martes, 10 de mayo de 2016

Amancio Ortega y cierta izquierda

Un sector de la izquierda, que no cree en el infierno, ha decidido que Amancio Ortega debe ir al infierno por malo. Puesto que gana mucho dinero, es malo.
Ya lo decía Richelieu, otro que tampoco creía en el infierno: «Dadme dos líneas escritas a puño y letra por el hombre más honrado, y encontraré en ellas motivo para hacerlo encarcelar.».
Es fácil condenar a cualquiera. Esa misma izquierda, capaz de seguir lo políticamente correcto hasta el final y lo políticamente correcto para ese sector es condenar a Amancio Ortega, sin embargo fue capaz de votar a Zapatero (que piensa que los de derechas son egoístas y los de izquierdas piensan en los demás), que sumió en la pobreza y la desesperación a mucha gente y bajo su mandato los trabajadores perdieron, seguramente para siempre, prestaciones sociales que se habían conseguido con mucho esfuerzo. Este sector de la izquierda le echa la culpa a Rajoy, claro, un hombre que no tiene agallas, y quizá tampoco capacidad, para arreglar el tremendo desaguisado que dejó su antecesor. Rosa Díez sí las tiene y en su programa iban medidas muy adecuadas para el caso, pero eso es otro cantar.
La cuestión es que este sector de la izquierda, tan sectario, cuyos componentes para creerse buenas personas tan solo necesitan condenar a los ricos, a Amancio Ortega en este caso, es el mayor enemigo de los más indefensos, a quienes sólo personas con audacia, tenacidad y buena voluntad pueden favorecer. El resentimiento y el deseo de venganza nunca han traído nada bueno.
No sé si Amancio Ortega es bueno o malo. Parece ser que está dentro de la ley y que sus empresas dan trabajo a mucha gente. El hundimiento de sus negocios no sería bueno para nadie. Pero si digo que muchos quienes lo critican son peores personas que él es probable que acierte.

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