martes, 3 de octubre de 2017

Cataluña fue muy pobre

Los delincuentes que disfrutan de una impunidad que ojalá se les acabe pronto y den con sus huesos en la cárcel para una larga temporada, que dado el daño hecho debería ser hasta el fin de sus días, mienten todo. Siempre mienten.
Cataluña fue una región pobre, quizá la más pobre de todas las españolas, hasta Felipe V. Ahí es donde comenzó a prosperar, pero siempre a costa de los demás. Los catalanes deberían estar muy agradecidos a los Borbones, pero sobre todo al resto de los españoles.
Lo de ‘España nos roba’ es una infamia sin paliativos que debería avergonzar a los catalanes decentes, a los catalanes serios, a los que no les gusta la mentira ni la injusticia. Los catalanes que desean saber la verdad de las cosas son conocedores de que los Borbones les han ido concediendo una serie de privilegios que les han permitido alcanzar una prosperidad que en modo alguno habrían logrado de ser independientes.
Como contaba Stendhal en ‘Diario de un turista’: «Los catalanes quieren leyes justas, a excepción de la ley de aduana, que debe ser hecha a su medida. Quieren que cada español que necesite algodón pague cuatro francos la vara, por el hecho de que Cataluña está en el mundo. El español de Granada, de Málaga o de La Coruña no puede comprar paños de algodón ingleses, que son excelentes y cuestan un franco la vara».
Pero no terminaba ahí la cuestión, puesto que esos aranceles con los que se beneficiaba a los industriales catalanes revertían en contra de los productos del campo de toda España. En cien millones de pesetas anuales cifraba las pérdidas del campo valenciano Vicente Blasco Ibáñez en 1907. No sólo se enriqueció Cataluña, sino que se empobreció en resto de España. Luego, Franco favoreció a Cataluña, también en perjuicio de las demás regiones, de un modo palpable.
Cabía esperar el agradecimiento de los catalanes.

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