domingo, 30 de septiembre de 2007

El ejemplo de Chile

Tener noticia de Chávez conlleva evocar inmediatamente el improperio, el insulto o la bravuconada. Sus defensores, que aunque parezca extraño los tiene, enseguida aducen el carácter democrático de su gobierno y luego citan a Bush o Aznar. Citando a esos dos ya creen legitimado a aquél. Pero se dice a quien desee trabajar para alguna empresa que tenga algo que ver con el gobierno venezolano le averiguan el sentido de su voto en las elecciones anteriores, pese a que es secreto, y como haya sido contrario a Chávez no obtiene el puesto. Este nefasto personaje, que en lugar de desvelarse por su pueblo trabaja por una ideología, con lo cual ya está dicho todo, tiene imitadores, como el ecuatoriano Rafael Correa, que mantiene encarcelada injustamente a Sandra Correa León, y que pretende modificar la Carta Magna, en su beneficio, naturalmente. También Evo Morales sigue la misma senda equivocada y pretende ir por el mismo camino Ollanta Humala. No resulta grato comprobar que el ruido, y en el caso de Chávez más que ruido es estrépito, y las apariencias que encubren lo que en el fondo no suele ser más que deseo de revancha y pereza, logran tantas adhesiones, tanta audiencia y comprensión. En el otro lado, en el del trabajo silencioso y tenaz, está el de Chile, único país latinoamericano en el que ha bajado el índice de pobreza. Nada que ver este dato con el de la subida del precio del petróleo o con ninguna otra causa que no sea el trabajo de los chilenos y la labor ortodoxa de su gobierno. Quizá con un gobierno de derechas también hubiera ocurrido, en mayor o menor medida. El hecho de que sea de izquierdas implica que la gente se pueda preguntar por los motivos por los que Chávez es imitado y Bachelet no. Sería mejor para Bolivia, sería mejor para Ecuador, sería mejor para todos seguir la senda de Bachelet, para que hubiera menos pobres. También hay menos corrupción en Chile.

sábado, 29 de septiembre de 2007

El desprecio de De la Vega

Hace pocos días, la vicepresidenta del gobierno dedicó “todo su desprecio” a algunos políticos españoles, no creo necesario decir cuales. Por mi parte, no tengo nada que alegar, puesto que cada uno desprecia lo que le parece bien. Sí que quisiera hacer hincapié en el detalle de que la Doña no ha caído en la cuenta de que una cosa es ser despreciado y otra ser despreciable. Es algo que yo he dicho varias veces, pero no me arrogo ningún mérito, es algo notorio, fácil de deducir a poco que se piense en el asunto. De ahí que el siguiente paso quizá consista en pensar en que tal vez De la Vega esté tratando de distraer la atención, porque lo cierto es que el gobierno de Zapatero ha fracasado y lo que debería hacer es dimitir y convocar elecciones inmediatamente. No lo hará, porque lo que sobra en la clase política española es ambición por gobernar y lo que falta es sentido del deber. Éste, junto con la prudencia, aconsejaba mantener un diálogo constante con el PP y pactar todas aquellas cosas que pudieran ser defendidas por ambos partidos. No lo ha hecho así el partido en el gobierno, ha buscado el aislamiento del PP, tratando de demonizarlo, tarea en la que quizá ha colaborado el propio partido de la derecha y como consecuencia los partidos nacionalistas se han crecido, espoleados muchas veces por los propios socialistas. El resultado de esa política ha sido el desafío de Ibarretxe, que el propio Imaz veía venir y trató de evitar. Lo lógico y lo correcto ahora sería que el PSOE buscara el apoyo del PP; lejos de ello, la vicepresidenta desprecia a sus dirigentes. Pero lo que nos interesa a los gobernados no es conocer las filias y las fobias de la buena señora, sino que se tomen las decisiones adecuadas. Y si le producen dolor de estómago, pues que se dedique a otra cosa.

viernes, 28 de septiembre de 2007

A propósito de las Malvinas

Se cometen tantos atropellos en el mundo que ya hemos perdido hasta la capacidad de horrorizarnos. Birmania está ahora en primer plano, pero no debemos olvidar al Sahara o a Guinea Ecuatorial, lugares en los que nos gustaría ver intervenir a la ONU; no con palabras sino obligando a cumplir las resoluciones. Son innumerables los sitios en donde se echa de menos la actuación de un organismo capaz de poner orden y de hacer cumplir una ley razonable. La ONU, por otra parte, sería la institución adecuada para hacer frente al terrorismo islámico, puesto que si mostrara un deseo evidente de defender la razón, desechando la ley del más fuerte, podría hacer ver a los aspirantes a terroristas que el camino del terrorismo es equivocado. El hecho de que no exista, puesto que las resoluciones de la ONU no suelen ser atendidas ni tomadas en serio se debe, sin duda alguna, a que a las grandes potencias no les interesa. La ONU sería capaz de poner coto a los desmanes de Chávez y de otros, obligándoles a ajustarse a las leyes. Podría ordenar a los dictadores que hicieran un progresivo plan de democratización. Por otro lado, podría luchar contra la corrupción en el mundo y acaso ponerle algún freno. Pero también podría ordenar a Estados Unidos que aboliera la pena de muerte. ¿Con qué argumentos la podría defender en un foro internacional? En la actualidad es un asunto interno. Tampoco hubiera podido Bush ordenar la invasión de Iraq, ni el sanguinario Sadam hubiera tenido la ocasión de morir dignamente a manos de unos verdugos infames. Sadam hubiera tenido que vivir y probablemente comprender su iniquidad. Otra cuestión por la que tampoco interesa la ONU a las grandes potencias es la pervivencia de las colonias inglesas. En la tesitura actual, Inglaterra no sólo no devuelve las Malvinas a la Argentina, sino que, con todo el descaro del que es capaz su graciosísima majestad, pretende ampliar el límite de las 200 millas de la costa hasta 350, por si hubiera petróleo. Ojalá se organice una protesta descomunal en Internet contra este atropello.

jueves, 27 de septiembre de 2007

El sudoku de Solbes

Llega Solbes y dice que ha resuelto el sudoku presupuestario. Una mirada a su rostro viene a indicar que tiene pinta de juguetón bien alimentado. No denota su cara rasgos heroicos que hagan pensar en alguien dispuesto a defender la ortodoxia y el rigor por encima de todo. Más bien da la impresión de ser el tipo que procura complacer a su jefe, siempre y cuando su crédito no resulte excesivamente dañado. (He escrito crédito. La palabra credibilidad fue inventada o difundida por Felipe González, así como la horrenda locución “en base a”; si se recuerda su otra afirmación, que según el mismo, fue muy meditada, en la que decía que “Anguita y Aznar son la misma mierda”, de modo que quedan patentes el respeto por el vocabulario y la capacidad para captar detalles del otrora llamado Dios.) Ésa es la justicia distributiva. Sectores próximos al PP han podido decir que los habitantes de las comunidades gobernadas por el PP vienen a percibir unos cincuenta euros menos por persona que los de las gobernadas por el PSOE. Hubiera estado mejor si hubieran dicho que cuando gobernaba Aznar no ocurrían cosas de ese tipo. Acaso Zapatero diga que hay dos ministros valencianos. Resulta que son Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes. Quizá Zapatero albergue la idea de situar a la vicepresidenta en el primer lugar de la lista de Valencia, esperando que llamándose Teresa haga un milagro y gane las elecciones. El milagro ocurriría si se situase el propio Zapatero como número uno por Valencia y a Fernández de la Vega la hiciese encabezar la lista de Madrid. Pero eso no ocurrirá, porque en el caso de que ganase las elecciones y repitiese como presidente, los valencianos le iban a exigir todo lo que le ha ido negando a Valencia desde el primer día, comenzando por el agua. Qué lejos está el día en que los presupuestos se hagan sin que medie una mínima sospecha de arbitrariedad o favoritismo hacia alguna de las Comunidades Autónomas.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Birmania, como ejemplo

Se empeñan algunos en torcer el rumbo natural de las cosas, sin comprender que la realidad es más fuerte que todo y que al final las cosas acaban siendo como tenían que ser. ¿Quién podía adivinar tiempo atrás el surgimiento de la televisión, el teléfono o Internet? Y ahí están haciéndonos la vida más fácil. Pero los móviles no sólo sirven para tener más controlados a los hijos, o Internet para ver cine en casa. Gracias a la tecnología, los ciudadanos de muchas partes del mundo han podido comprobar que en algunos lugares se come varias veces al día, así que se han puesto en marcha para pedir su ración. El único modo que quedará al final para frenar la inmigración consistirá en unir todos los países del mundo en uno solo, de modo que quien quiera ser votado tendrá que procurar que desaparezcan las discriminaciones. Y a pesar de que el mundo camina en una dirección, hay una serie de políticos azuzando al personal en otra diferente. Hay problemas, ocurren cosas, por ejemplo en el barrio del Carmel, de Barcelona, y también ocurre que en España hay una excesiva dependencia del turismo o de la construcción, y sin embargo la clase política se dedica a agitar algunas pasiones, para beneficio propio. No tiene ningún sentido luchar por la independencia de ninguna región española, siendo España una democracia y deseando los españoles profundizar sus convicciones democráticas. Si el País Vasco se independizara, a la vuelta de unos años tendría que volver a unirse a España, esta vez dentro de Europa y la situación resultaría muy enojosa. La fuerza de los vientos históricos es tal, que basta con fijarse en lo que ocurre en Birmania para comprender que tiempo atrás la dictadura de ese país hubiera tenido muchas más facilidades para actuar que ahora. Su poder actual se ve muy limitado, puesto que el mundo entero está pendiente de lo que hace, al tiempo que los manifestantes se ven apoyados moralmente desde todas partes del mundo. Los poderosos de antaño cada vez son menos poderosos. Los políticos españoles deberían limitarse a trabajar por los ciudadanos.

martes, 25 de septiembre de 2007

Debate sobre la sanidad en EE.UU.

Los distintos candidatos a la presidencia de EE.UU. proponen hacer cambios en el sistema sanitario de su país. Afortunadamente, las cosas son así. Va siendo hora de que allí piensen en algo más humanitario que lo que tienen en la actualidad. Deberían entender que el derecho a la salud es primordial y que cuando alguien va a un centro médico, por enfermedad propia o para llevar a algún familiar, en lo único que no ha de pensar es en el dinero. Sin embargo, uno de los candidatos ha tachado la propuesta de otro de estar socializada al estilo europeo. ¿Qué se habrá creído ese candidato? Precisamente, uno de los grandes logros europeos es el estado del bienestar, que ojalá no perdamos por culpa de los nacionalistas, que no paran de distraernos, haciéndonos olvidar el objetivo principal. Es cierto, no obstante, que la sanidad europea podría y debería funcionar mejor, pero hay que diferenciar entre idea y desarrollo. Tomando la idea, los estadounidenses se ayudarán; desarrollándola bien, nos ayudarán, porque demostrarán que es posible y nos obligarán a seguir su camino. Los motivos por los que no termina de funcionar tan eficientemente como sería deseable pueden ser varios. Por ejemplo, quizá lo que ocurra en España sea que nuestros políticos, ésos que nos prometen el oro y el moro cuando es la hora de votar, al salir elegidos procuran colocar bien a sus hijos, hermanos, padres, abuelos, primos hermanos, primos segundos, cuñados, suegros, amigos, etc., sobre todo si los tienen por ineptos. Quizá buena parte de esa parafernalia familiar y amistosa vaya a parar a la seguridad social y de ahí que ésta vaya con el pie cambiado y siempre detecte tarde los problemas y no acierte con las soluciones. Otro problema de la Seguridad Social es que jamás debieron transferirse sus competencias a las Comunidades Autónomas, puesto que es muy difícil hacer un reparto justo de los fondos, sobre todo en estos tiempos en los que se viaja tanto. Una Comunidad no es menos autónoma por no controlar su Seguridad Social. De modo que los estadounidenses pueden tomar la idea y rechazar las equivocaciones.

lunes, 24 de septiembre de 2007

El grito de Pérez-Reverte

Hace unas semanas, Arturo Pérez-Reverte lanzó un grito enojado, motivado por esas entidades financieras que incitan a la gente a endeudarse. Pueden caer en la tentación personas inconscientes, que creen a pies juntillas que las cosas son exactamente como se las pintan, o sea, de color de rosa. Las entidades que ofrecen el crédito, cuando estudian la viabilidad del mismo sólo suelen fijarse en que sus intereses estén bien cubiertos. Es quien contrata con ellos quien debe preocuparse por sus intereses, de modo que es bastante fácil que no surja nadie que les avise de que el hecho de que en el presente puedan pagar las cuotas no significa que siempre vaya a ser así. El motivo del grito es ese, pero todo parece indicar que la publicidad que lo motivó no fue más que la gota que desbordó el vaso. Desde hace mucho tiempo, se intenta vender a la gente cualquier tipo de cosa. Es posible que primero nos la den gratis, nos inciten una y otra vez a usarla y cuando se nos ha hecho imprescindible, se acabó la gratuidad y también las comodidades, como es el caso de las tarjetas, curiosamente también bancarias. Pero no sólo son las entidades financieras las que actúan así o de modo parecido, sino que prácticamente todos los que aspiran a vender algo, hacen lo mismo. El grito de Pérez-Reverte, entonces, aunque esté motivado por un hecho concreto, como el de Munch, también como este parece albergar una carga que se ha formando poco a poco. Que no venga Cañizares, el monseñor, a explicarlo. Él diría que eso ocurre porque no se tiene presente a Dios y entonces puede ocurrir que alguien le pida que demuestre la existencia de Dios. Lo que sí se echa de menos muy a menudo es el respeto por sí mismo en un buen número de personas. Lo que hoy nos parece una barbaridad, será sobrepasado con creces mañana y así sucesivamente. Ya no hay una línea que todo el mundo procura no sobrepasar, sino que ya vale todo y cada uno trata de salirse con la suya por los métodos que sean. Por eso, el espectador, ante el cuadro de Munch, se siente enseguida vinculado con él y hace suyo el grito.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Fujimori, en Perú

Los poderosos suelen tener la tentación de pisotear a los humildes, sin tener en cuenta los derechos que también tienen. Algunos no resisten esa tentación. El propio Fujimori quiso participar en la captura de un terrorista. Durante el traslado en avión, lo amenazó con tirarlo al vacío. El preso se asustó tanto que mojó el avión, cosa que debió hacerle mucha gracia al bromista. Lo que se les escapa a los poderosos que ceden a esa tentación es que con su acto renuncian a su dignidad (acaso porque no les interesa tenerla), mientras que sus víctimas pueden conservarla íntegra. El hecho de que algunos poderosos no tengan dignidad no evita, por otro lado, que se vean rodeados de aduladores y de que se les brinden todo tipo de honores. Pero todo eso es ficticio, puesto que cuando se da el caso, ocurre de vez en cuando, que el poderoso deja de serlo suele quedarse absolutamente solo, como bien le ha ocurrido a Fujimori. Sus antiguos amigos, encargados de ejecutar sus órdenes, ahora son sus enemigos, puesto que tratan de descargar toda su responsabilidad en él. Su vuelta a Perú, tras tantos años de fuga, debería ser motivo de reflexión para los peruanos que lo votaron. Si hubiera ganado las elecciones Mario Vargas Llosa, que era su oponente, las cosas no hubieran ido tan mal. La gente incapaz tiene tendencia a utilizar la fuerza. Ese no es el caso de MVLl, que jamás se hubiera convertido en dictador. Fujimori fue un inesperado vencedor de las elecciones y pronto debieron de darse cuenta los peruanos de que se habían equivocado con él. No fue así, sino que además muchos de quienes le eligieron votan hoy a su hija o a Ollanta Humala. Quizá haya en algunos países de América Latina un sentimiento de inferioridad que les lleva a votar a candidatos totalmente inapropiados y perniciosos, como Hugo Chávez, Rafael Correa, o el propio Evo Morales, todos ellos con tendencia a aumentar su poder y la duración de sus mandatos.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Inquietudes sobre los superdotados

En los buscadores de Internet, a menudo detecto preguntas como “problemas de los superdotados”, “integración social de los superdotados”, y otras de este jaez. Cuando las veo, no puedo evitar preguntarme por la intencionalidad de sus autores. La inteligencia social puede ser un arte, pero la vida es un misterio. El ser humano no se compone únicamente de inteligencia, tiene otras muchas facultades y cada una desempeña un papel. ¿Por qué decidió Sócrates tomar la cicuta en lugar de escapar como le ofrecían y vivir el resto de su vida humillado? ¿Por qué hay otros que con tal de lograr un puesto de relumbrón en la sociedad son capaces de sacrificar su dignidad? A algunos no les pesa saber en su fuero interno que son innobles e indignos. Pero en estas grandes decisiones humanas resulta mucho más determinante el valor que la inteligencia. Un superdotado es alguien que tiene un rasgo diferencial, como también lo tienen quienes son más altos o más bajos que la media, o de piel más clara o más oscura, etc. Hay superdotados extravertidos e introvertidos. Los hay de familias ricas y pobres. Con salud de hierro o delicada. Las posibilidades, como se ve, son múltiples. En función de ellas y de otras cosas, unos tendrán más facilidades que otros en el mundo. En cualquier caso, se trata de personas que tienen una peculiaridad y eso supone una dificultad, más grande o más pequeña según los casos, para lograr la integración social. Todas las personas tienen inteligencia, más o menos, y la pueden usar para bien o para mal. Si todos la usaran para bien, no cabe ninguna duda de un superdotado sería bien recibido siempre. En cualquier caso, la sociedad debería utilizar a los más inteligentes en su beneficio. Si los más inteligentes estuvieran en los sitios adecuados, los trenes se estropearían menos, las enfermedades se curarían mejor, el dinero se gastaría de un modo más racional, etc. Aparte de que eso sería lo justo. La injusticia es mala para todos.

Premios Blog Solidario

El rosado y hermoso El color del cristal ha tenido a bien honrarme
citando este blog como solidario. En principio me sorprende, porque
yo aquí no hago más que criticar. Probablemente, se ha dado cuenta
de que la intención es buena. Ya me lo decían a mí hace mucho,
mucho tiempo: "quien bien te quiere te hará llorar". La verdad es que
cuando me lo decían me ponía en guardia. Bien, lo cierto es que el
bendito Color del cristal ha visto cosas positivas en lo que aquí se dice, cosa que me ha alegrado
tanto que, como comúnmente se dice, me he puesto a bailar con un solo pie. Ahora toca lo estipulado, que es seguir las normas de la cadena, que comienzan por mostrar la imagen del premio y citar el blog que lo ha concedido, cosas ya hechas al principio y también enlazar la concesión del premio. Y luego hay que citar un mínimo de siete blogs, que también sean solidarios, eso también es fácil.
Comienzo por Noticias de Gaia, interesantísimo para estar al día en cuanto a las noticias de la ciencia se refiere.
El siguiente de la lista es Domingo, por el blog y porque su titular es donante de sangre. ¡Hay que hacerse donante de sangre!
Le toca ahora a Pernelle y aquí me he dado cuenta de que me ha faltado explicar que el orden por el que van no significa que haya ninguna preferencia.
Marta es una chilena que vive en Alemania. Es inagotable y siempre simpática.
Zenia es una cubana que vive en Cuba y que siempre mira por los débiles y desamparados.
El blog de Lidia es este y va en inglés. No puede faltar aquí Marina, aunque lo suyo no sea un blog. Es la auténtica solidaria.
Ahora hay que avisar a los agraciados de que han recibido un premio.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Educación para la ciudadanía, en inglés

Es sabido que al pío presidente de los valencianos le gusta meditar bien las cosas, o sea, utilizar el cerebro. (Sería bueno que es gusto por la inteligencia le llevara a preocuparse por la gente con talento. Detectar a los superdotados en los colegios y hacerles un seguimiento para que no se malogren, sería una buena medida. No vale decir ¿no son tan listos?, pues que se arreglen. Tampoco es de esperar que se deje vencer por la envidia, puesto que, como es sabido, ese fue el motivo por el que Caín mató a Abel.) Una vez que Camps ha dado con la idea genial, enseguida pone esa cara sonriente, en la que se pone de manifiesto la confianza en el futuro de quien no tiene que pagar la cuota de la hipoteca cada mes. Esta vez, el presidente al que se atribuyen cualidades maquiavélicas ha pensado en que la asignatura Educación para la Ciudadanía se dé en inglés. Probablemente, acierta. Una asignatura como esa podía resultar sumamente aburrida, salvo que los profesores se la tomaran muy en serio, tanto si se daba en castellano como si se hacía en ese catalán que el cuco presidente llama valenciano. Pillín, pillín. En inglés, la cosa cambia. Todos tendrán que estar muy atentos y además se pone en juego el orgullo patrio. Los niños españoles querrán demostrar que son, al menos, tan buenos ciudadanos como los ingleses. La ministra lo ha entendido enseguida y ha dado el visto bueno. Por su parte, Pla no se entera, como suele ocurrir. Ha desautorizado a la ministra y ha atribuido la propuesta a la maldad de Camps. Apoya al presidente en lo que no debe y le critica en lo que no toca. Hace poco, para sorpresa de propios y extraños salió en defensa de Zaplana. Puestos a defender a alguien del PP, podría haber pedido para la alcaldesa de Valencia la presidencia del Consorcio de la Copa América, que es lo justo.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Josep Antoni Duran i Lleida

Leí “Entre una España y la otra” de J.A. Duran y me pareció un hombre sumamente culto, dialogante y alejado de estridencias. Enseguida lo eché de menos en la política española, pero también comprendí que su perfil no se ajusta a lo que es habitual en ese mundo. Se trata de alguien interesado por todo lo que ocurre en el mundo y que además está muy informado. Me extrañó que con un talante tan comedido y bien dispuesto fuera nacionalista y lo achaqué a que a lo que parece en Cataluña hay que serlo, para ser bien visto en ciertos ambientes. El ama profundamente las costumbres, tradiciones y modo de mirar la vida de sus conciudadanos. Ama a Cataluña. Pero para ello no es necesario ser nacionalista. También aman a Cataluña los militantes o votantes de los partidos no nacionalistas. Por otro lado, Duran i Lleida no odia a España, como parece ser el caso de otros. Amar a Cataluña no implica odiar a España, más bien ese odio pone en cuestión el amor preconizado. Quien odia no puede pretender un mundo más justo ni un reparto más equitativo. En lo que respecta a la militancia nacionalista de Duran, ésta podría deberse a que sus postulados políticos, nacionalismo al margen, sólo los defiende Unió Democrática de Catalunya. Supongo que si pudo estar al lado de Pujol es porque quien tomaba las decisiones, llevaba a cabo las políticas y diseñaba las estrategias era éste y no él. En esta vida hay que hacer de tripas corazón muchas veces, andar con remilgos puede conllevar el quedarse solo. Pero ahora le proponen ser candidato, es decir, ha de hacer suyas muchas propuestas que si a Pujol le parecen atractivas y correctas, para él son inaceptables. Y ahora dicen que hecho un daño irreparable a la marca electoral, cuando al decir que no quiere compartir casa con socialistas e independentistas lo que ha hecho introducir la cordura en la política. La irracionalidad es lo que hace un daño irreparable allá en donde se encuentra.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Denia

Denia es una ciudad con vocación de capital, cosmopolita, culta y con una rica historia. Tiene, como es lógico suponer, ayuntamiento, cuyos componentes no son escasos y cobran buenos sueldos. Sin embargo, no han sido capaces de entender, uno a uno, ni todos juntos, el problema de un vecino que, desesperado, ha tenido que recurrir a la justicia. Emitido el fallo a favor del demandante, ahora se trata de buscar el modo de no cumplir del todo la sentencia. Dicen que la justicia es lenta, pero si encima tienen que resolver asuntos que corresponden a los políticos, motivos tiene. Parece ser que la palabra tradición es un argumento definitivo para algunos y la cosa no es así. Hay tradiciones muy hermosas que conviene defender con todas las fuerzas, pero hay otras que conviene eliminar cuanto antes. Son tradiciones que avergüenzan y quienes participan en ellas demuestran que están por desbravar. Este no es el caso de las fallas, cuyo fundamento es especialmente original y digno de encomio. Pero el hecho de que la tradición fallera sea una de las más bellas y divertidas no significa que tengan derecho a desmadrarse y hacer lo que quieran. Una falla no tiene el porqué dañar los edificios de su entorno. Si no puede tomar medidas para protegerlas totalmente, ha de reducir su tamaño y si esto no es bastante, irse a otro lugar. Los vecinos ya tienen bastante con soportar el ruido, tampoco tienen ninguna obligación de ser partidarios de la fiesta. Terminada ésta, el ruido se olvida y los vecinos pueden volver a dormir por las noches. Pero los daños en los edificios permanecen. ¿Por qué han de soportar esto año tras año? Si por algún motivo similar, fuera conveniente trasladar la falla de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia, habría que hacerlo. No es probable que ocurra, porque la plaza del Ayuntamiento es amplia, pero sí que podría ser el caso de otras fallas. La pregunta es: ¿para qué pagamos tantos políticos?

martes, 18 de septiembre de 2007

¿Hay crisis?

Presenta Alan Greenspan su libro de memorias en el que afirma deberán ir subiendo para poder controlar la inflación que en el 2030 deben alcanzar al menos el 10 por ciento. Con ello deja a Botín a la altura del betún y como incierta la boca de Alierta. ¿Qué es eso de que la crisis no afectará a España? Miguel Ángel Fernández Ordóñez, por su parte, presume de la solidez de las empresas financieras españolas. Lo que sabe todo el mundo es que muchas familias españolas viven angustiadas. Han de hacer grandes sacrificios y privaciones cada mes para poder pagar la cuota de la hipoteca. La angustia es real. Greenspan ha terminado de bajarlas de la nube, en la que soñaban con un futuro próximo en el que las cosas fueran como las pensaban cuando decidieron firmar la hipoteca. Lo más probable es que las mensualidades que han de pagar sigan subiendo y su asfixia cada vez mayor. Aquello tan hermoso que les incitaron a creer ha acabado por convertirse en una trampa de la que no pueden salir. ¿Qué ocurrirá si uno de los cónyuges va al paro? ¿Qué querencia tienen los políticos por el ladrillo que ninguno alertó del peligro que se cernía? Es hora de soluciones y a Rajoy se le ocurre una estrambótica e inviable. Ante los tiempos difíciles que no es que se avecinan, sino que ya están ahí, se imponen soluciones drásticas. No hay remedios milagrosos, por tanto hay que mirar a largo plazo, lo que supone que habría que invertir en investigación y en buscar formas de desarrollo. A corto plazo, habría que reducir el número de cargos políticos, de asesores perfectamente prescindibles, de campañas publicitarias de los partidos. Pero no lo harán, necesitan de la grandilocuencia. De modo que las angustiadas familias no sólo tendrán que pagar las cuotas de las hipotecas, sino que tendrán que seguir costeando con sus impuestos los coches oficiales, las tarjetas Visa, los viajes de los diputados (aunque a menudo éstos no tengan ningún interés para los ciudadanos), etc. Hay crisis, pero la crisis no es para todos.

lunes, 17 de septiembre de 2007

La cuota en los consejos de administración

Resulta que las mujeres se resisten a ser consejeras de cuota, según publica hoy Cinco Días. Aducen para apoyar su negativa que quieren ser elegidas porque lo valen, no por ser mujeres. Y esto me resulta algo sorprendente, por cuanto yo venía creyendo que lo que falta para sentarse en un consejo de administración es tener muchas acciones de la empresa y arte para dar codazos a los competidores. Tengo entendido que la lucha para ocupar los cargos no suele ser nada señorial ni versallesca, aunque a menudo, una vez terminada, los contendientes guarden las formas, más que nada por interés. Teresa de Jesús, cuya valía nadie puede poner en duda (fundó 34 conventos y figura por méritos propios junto a los grandes nombres del Siglo de Oro), no hubiera sido admitida en ningún consejo. Es chocante que ahora que las mujeres pueden acceder a un puesto que solían tener muy difícil, se muestren remilgadas y dubitativas. La torpeza de Zapatero, acerca de esta cuestión, fue la de nombrar igual número de ministras que de ministros, dirigiendo así los focos hacia una dirección, que hacía más visibles a las ministras de cuota que a los ministros tontos. No voy a decir nombres. Hubiera podido nombrar más mujeres que hombres, o incluso dos terceras partes de mujeres y una de hombres. ¿Qué prurito llevó al presidente a nombrar el mismo número de hombres que de mujeres? ¿Por qué no podían ser más éstas? Hay feministas de salón. Si hubiera actuado de este modo, a nadie se le hubiera ocurrido pensar en la cuota, la atención hubiera estado puesta en la calidad del trabajo. Creo que hay pocas mujeres que ocupen la presidencia de las empresas y acaso este detalle constituya la prueba de que no se alcanza el cargo gracias a la capacidad, sino por otros motivos. ¿Cómo se ha podido pensar durante siglos que las mujeres eran inferiores? El hecho de que hayamos comulgado con esas ruedas de molino explica muchas cosas. Somos capaces de descubrir la ley de la gravedad (que no tiene nada que ver con los rostros serios de los consejeros) y no nos damos cuenta de que las mujeres valen igual que los hombres. Hay gente incapaz de captar el mérito ajeno.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Eduardo Punset y el desprecio

Eduardo Punset ha concedido una entrevista a Rafa Marí, para Las Provincias, que recomiendo leer, puesto que me parece francamente interesante; afirma en ella que lo opuesto del amor no es el odio, sino el desprecio. Si lo dice será porque cree que es así. Por mi parte, se me ocurre apuntar que quien odia trata de hacer todo el daño que puede al objeto de su odio. Es por eso que el odio embrutece a quien se deja dominar por él. El desprecio es otra cosa. Conviene diferenciar entre ser despreciable y ser despreciado. Despreciable es algo que no merece ser tenido en cuenta, por diversos motivos. En cuanto al ser humano se refiere, que es de lo que se trata, despreciable es alguien en quien destaca su maldad, la mezquindad de sus actos, su proclividad a portarse siempre del modo más ruin. El desprecio injusto no debería hacer mucha mella en la persona despreciada, que debe centrar sus esfuerzos en actuar correctamente primero y sólo después en que su comportamiento correcto sea apreciado. Algunas personas usan el desprecio de forma caprichosa o interesada. Desprecian aquello que les produce temor, por desconocerlo, o que está fuera de su alcance. El desprecio les sirve para reafirmar sus maltrechas personalidades, puesto que están incapacitados para lograrlo mediante el esfuerzo, como sería lo aconsejable. Hay personas tan prontas a humillarse ante el superior jerárquico y en general ante todo aquel al que se suponga con poder e impelidas a despreciar todo aquello que no entre en sus círculos de interés, que no suelen contener intenciones elevadas o aspiraciones de alcanzar la bondad. Los sueños de las personas de desprecio fácil se circunscriben a lograr la sonrisa de sus superiores y a comprarse más casas y más coches. Al final, quizá resulte más cómodo ser despreciado que ser odiado. Aunque quien desprecia injustamente, odia al mismo tiempo. Este es el despreciable.

'Hablar con corrección'
'Tu mentira es mi verdad'
'La mente criminal'
'La Comunidad Valenciana y el guirigay nacional'
'Breve historia de la paradoja'
"Entre una España y la otra",
'Diarios. La hierba crece despacio'
'El retablo de las criadillas'

sábado, 15 de septiembre de 2007

No pasa nada en Cataluña

Tan sólo que unos independentistas han quemado fotos de la Familia Real, para protestar por la visita del rey a Gerona. Lo que ocurre es que no se trata de un hecho aislado, sino de que la escalada nacionalista va en aumento, pero no por sus reivindicaciones en sí, sino p0r sus maneras, sus impaciencias, sus modos de presionar. Diríase que los nacionalistas saben que no pueden defender sus ideas teóricamente, puesto que el nacionalismo en nuestros días es algo trasnochado y fuera de lugar. Los nacionalistas no se dirigen a la razón cuando hablan, sino a los sentimientos, que tratan de despertar y estimular al máximo. Puesto que en el campo de las ideas tienen poco que hacer explotan el de la fuerza, haciendo ver que son muchos, abucheando y hostigando a quienes no piensan igual o haciendo el vacío a quienes denuncian prácticas discriminatorias. En el País Vasco, Imaz, un nacionalista convencido, que quiere usar métodos correctos, lógicos y legales, para alcanzar sus objetivos, se ve obligado a dimitir y además es tildado de españolista. Tienen muy pocos miramientos quienes le acusan de ello. En primer lugar, porque no es cierto que sea españolista. Y en segundo, porque en todo caso, la palabra españolista no puede ser un insulto. Los catalanistas que tratan de imponer sus ideas, por llamarlas de algún modo, a los catalanes que tienen otras, y que se quejan de que los castellanos les imponen las suyas, tampoco respetan a los valencianos que desean que el idioma valenciano se rija por las normas que fijen los propios valencianos. Entre el nacionalismo vasco se puede detectar algún tipo de comprensión hacia la existencia de ETA, de hecho se les hacen muchos homenajes a los etarras. Están lejos de avergonzarse de la ETA. En Cataluña no hay terrorismo, ya desapareció Terra Lliure. Quedan las víctimas, a las que tampoco se les suelen hacer homenajes ni desagravios. Por sus frutos los conoceréis. Presiones, ofensas, griterío, búsqueda de ventajas, etc. ¿Qué fue del seny?

viernes, 14 de septiembre de 2007

La retirada de tropas de Iraq

Anuncia Bush la retirada de unos cuantos soldados de Iraq y con ello pone de manifiesto su incapacidad para terminar bien lo que empezó mal. La guerra sólo puede ser el último recurso, pero para el presidente de EE. UU. no parece haber otro, lo que viene a demostrar su enorme torpeza, por no decir algo peor. No puede tener ninguna justificación el hecho de haber destruido un país, con la consiguiente matanza humana, después de haberse probado que todas acusaciones en las que se apoyaron para hacer la invasión eran falsas. No se entiende que encontrara acompañantes en la aventura, salvo si se tiene en cuenta, en lo que a Blair se refiere, que los ingleses siempre apoyan todo lo que haga EE. UU., y si se piensa en España queda claro que ha salido perdiendo mucho, no se sabe si Aznar, personalmente, habrá ganado algo. La invasión de Iraq propició el juicio al sátrapa Sadam y su ignominioso ajusticiamiento. Pudo morir pensando que quienes le juzgaron y condenaron son peores que él. El país ahora está peor que antes y no se le ve salida a corto o medio plazo a la situación. No se puede imponer la democracia por decreto. La salida total de las tropas de EE.UU. propiciaría el caos. Tampoco son bien vistas en el país. La única solución sería que Bush entregara el mando de las operaciones a la ONU, pero eso sería tanto como reconocer su fracaso. Habrá que esperar a que haya un nuevo presidente, para esperar alguna medida correcta. Tengo la impresión de en los momentos en que la ciudadanía de un país no tiene un buen concepto de sí misma elige al peor de los candidatos como presidente. Es lo que viene ocurriendo en el País Vasco, por ejemplo, en el que no sólo se viene eligiendo al peor candidato, sino que no se logra extirpar a ese cuerpo gangrenoso que es la ETA. Ésa es la única explicación que le veo al hecho de que Bush haya sido elegido dos veces.

'Hablar con corrección'
'Tu mentira es mi verdad'
'La mente criminal'
'La Comunidad Valenciana y el guirigay nacional'

'Breve historia de la paradoja'

"Entre una España y la otra",

'Diarios. La hierba crece despacio'

'El retablo de las criadillas'


jueves, 13 de septiembre de 2007

Diferentes modos de ver España

En algunos lugares, periféricos por cierto, se insiste en que hay diferentes formas de ver España, achacando de paso al centralismo el deseo de imponer una sola manera de entender la nación española. Yo creo que todo eso está muy bien, pero habría que comenzar por decir que una nación no es un hecho absoluto y perenne, sino algo circunstancial y que debe estar al servicio humano y no al revés. Si es mejor para la humanidad hacer algún cambio, conviene llevarlo a cabo. Luego y volviendo al principio, creo que es cierto que hay que aceptar los distintos modos de ver las cosas. Y hacer hincapié en que tampoco se puede ver a Andalucía, Canarias, Cataluña o Castilla la Mancha de una sola manera. Porque lo curioso es que quienes piden que se acepte la diversidad española a lo mejor ven Cataluña de un modo monolítico y no aceptan que surjan partidos discrepantes como Ciutadans. Tampoco es raro que menosprecien a los valencianos, sobre todo a los que desean ser valencianos y no catalanes. Tampoco en el País Vasco se acepta la discrepancia e incluso se incumple la ley. Para izar la bandera española hay que tener madera de héroe. Una buena parte de los vascos viene obligada a mirar debajo del coche antes de utilizarlo. La otra parte, lo consiente. Esta es una actitud de sinvergüenzas y cobardes. Con ella se está construyendo la patria vasca. Creo que todos podemos convenir, volviendo a la diversidad española, que la descentralización es un gran avance. También se puede observar, empero, que el sistema español necesita muchas mejoras, ya que no se meditó lo suficiente el sistema de las autonomías. Habría que intentar aunar todas las voluntades, buscando el punto medio y procurando la solución más justa en cada caso. Se debería procurar que el diálogo se impusiera siempre y que no hubiese lugar al uso de la fuerza o a hacer valer la ley del más fuerte, como viene ocurriendo, puesto que unas Comunidades Autónomas tienen más predicamento que otras.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

A propósito de Madeleine

Un día supimos que había desaparecido Madeleine McCann y se nos puso el corazón en un puño. Los niños están indefensos. Dado el morbo que enseguida envuelve estos casos, he preferido seguirlo de lejos, pero sin perderlo de vista. De pronto, y acaso de un modo no muy sorprendente, la cuestión ha dado un giro dramático, horrible. La solución podría ser la que menos deseamos todos. Pero, sea lo que sea lo que resulte al final, lo cierto es que los niños dependen en gran medida de la suerte. Y no sólo por lo fácil que resulta hacerles daño, sin que ellos puedan defenderse o sean capaces de hacerlo saber a las autoridades. Pueden ser maltratados física o psicológicamente durante mucho tiempo, sin que la justicia se dé cuenta. Pero no terminan ahí los males de los niños. Muchos padres, en lugar de educarlos, los adoctrinan o los adiestran. Es cierto que los niños a medida que van creciendo pueden adquirir conciencia de la libertad y comprender que la palabra final, con respecto a lo que hagan con su vida, es suya. Sin embargo, algunos padres son tan manipuladores que logran establecer una dependencia psicológica muy fuerte de sus hijos hacia ellos. Por ello, convendría no olvidar que los niños tienen derechos y que el Estado está llamado a protegerlos. Por tanto, debe el Estado procurar que los niños reciban en los centros escolares una educación que les enseñe a pensar por sí mismos, a amar la libertad, tan intrínseca al ser humano, y a decidir aquellas cosas que su conciencia les dicte. También se les ha de preparar profesionalmente para que puedan ganarse la vida. Y puesto que no se puede pretender que creamos que todos los padres miran en primer lugar por sus hijos, debería el Estado dotarse de leyes que le permitieran ejercer de modo más cabal esa tutela sobre los pequeños. Dicho en otras palabras, en el caso de que lo sucedido a Madeleine McCann hubiera tenido lugar en España, el Estado debería tener derecho a exigirles que demostraran haber hecho todo lo posible para que la niña no pudiera desaparecer.

martes, 11 de septiembre de 2007

La paellera

Quien ose poner una paellera al fuego es probable es que reciba una bofetada que le quite cualquier intención de repetir. Y es que una paellera es algo que no existe, pero forzando la imaginación podría ser, como mucho, la señora que guisa la paella. Tampoco existe la palabra paellero. El diccionario de la RACV está a disposición de quien lo quiera comprobar. Se viene utilizando, a falta de una mejor, para designar tanto el lugar hecho ex profeso para guisar paellas, como al señor que la cocina. Y es que la prudencia más elemental invita a no sacar conclusiones a partir de algo que se desconoce. Pero la gente osada desconoce la virtud de la prudencia y si a la osadía se le unen la pereza y el mal gusto, ya tenemos la paellera en danza. En danza y en el DRAE. Todo empieza al pensar que si lo que se está comiendo es paella, la lógica dice que el recipiente en el que se ha guisado no puede sino llamarse paellera. El error consiste en que el plato conocido como paella, en realidad, no tiene nombre. Paella es el vocablo valenciano que designa a la sartén. Ello significa que el equivalente de paellera en castellano es sartenera. Acaso, en tiempos pasados el universal plato valenciano se llamó “arròs en paella” (arroz en sartén) y de ahí pasara a ser conocido simplemente como paella. La cosa funcionó bien, sin equívocos lingüísticos ni culinarios, mientras el plato fue principalmente cosa de valencianos. En la Comunidad Valenciana no es infrecuente que se pida, aunque se esté hablando en castellano, la paella para freír un huevo, unos salmonetes o lo que se tercie. Cuando el plato ha cobrado fama y se ha expandido por el mundo ya no sólo se llama paellera a la paella, sino que se echa tocino, vaca o habas al arroz. Luego, llega un turista a Valencia, le sirven una paella auténtica, de las que harían morirse de gusto a la Narbona o la Salgado, y se queja de que le han timado porque no le han puesto percebes. ¿Y de qué nos hemos de quejar los valencianos?

lunes, 10 de septiembre de 2007

El Periódico, maniqueo

Insiste El Periódico en su idea de que es recomendable dialogar con la banda terrorista ETA, a pesar de que todos los intentos que se han hecho, como era fácilmente previsible, han constituido grandes fracasos. Quienes opinan de este modo suelen poner ejemplos que no son homologables y obvian el análisis fácil y lógico que indica que es imposible darle a la banda algo que le compense lo suficiente para que deje sus prácticas. Es decir, consiguen grandes cantidades de dinero, merced al impuesto revolucionario. Son aclamados como héroes, es cierto que por gente infame, pero ellos no captan este último detalle, puesto que aun son peores. Ellos plantean otras cosas para la negociación, claro. Y saben que lo que piden es imposible, sobre todo si lo exige una banda terrorista. ¿Para qué perder el tiempo con ellos, entonces? ¿Para qué se hace el numerito de soltar a Otegi, después del gran despliegue policial que fue necesario para detenerlo? Haría muy bien El Periódico en instar al PNV a que se uniera al PSOE y al PP en la lucha contra la banda y en insistir en que no utilizara esta cuestión electoralmente. Pero es difícil que el PNV de Arzallus, de Ibarretxe, de Egiguren, se una con partidos españoles para cazar vascos, aunque se trate de vascos degenerados. Tampoco recuerdo que Imaz haya exigido que el partido que preside actúe como debe en esta cuestión. Pero el diario catalán no sólo sigue insistiendo en las bondades del “diálogo”, sino que en su editorial de hoy hace la pirueta dialéctica de decir que no hubo tal, sino un intento de tomadura de pelo de Zapatero a la banda. Todo lo que haga Zapatero está bien. Si negocia, es bueno hacerlo. Si lo que hace es intentar convencer a los terroristas para que sean buenos y se rindan, también está bien. Menos suerte tiene la oposición, a la que califica despectivamente como la derecha. El PP no es la derecha sino un partido de derechas. Y no todas las personas de derechas están de acuerdo con la actitud de este partido en esta cuestión. Por otro lado, los partidos de derechas son legales y en algunas cosas aciertan. No se entiende ese trato desabrido e irrespetuoso.

'La desaparición de Majorana'

domingo, 9 de septiembre de 2007

Se equivoca El País

El rotativo madrileño suele estar de parte del gobierno socialista y en contra de los intereses valencianos, cuando éstos los defiende el PP. Hace mal, porque si se pone de parte de quien no tiene razón, fomenta el sectarismo, del que ya andamos bastante sobrados. El gobierno socialista ha asumido por la brava la presidencia del Consorcio de la Copa América y, como bien explica Enrique Arias Vega, Rita Barberá la reclama para sí no por el huevo, sino por el fuero. Recuerda, además, Enrique Arias que cuando los Juegos Olímpicos del 92, el presidente del gobierno, Felipe González, se mantuvo en un discreto segundo plano y dejó que Pasqual Maragall acaparara todo el protagonismo. Yerra El País al no defender lo que es justo y también el gobierno al tratar de atropellar a Rita Barberá, que en modo alguno se va a dejar. Lo que va a conseguir el gobierno de Zapatero es que el pueblo valenciano piense que ha sido agraviado de nuevo y arrope aún más a su alcaldesa. Por decreto y con urgencia, derogó el PHN, y luego viene la Narbona sonriendo y hablando de campos de golf. Por decreto ha suprimido el gobierno el idioma valenciano y por decreto se queda con la presidencia del Consorcio. Dice la ministra Salgado que se siente valenciana y que quiere representar a todos los valencianos. Si eso fuera cierto, no se apoyaría en los decretos, sino que dejaría que la presidencia la ostentase quien debe y apoyaría las causas valencianas. Podría ganarse la voluntad de los valencianos muy fácilmente si recomendara la disolución de la fenicia AVL, ese nefando invento de Zaplana. Conviene recordar que los primeros gobiernos democráticos de la Comunidad Valenciana fueron socialistas y que parecían invencibles. Eso significa que si el gobierno de la nación quiere lograr el favor de los valencianos lo que tiene que hacer es interesarse por sus asuntos. El pueblo valenciano tiene que ver que se le respeta y se tienen en cuenta sus deseos.

sábado, 8 de septiembre de 2007

La subida del pan

De pronto sube el pan y lo hace sin previo aviso. No se ha visto en los meses previos ninguna inquietud en este sentido ni tampoco ninguna alerta de ningún político, o algún movimiento por parte del gobierno tendente a paliar o evitar esta subida. Pero no puede ser que el gobierno se haya olvidado de los ciudadanos. El pan es un alimento básico. Claro que cuando nos llegan los ecos de que Zapatero pretende modernizar el país, ya sabemos que está metido en algo muy importante y que, acaso por ese motivo, no puede preocuparse por otras menudencias como el precio de pan. Total, son unos céntimos por barra. Zapatero quiere modernizar España. ¡Ahí queda eso! ¿Es que España es como Marruecos? Quizá va a eliminar las listas cerradas, para que los políticos tengan que ganarse el favor de los ciudadanos. Para que Rajoy no pueda poner en las listas a quien quiera, sino que sean los votantes quienes tengan mayor peso decisorio. Acaso pretenda nuestro bienintencionado presidente acabar con la espiral de exigencias insolidarias de las Comunidades Autónomas. O tal vez desee acabar con los mensajes sectarios que difunden los partidos políticos y transmitir la idea de que todos los ciudadanos y partidos que respetan las leyes tienen los mismos derechos; y que no se pueden tener contemplaciones con quienes se declaran próximos a los asesinos. Podría ser incluso que esa tarea de modernización incluyera el sueño de que a los humildes se les conceda la misma dignidad que a los poderosos y que puedan evitar ser pisoteados por éstos. O que pretenda dotar al mayor número de hogares posible de Internet con banda ancha, con una velocidad de conexión homologable con la de algunos países europeos cercanos. También podría modernizar España dedicando mayores esfuerzos a la investigación y a la ciencia, para depender menos del turismo y la construcción. Hay muchas cosas por modernizar, no sólo las que anteceden. Pero mientras tanto pagaremos más caro el pan. Y eso que ya no sabe como antes.