sábado, 19 de octubre de 2024

El enigma Pumpido

 

Mediante el simple uso de la inteligencia, resulta difícil de entender que alguien inteligente y culto, como es Pumpido, se haya sumado al proyecto de Sánchez, compuesto por gentes tan torpes como él, y quienes no lo son se lo hacen para no despertar su envidia.

El prestigio de Pumpido ya es irrecuperable, porque no ha tenido más remedio que soportar que incompetentes se entrometan en su labor o utilicen sus servicios de forma estúpida.

Habrá que pensar entonces en que si no ha sabido o podido contener sus ansias es porque el rencor y la envidia son más fuertes que él. Se ha creído capaz de imponer su sapiencia jurídica desde la presidencia del Tribunal Constitucional, pero ocurre que Sánchez sigue su propio juego, Puigdemont el suyo, y así cada uno de los que participan en esta partida. De modo que sus planes se han visto truncados, si es que los tenía.

La situación de Sánchez, su valedor, más que insostenible es ridícula, aunque él no se dé cuenta, y parece que Pumpido tampoco se ha enterado. Ya hace tiempo que los plumillas patrios le han perdido el respeto y se refieren a él como si fuera un zascandil. Como si fuera no, como lo que es.

Si como cabe esperar, el gobierno que sustituya al actual es del PP, y si además, como cabe desear, lo preside Ayuso, Pumpido, por muy presidente que sea, va estar incómodo, porque todo lo que haga va a ser mirado con lupa y no podrá evitar las críticas cada vez que no actúe de forma correcta. Los aplausos de los panfletos no le servirán de alivio.

Lo que se deduce de todo esto es que su dominio de la técnica jurídica no le inspira suficiente confianza y necesita disfrutar de poder para imponerse a aquellos que considera sus rivales. Al final, ha resultado perdedor. Él mismo ha ensuciado su toga.

Esos libros míos

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