martes, 31 de octubre de 2017

La fuga de Puigdemont

Es como si Puigdemont hubiera obedecido una orden que le hubiera dado Rajoy por vía telepática, pero no en el sentido que creen los conspiranoicos, sino en el de que así todo el mundo ve lo que hay, cómo es el sujeto que iba a salvar a Cataluña del ‘opresor’.
Cómo es Puigdemont y cómo son quienes lo acompañan, que en su egoísmo exagerado no se han dado cuenta de que han puesto en un compromiso al gobierno belga y después de hacer una destroza de colosales proporciones en Cataluña, pueden hacer otra en Bélgica. Puede decirse que donde van ellos va el mal. Como cabe la posibilidad de que intenten escapar de la Unión Europea, los países susceptibles de ser su nuevo destino deben de estar en modo pánico.
A Junqueras ya le dicen de todo por la calle. Perdido el lógico temor que se le tenía antes de ser destituido, lo más probable es que todos aquellos que han sido perjudicados por sus políticas, que son muchos, tengan tantas ganas de desahogarse que para él sea mejor la cárcel que ir por la calle. Son los riesgos que corren los dictadores, si se les acaba el poder ya no saben dónde meterse.
Por otro lado, a Rajoy le está saliendo todo tan bien que algunos ya temen que pueda ganar por mayoría absoluta las siguientes elecciones y escriben editoriales chorras agitando el fantasma del centralismo, que tan buenos resultados da en otros países y que al final quizá resultara siendo un alivio para los bolsillos de los trabajadores, que en la actual configuración del Estado han de costear una gran cantidad de magníficas residencias, coches, chóferes, secretarias, jardineros y escoltas para una inacabable clase política.
El Estado de las Autonomías es una buena idea, pero quizá necesite configurarlo de otro modo, para que resulte más complicado vivir a costa de los contribuyentes.
Lo de menos es que Puigdemont pueda escapar a la acción, lo que importa es que logre acabar con el nacionalismo, porque este hombre no deja nada en pie.


lunes, 30 de octubre de 2017

Y, ahora, elecciones

Los conspiranoicos no acaban de entender la convocatoria electoral para el 21 de diciembre en Cataluña. Rajoy había anunciado que las convocaría en el plazo máximo de seis meses y a muchos les parecía escaso ese plazo.
Si se medita sobre ello es fácil advertir que se trata de una jugada maestra. Los secesionistas habían advertido en los meses anteriores que desobedecerían al Estado y, concretamente, Forcadell, como todo el mundo habrá visto ya en un vídeo muy difundido, repitió varias veces que ellos, los secesionistas, no lo acatarían. Ella ha sido una de las primeras en acatarlo, como se preveía. La cuestión es precisamente esa: quienes decidan presentarse a las elecciones demuestran al hacerlo que acatan al Estado. Los impresentables de ERC ya lo han hecho. Después de tantas amenazas y tantos insultos y tanto enardecer a la gente, a ver si algún loco provoca una catástrofe, para recoger velas en cuanto hay dinero a ganar o perder. Habrá que ver cómo reaccionan sus votantes después de que su doblez haya sido puesta en evidencia con tanta claridad.
Si hubiera convocado las elecciones para una fecha posterior, habría dado tiempo a los separatistas a componer un relato, plagado de mentiras como siempre, pero que debidamente envuelto en la bandera podría haber resultado digerible para muchos.
La sorpresa para Puigdemont, Forcadell, Junqueras, Mas y compañía ha sido ver como toda esas personas a las que tenían en sus casas, amedrentadas, se han atrevido a salir a la calle, y éstas lo han hecho con alegría y satisfacción, no como las movilizadas por ellos, llenas de rencor y deseos de ofender. ¿Recapacitarán algunas de estas personas? ¿Se darán cuenta de el 155, lejos de ser un ataque a la democracia, como dicen los embusteros, las protege? ¿Llegarán a darse cuenta de que han estado votando en contra de sus intereses?

domingo, 29 de octubre de 2017

Si Forcadell tuviera dignidad…

Después de haber insultado con saña a España y los españoles y de afirmar de forma obcecada que no acataría al Estado ni a los tribunales de justicia españoles debería dimitir de su cargo e irse a casa, en espera de la Justicia, si procede, la cite en el juzgado.
Hasta una persona tan limitada como ella tiene que haberse dado cuenta de que el Estado ha intervenido las instituciones catalanas y sobre el acatamiento a los tribunales de justicia basta con observar los malabarismos que han hecho para intentar sortearlos. No se han enfrentado a ellos, sino que intentan engañarlos, quizá con éxito. La diputada Gabriel, otra que tampoco da mucho de sí intelectualmente, se sentirá satisfecha de eso, como sus compañeros. Si tuvieran dos dedos de frente lo que sentirían es vergüenza, pero lo suyo es el cutrerío, que se manifiesta en principio con esas camisetas que llevan, con dibujitos y letreros y luego cuando abren la boca para decir algo.
Forcadell no sólo debería dimitir, sino que también debería devolver todos los emolumentos que ha percibido como representante de ese Estado al que ha desafiado de boquilla, ha insultado y contra el que ha maquinado y fomentado traiciones.
Forcadell es una traidora, como toda esa gentuza que ha estado ocupando de forma desleal las instituciones que el Estado regaló a Cataluña, para que pudiera proteger y cultivar aquellas tradiciones y costumbres que merecen la pena y en lugar de eso las han utilizado en contra de quien con tanta generosidad la ha tratado.
Esa gentuza, porque no se le puede llamar de otra manera, que después de haber desafiado al Estado y de causarle unos daños considerables, sigue conservando sus escaños en Madrid, en una exhibición de descaro sólo comparable al de su perversidad.
Forcadell no tiene vergüenza pero ocupando su sitio hace pasar mucha a los catalanes.

sábado, 28 de octubre de 2017

Hay cosas que Rajoy hace bien

La perfección no existe y tampoco se percibe que Rajoy aspire a ella, pero después de la fina obra de artesanía que acaba de hacer en Cataluña quienes le urgían a actuar, léase Aznar y Felipe González, tendrán que callar.
No habrían podido hacerlo mejor. Zapatero hará lo contrario que Felipe González. A Rahola no le ha sentado bien, quizá porque teme que se le acabe algo que viene disfrutando. A Tardá, Rufián y otros lerdos los ha cogido con el pie cambiado. A ver cómo asimilan el asunto y qué respuesta dan.
Por su parte, parece claro que los secesionistas, o al menos parte de ellos, ya se habían dado cuenta de que estaban en un callejón sin salida, sólo les quedaba desaparecer, irse de España por la puerta de atrás, porque no habrían podido ir por la calle si no hubieran declarado la independencia y hacerlo los abocaba a la cárcel. Puigdemont dio marcha atrás dos veces. Los de la CUP se han procurado el voto secreto, para esquivar a la justicia. A ver si la calle se lo perdona, pero es fácil que sus votantes sí lo hagan , porque para votar a Ana Gabriel hace falta ser inconsciente.
A Pablo Iglesias también le ha salido todo del revés, se ha puesto en el lado que no tocaba y a ver ahora qué malabarismos dialécticos hace para explicarlo, porque él tampoco es el de la sopa juliana, cuya destreza en la mezcla y manipulación de conceptos es innegable.
Rajoy dice que sólo lee el Marca y los hay que se lo han creído, sin darse cuenta de que con eso no da pistas y puede sorprender. En el asunto de Cataluña ha actuado con indudable sangre fría, soportando todo lo que hiciera falta, hasta que ha conseguido llevar a todo el ganado hasta el redil y una vez ahí ha actuado.

viernes, 27 de octubre de 2017

Podemos no es separatista

Puesto que Pablo Iglesias, o sea Podemos, apoya a los separatistas, la gente puede tender a pensar que también es separatista. Nada más lejos de la realidad, lo que ocurre es muy distinto.
Pero antes de explicar eso y puesto que también los hay que piensan que ese nombre es la traducción del ‘we can’ de Obama, cabe traer esta información de la wikipedia: «Por la Democracia Social. Por la Democracia Social (Podemos, acrónimo de Por la Democracia Social) es un partido político venezolano con tendencia socialdemócrata, fundado en 2002 y legalizado el 23 de abril de 2003, surgido de la escisión del Movimiento al Socialismo (MAS)».
Este partido ya lleva suficiente tiempo en España para que se haya analizado su comportamiento y visto que calca el comportamiento de los bolcheviques durante la revolución rusa. A la vista de esta evidencia surge indefectiblemente la certeza de que Pablo Iglesias, o sea Podemos, apoya cualquier causa que pueda debilitar las estructuras del Estado. Por supuesto que intentará que los descontentos del Gran Ridículo Histórico de los secesionistas voten a su partido. Es capaz, como todo el mundo sabe, de prometer todo lo que haga falta, pero luego no hay más que fijarse en cómo hace en su partido con quienes en un momento dado dejan de serle útiles, dejan de caerle bien o le plantean problemas.
Si Pablo Iglesias, o sea Podemos, ganara unas elecciones y lograra presidir el gobierno, trataría de asegurarse el poder para siempre, quizá conservando una apariencia de democracia o acaso instaurando abiertamente una dictadura. Fácil es imaginar lo que le ocurriría, en estas circunstancias, a quien fuera a recordarle su promesa de conceder la secesión, independencia o como se quiera llamar. La idea que bulliría en su mente sería la de anexionarse Portugal, si lo viera factible, o incluso Francia, aunque esto ya sería más complicado.

jueves, 26 de octubre de 2017

Podemos sí tiene proyecto para España

Pablo Iglesias, que lo es todo en Podemos, según vienen demostrando los hechos, puede atribuirle a Newton la teoría de la relatividad, pero las técnicas de los bolcheviques las conoce al dedillo, como vienen demostrando también los hechos.
Pablo Iglesias, o sea, Podemos, sí tiene proyecto para España, otra cosa es que, por la cuenta que le trae, no lo diga. Mientras llega la ocasión de que pueda llevarlo a cabo, y ojalá no llegue nunca, porque sería peor que la peor de las pesadillas, va tratando de conseguir todos los votos que puede con el fin de alcanzar el poder. Su caladero de votos ya se sabe cuál es, ese en el que teóricamente no deberían pescar los cuatro o cinco partidos constitucionalistas, aunque ingenuamente algunos de ellos sí lo hacen, con lo que no consiguen votos, pero pierden consistencia ética. Pablo Iglesias, o sea, Podemos, intenta conseguir votos en esos caladeros en los que los partidos constitucionalistas naufragan y los antisistema, Compromís, Bildu, ERC, nacionalistas, navegan con suficiencia.
A Pablo Iglesias se le ve abrazándose con el etarra Otegui, saludando que salga de la cárcel, pidiendo antes de ello que saliera...Se le supone amistad con más etarras y, efectivamente, le disputa el voto a Bildu con más posibilidades que el PSOE y el PP, que también lo hacen.
Pablo Iglesias siempre está en el lado equivocado, el hecho de que le atribuya a Newton la teoría de la relatividad es equiparable a su desdén por la Constitución y, en general, a cualquier ley surgida de un Parlamento democrático, porque lo único que vale para él es lo que le pasa por sus coletas y aquí lo que vale es lo que él diga y los demás a callar, y todavía no ha nacido el chulo que le corte las coletas.
Y la última vez le votaron cinco millones.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Los mozos y los médicos no están conformes con el 155

Pero esto debe de ser igual que cuando alguien dice ‘Cataluña quiere’ y no es así, porque se arroga la representación de todos los catalanes y resulta que más de la mitad no quiere.
A los mozos de escuadra se les paga para que defiendan la ley y a los médicos para que atiendan a los enfermos y los curen si pueden, y a ninguno de ellos para que intervenga en política. Lo pueden hacer, individualmente, como ciudadanos. Tanto unos como otros tienen obligación de conocer estos rudimentos básicos y el hecho de que a pesar de ello actúen de ese modo viene a demostrar que la aplicación de ese 155 es imprescindible. Si con eso no recuperan la cordura, ya no hay nada más. Probablemente, sí que la recuperarán, porque llega un momento en que han de cobrar la nómina y eso serena mucho los ánimos y templa el espíritu y, además, como he apuntado antes, no todos los mozos ni todos los médicos han de estar contagiados por el virus del nacionalismo; probablemente, los que padecen la infección más grave en ambos casos son los que emiten los comunicados, quizá porque saben o intuyen que sus cargos están en peligro.
Como nota curiosa cabe añadir que los mozos amenazan con coger bajas médicas de modo masivo más o menos, lo cual es un fraude. Uno no coge la baja cuando quiere, sino cuando se pone enfermo. Para coger la baja sin estarlo se necesita la complicidad de un médico, con lo cual ya son dos los que cometen fraude y ya tendría materia el Estado para investigar e imponer sanciones.
Tampoco sorprende que, dado el estado de cosas en Cataluña, en donde rige el capricho, se burla la ley y se fomenta la locura colectiva, se tenga tan poco respeto a los bienes comunes.

martes, 24 de octubre de 2017

No se cree la Constitución ni la figura del Rey

Ya dejó dicho Zapatero que cualquiera puede ser presidente. Eso es, cualquiera. De lo que no se percató el pollo es en que la dificultad consiste en dejar el cargo sin haber perjudicado a la nación.
Y si cualquiera, por inútil que sea, si le toca en la rifa, puede ser presidente, para cualquier otro cargo político las posibilidades son mayores. Por ejemplo, hay un elemento llamado Carlos Mulet, porque Carles en español es Carlos, que es senador por Compromís, ese partido antisistema que no debería ser legal, que dice que no se cree la Constitución ni la figura del Rey. El caso es que este señor, por llamarle de alguna manera, ha tenido que jurar o prometer la Constitución y lealtad al Rey. No es el único en esas condiciones y no se entiende que se acepte esta situación. Quienes juran o prometen algo en lo que no creen son desleales al pueblo español y, por tanto, no deberían poder ocupar sus cargos.
El daño moral y económico que nos están administrando a los españoles ciertos políticos en quienes se dan estas condiciones es espeluznante.
Estas personas que no creen en la Constitución ni en la figura del Rey, si fueran honrados no estarían en la política, ni tampoco accederían a cobrar de ese Estado al que no respetan.
El asunto es que para cualquier trabajo hay que demostrar unos conocimientos, pero para la política, que teóricamente es uno de los más nobles no hace falta más que saber hacer la pelota, de modo que los políticos a menudo son los más innobles que se pueda imaginar.
Las intervenciones de este componente de Compromís, en el Senado, «¿Todo este despliegue es una película de risa que está rodando la Warner?», «Ahora que Piolín les ha insuflado valor, ¿van a invadir Gibraltar con este barco?», son tan poco respetuosas con las instituciones que no se entiende que esté en ellas.