lunes, 2 de mayo de 2016

Problemas en el PSOE

Todos los partidos tienen problemas en la hora actual, pero los del PSOE son acuciantes, como lo prueba el hecho de que un partido tan grotesco y faltón como Podemos aspire a desbancarlo.
Para situar el problema basta con tener en cuenta que Felipe González sigue siendo, con mucha diferencia, el mejor líder que ha tenido este partido. Hubo otro, José Borrell, al que no se dio la oportunidad de demostrar sus habilidades. Los que han venido después han sido cada vez peores. Y a nadie en el PSOE se le ocurre volver a poner a Borrell, o incluso a Redondo Terreros, sino que las posibilidades que se barajan para sustituir al Secretario General actual dan pavor. A los sectarios no, claro. Los sectarios están dispuestos a votar lo que sea, y si hay que taparse la nariz se la tapan.
Estos problemas del PSOE también sirven para dar idea de que el diseño del Estado de las Autonomías fue ingenuamente optimista. Si cuesta tanto trabajo encontrar un líder solvente, ¿por qué se espera conseguir 17 más?
Hay que cambiar cosas, por el bien de los españoles. Una de las cosas más urgentes es la separación de poderes, con la cual se reduciría drásticamente la corrupción. Y otra sería la de hacer cumplir el mandato constitucional que prohíbe el voto imperativo.
Con estas medidas y algunas otras los políticos de valía tendrían más fácil el acceso a las cúpulas de los partidos y los maniobreros les resultaría más difícil hacer de las suyas.
El PSOE es un partido hoy por hoy imprescindible y debería desprenderse de todas esas chorradas que ha ido adquiriendo en su andadura, bien porque sus dirigentes pensaban que les darían votos, bien porque no se dieron cuenta de que eran chorradas, y al final han resultado ser plomo en las alas.
El PSOE no tiene nada que ver con el nacionalismo, ni con el populismo, ni con el supuesto pacifismo de los bildutarras.


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