El terrorismo no cesa. En este caso fueron 300 niños y sus maestros secuestrados en Nigeria. Y es tremendo que tenga que ser Trump quien ponga orden. Con Sánchez, evidentemente, no se puede contar. Otra cosa es que la Comunidad Europea, todas las naciones a una, hubiera tomado la iniciativa y si el gobierno español no tuviera nada que esconder en la zona, se habría sumado, como una nación más.
El caso es que ha aparecido Trump en el mundo y parece que no haya nadie más que él, y es que todos los demás -me refiero a los del mundo libre- son unos gandules, unos perezosos, unos egoístas… No son capaces de dejar atrás sus miserias para centrarse en lo que realmente importa a las personas de bien. Por lo menos, el presidente de Estados Unidos ha tomado cartas en el asunto y ha explicado lo que puede ocurrir, a lo que el gobierno nigeriano ha respondido de forma poco seria.
Pete Hegseth, jefe de Defensa estadounidense ha exigido al gobierno nigeriano que tome medidas urgentes y duraderas para impedir el trato violento a los cristianos. Pero es difícil que le vayan a hacer caso puesto que los yihadistas están en el gobierno, o al menos personas muy próximas a ellos. Se apunta que en Nigeria hay petróleo, por tanto el gobierno bien podría organizar una policía eficaz que protegiera debidamente a los católicos. En cualquier caso, con petróleo o sin él, es necesario que exista esa policía.
Y aquí tenemos otra contradicción de Trump, al que no le importa que los comunistas maten a destajo, sean quienes sean las víctimas, y en este caso opta por defender a los niños atrapados por esa maldita secta.
La Unión Europea no tiene más remedio que despertar, convertirse en un solo país y actuar en donde debe hacerlo. En este caso, en Nigeria.