedro, a pesar de que lo tiene todo a favor? Pues porque es muy burro. Es tan grosero todo que en una democracia como la de Portugal no habría llegado a durar ni seis meses como presidente del gobierno. Toda su familia llevando a cabo actividades raras a la luz del día, y la oposición sin enterarse, como se ha comprobado en la ley sueltaterroristas. Ayuso no podía hacer nada, porque todos esos asuntos caen fuera de su competencia y cada paso que da es mirado con lupa, por si invade terrenos que no son suyos. Pero ella está ahí y eso asegura que Pedro Sánchez no se irá de rositas.

Causa bochorno que no haya sido ningún partido político quien lo ha destapado todo, sino que han sido los medios de información los que con sus indagaciones lo han sacado todo a la luz y luego otras otras organizaciones las que van llevando los casos a los tribunales.

Los españoles estamos desamparados, puesto que la Constitución permite todo tipo de abusos, como se va viendo, y también interpretaciones creativas de sus artículos más sagrados.

¿Quiénes tienen la culpa de que los jueces no sean independientes? ¿A quién debemos la gracia de que el Tribunal Constitucional esté politizado? ¿Por qué los diputados obedecen a los líderes de sus partidos y no los ciudadanos que les pagan el sueldo? ¿Por qué la Constitución no castiga duramente las conductas delictivas de los políticos? Ni los derroches.

Esos libros míos

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