Parece duro, pero es así. Los países de América del Sur han ido por delante, también algunos de América del Norte y de Centro América, pero paulatinamente se está dando la vuelta a la situación. Ahora mismo están en la cuerda floja Maduro y Petro. También hay otros que dependen de ellos cuyos lideres no saben dónde meterse. Trump hace lo que le da la gana, puesto que es el presidente de la nación, hoy por hoy, más poderosa del mundo, pero eso no significa que tenga derecho a hacer lo que le parece.
En Bolivia, de repente, ha salido de la cárcel Jeanine Áñez, que llevaba más de cuatro años presa. Los tribunales han decretado que su juicio fue falso. Otra nación que de repente ha vuelto a la senda del bien, y lo digo así porque vuelve la democracia a este país.
Es bonito lo que dice el nuevo presidente, Rodrigo Paz: «Nunca más una Bolivia aislada sometida a ideologías fracasadas y mucho menos de espaldas al mundo… Bolivia vuelve al mundo y el mundo vuelve a Bolivia». Los expresidentes de la nación, Jeanine Áñez, Carlos Mesa, Tuto Quiroga y Eduardo Rodríguez Veltze, asistieron al acto y estaban todos juntos. Vuelve el optimismo a aquella parte del mundo. Atrás ha quedado el mal payaso Evo, al que se le han visto todos los vicios, todo su escaso respeto a la ley. «La ideología no te da de comer. Lo que te da de comer es el empleo, la producción, el crecimiento, el respeto a la propiedad privada, la seguridad ciudadana y jurídica».
Es justo lo que necesitamos en España, en donde sufrimos a un mal presidente, maleducado, pésimo y prepotente. No se puede decir nada bueno de Pedro Sánchez, aunque los hay que insisten en atribuirle inteligencia, que sí demuestra tener, y en grandes cantidades, Rodrigo Paz.