martes, 31 de enero de 2012

Irresponsable Álvarez Cascos

Teóricamente, los políticos son unos seres llenos de altruismo y generosidad hacia los demás que, en un momento dado, dejan de lado sus quehaceres profesionales, y a cambio de un modesto sueldo ponen sus habilidades al servicio de sus conciudadanos, para mejorar sus condiciones de vida.
La práctica contradice a la teoría. En realidad, a los políticos españoles se les detecta una ambición desatada, que les permite tragarse todos los sapos que haga falta, no cada día, sino cada hora, y votar lo que les ordene su partido, aunque no estén de acuerdo con ello, todo con tal de presumir de Excelentísimo Señor, o del tratamiento que tengan. Quizá puedan adjudicar contratos o hacer favores de otro tipo. Esta es la realidad. En los partidos políticos españoles rige una disciplina más que cuartelera, porque de otro modo las peleas de gallos son inevitables.
Francisco Álvarez Cascos ha demostrado tener una ambición irreprimible. Se ha servido de la política, no es probable que dado el caletre de que dispone hubiera llegado tan lejos si su vida hubiera transcurrido fuera de la política. No se le atisba otro mérito que el de la obsecuencia, que tan bien suelen premiar los poderosos españoles, Aznar incluido.
La política le ha servido a Francisco Álvarez Cascos para tener una colección de mujeres. Creo que se ha divorciado y casado varias veces. Con esa cara de bruto que se gasta y con un genio no muy diferente, como podrían atestiguar quienes le tuvieron que sufrir cuando mandaba tanto, difícilmente hubiera conseguido esa colección de mujeres de las que puede presumir.
Su egoísmo le ha impedido atender al interés de los asturianos. Su ego no pudo digerir la medicina que él mismo recetaba cuando mandaba en el PP, de modo que fundó otro partido para arrastrar a los asturianos al caos y al gasto inútil.
Si hubiera tenido en cuenta los intereses de los asturianos, se hubiera tragado su orgullo y hubiera abandonado la política.

'El tiempo que nos une'
'Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes'
'La crisis del euro'
'Zero'
'Cuentos nevados de Phil y Maya'
'El Conde Lucanor'
'Contra el insulto'
'Milagros de Nuestra Señora contados a los niños'

lunes, 30 de enero de 2012

Ramón Jáuregui también sobra

Los políticos españoles se ponen los sueldos que quieren y los ciudadanos damos el visto bueno a esta manera de proceder acudiendo a votar en mascada vez que se nos requiere para ese fin. Sería deseable, ya que tienen esa prerrogativa, que los políticos fueran personas de cierta calidad.
Ramón Jauregui, a tenor de su artículo de hoy, publicado en El País, no da la talla. No voy a negar que el PP puede ser sectario; es más, yo creo que lo es; pero que lo diga un alto cargo del PSOE da risa.
Da risa también que endurecer las penas es populista, cuando en España tenemos más de trescientos crímenes de ETA sin resolver, cuando en el caso de Marta del Castillo se ha comprobado que la policía y los jueces no cuentan con suficientes recursos legales para hacer su labor. Se nos ríen los etarras, se nos ríen los asesinos, y Jáuregui pretende que las cosas sigan igual.
Nos encaminamos a los seis millones de parados, y el paro no afecta a la clase política, y el bueno de Jáuregui, que tiene el porvenir asegurado, no quiere que se reduzca la subvención a los partidos políticos. Sí que está conforme, quizá, con que haya quien se muera de hambre. ¿De dónde va a salir el dinero para atender a quienes lo necesiten, Jáuregui?
Tampoco quiere que se devuelva parte de la independencia a la Justicia. ¿Cuáles son los fundamentos democráticos de Jáuregui? Si la Justicia no es independiente no hay democracia. Si no hay separación de poderes, no hay democracia. En España no hay democracia. Jáuregui parece ser uno de esos que adoran el poder. Y también parece adobado de un sectarismo inocultable. Ni se le ocurre pensar que el PSOE puede hacer algo mal, ni que el PP puede hacer algo bien.
Cuando se refiere a la paz, no se sabe si dice lo mismo que Eguiguren; y cuando habla de la ley del aborto queda claro que ni siquiera se ha enterado de lo que dijo Gustavo Bueno sobre el particular; es curioso, porque emplea la palabra filosofía varias veces, pero luego le importan un pimiento lo que digan los filósofos.
Habla del futuro del PSOE, pero este partido, si no se van todas sus vacas sagradas, puede desaparecer.

'El tiempo que nos une'
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domingo, 29 de enero de 2012

El regreso de Felipe González

Ha abandonado momentáneamente el diseño de joyas Felipe González, para volver a la palestra política. “Alfredo, creo en ti, mi compromiso es contigo”. Quizá vuelva pronto, desengañado, a las joyas. Eso de que no le hagan caso ni el partido ha de ser muy duro para él.
Lo que se dirime en el interior de los partidos españoles, y en estos momentos en el PSOE, es la lucha descarnada por el poder. González quiere quiere que gane Rubalcaba y Zapatero quiere que gane Chacón. Si gana Rubalcaba, no será por la ayuda que le pueda prestar González.
Si unos y otros pensaran en el bien del PSOE y de España, dimitirían todos de sus cargos y darían paso a gentes nuevas. Si buscaran lo mejor para el PSOE y para España tratarían de profundizar en la democracia.
Felipe González es un señor que en su día despertó la ilusión de mucha gente. Y todavía no sabe que los defraudó a todos. Muchos de ellos no lo saben tampoco, porque prefieren cegarse en las siglas, porque no quieren ver lo evidente.
Felipe González acabó con la democracia, puesto que su gobierno enterró a Montesquieu, al concentrar todos los poderes en el Ejecutivo; instauró la dictadura en su partido, con aquello de que “el que se mueva no sale en la foto”; no firmó, presuntamente, sentencias de muerte, pero bajo su mandato florecieron y actuaron los GAL. Con respecto a esta banda, ha quedado suelta una X por ahí, sobre la que el propio González, sospechosamente, no tiene ningún interés.
Cree que todavía le queda ascendiente sobre el partido, cuando lo que conserva es un considerable poder dentro del mismo. Los socialistas no pueden creer en su discurso porque se le presume una fortuna considerable, porque alterna con multimillonarios y, porque, en definitiva, hace vida de ricos. Lo que le cuesta mucho es abandonar ese poder que le queda y callar.

'El tiempo que nos une'
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sábado, 28 de enero de 2012

Censura en Twitter

La amenaza de la censura se cierne sobre Twitter. Esta empresa se ha asustado, por lo que se ve, y deja ver que podría plegarse a los deseos de los gobiernos salvajes, de modo que es posible que a partir de cierto momento, algunos mensajes dejen de verse en los países cuyos gobiernos lo soliciten.
Hay que oponerse. #nocensura, proclama Keka Sánchez, la gran experta. Internet es, por definición, el paraíso de la libertad. Ningún totalitario debería ser escuchado por quienes imponen las normas en este medio. Twitter debería unas normas de funcionamiento idénticas para todo el mundo y estas normas deberían ser aceptables para todos los países civilizados. Sería correcto, por ejemplo, que no se pudiera hacer apología de los nazis en ninguna parte. De ello no puede salir nada bueno. Y también sería correcto que hiciera caso omiso a los ruegos, sugerencias y amenazas de los gobiernos salvajes.
A causa de la desidia y la hipocresía de los gobiernos de los países civilizados, China se ha hecho con el control financiero del mundo, de tal modo que ya nadie puede decirles a los dirigentes chinos, y en lugar de dirigentes habría que denominarlos por su nombre, que paren de esclavizar, torturar y asesinar a los chinos. No se les puede decir porque como represalia podrían recetarnos la quiebra mundial. Pero por Twitter, los chinos, si logran burlar la censura china, pueden decir lo que quieran o enterarse de lo que se dice en el mundo.
Y lo mismo que de China cabría decir de otros países con menos recursos, pero gobernados por gentes igual de bestias, igual de agrestes, tan por desbravar.
Todo reducto de la libertad debería ser conservado a ultranza. Twitter con censura es lo mismo que una paella sin arroz, que un cocido sin garbanzos, o que una fabada sin fabes.
No me seduce la idea de participar en un sitio que actúe de ese modo.

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viernes, 27 de enero de 2012

El miedo de la izquierda a la libertad

Propone Alberto Ruiz-Gallardón modificar el sistema de elección de los miembros del CGPJ y sólo le acompaña en el empeño UPyD. La independencia de la Justicia es fundamental para que haya democracia. Si los jueces están sometidos al Poder, a los ciudadanos no les cabe ninguna esperanza en caso de litigio.
Los jueces no son perfectos, e incluso se dice que algunos se duermen en los juicios, y que otros son vagos, pero por lo menos han tenido pasar una oposición, aunque también los hay que ni eso, y estos últimos suelen ser, por lógica, los más sumisos con quienes les han nombrado. Los jueces han pasado una oposición, pero los políticos lo único que tienen que hacer es caerles bien a quienes hacen las listas y votar exactamente lo que se les manda, o sea que su caso es peor.
Fue el gobierno de Felipe González el que acabó con la tímida separación de poderes que había hasta entonces. “Montesquieu ha muerto”, dijo Alfonso Guerra. La coartada que se procuró para perpetrar el desafuero parecía razonable: Los jueces son franquistas y la sociedad es socialista, por tanto hay que adecuar la composición de la judicatura a la realidad española. En realidad, más razonable hubiera sido dejar que el transcurso del tiempo hiciera su labor. Cercenar la independencia de los jueces y concentrar todos los poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en uno, es lo mismo que acabar con la democracia.
Y esto es lo que tenemos ahora, un simulacro de democracia en el que unos pocos mandan y todos los demás obedecen, sin que tampoco haya transparencia, puesto que continuamente surgen casos de corrupción, que han estado gestándose durante años, sin que nadie diga nada, porque el Poder obstruye todas las investigaciones y los diputados deben obediencia a los líderes de sus partidos y no a los ciudadanos.
Ojalá tuviéramos democracia.

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jueves, 26 de enero de 2012

Camps por aquí, Camps por allá

Produce desazón que con tanto daño como ha hecho Francisco Camps haya tenido que ser juzgado por un hecho tan nimio y con unas pruebas tan endebles. Y ahora va el sujeto y agradece el apoyo de la España limpia, grande e ilusionada.
Y de la ruina de la Comunidad Valenciana, ¿qué? No se puede ser más irresponsable e inconsciente de lo que demuestra ser el, por fortuna, ex presidente de esta Comunidad. Quizá, en su desenfreno, pretenda volver (esperemos que en vano) al cargo que tan mal desempeñó, para terminar el trabajo que dejó pendiente, que no es otro que arruinarnos definitivamente a todos.
No recuerdo haber dicho nunca que Camps podía ser condenado por el asunto de los trajes. Había un dato que apuntaba a la absolución. Si las pruebas hubieran sido consistentes, el diario El País no hubiera estado dando la murga día tras día. Sí que he dicho en repetidas ocasiones que Camps debería dimitir, desde mucho antes de que su propio partido le obligara a hacerlo. ¿Pertenece su amiguito del alma al que quería un huevo a la España limpia, grande e ilusionada? Si hubiera tenido vergüenza hubiera dimitido nada más darse a conocer la grabación. En ese caso, tal vez estuviéramos menos arruinados los valencianos. Quizá se hubiera parado la sangría de dinero público.
Mal camino lleva Alberto Fabra cuando exige que se le pida perdón. Está llevando a cabo unos recortes brutales, que afectan gravemente a personas que no tienen ninguna culpa de que el gobierno valenciano haya malgastado tanto, ni de que ya no quede ninguna entidad financiera valenciana y ahora hay que pedirle perdón al responsable. ¿Y quién pide perdón a los valencianos? Quien tiene que pedir perdón es Alberto Fabra, como presidente del Consell, por tanto escándalo, por tanto despilfarro, por tanto y tan brutal recorte. Los enchufados siguen, claro. Ahí no hay recortes.

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miércoles, 25 de enero de 2012

Lo del Islam en los países democráticos

De vez en cuando hay que hablar del Islam. Lo tenemos muy cerca, a fin de cuentas. En Marruecos, ese predio de nuestro “primo” Mohamed, los islamistas ya empiezan a despuntar. No conviene tomar a broma estas cosas. Las religiones y los nacionalismos (otra clase de religión) son muy peligrosas. No hay más que fijarse en las tonterías que son capaces de decir, componiendo el severo semblante asnal, y la cantidad de gente que les hace caso.
Las religiones (y los nacionalismos) son peligrosas dadas las posibilidades que ofrecen a quienes las dirigen, ya que pueden movilizar con relativa facilidad a una gran cantidad de gente. Los líderes religiosos (y los nacionalistas) se dirigen a los sentimientos, que son fácilmente manipulables, y no a la razón. La religión islámica es doblemente peligrosa dado que en los países en los que se practica el nivel de instrucción es muy bajo.
En los países democráticos, con respecto a las religiones, rige la tonta norma de dejar hacer, bajo determinadas condiciones. Es una norma tonta porque con ella se abandona a su suerte a los habitantes de esos países y porque la gente fanatizada es, como sabemos, muy peligrosa. Lo que podrían hacer los países democráticos es ponerse de acuerdo para no permitir dentro de sus fronteras el culto de ninguna religión procedente de países en los que no hay libertad religiosa.
Esta medida tendría efectos benéficos para los habitantes de esos países, puesto que en un futuro más próximo que lejano verían aflojar el yugo religioso que les oprime. Lógicamente, sería beneficiosa también para los países democráticos al aminorar el fanatismo que tendrían que soportar.
Se dice que va en contra de las esencias democráticas, pero éstas han de ser defendidas y protegidas también. Y no se puede dejar en la estacada a unas personas a las que se las puede ayudar presionando ligeramente a sus gobiernos.

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martes, 24 de enero de 2012

Tiempo de 'nuestro Blázquez'

El arzobispo Blázquez fue tildado por un tal Arzalluz como “un tal Blázquez”, y tiempo más tarde el propio Arzalluz le llamó “nuestro Blázquez”. He aquí pues que estos curas saben agradar al poder. Pero este Blázquez, sea nuestro (de Arzalluz), o sea tal, todavía no se ha escandalizado de que Ratzinger no haya excomulgado aún a Setién y Uriarte, esos dos.
Pero el tal monseñor sí que se ha inquietado por el hecho de que Soraya, nuestra bella ministra Soraya, diga el pregón de la Semana Santa de Valladolid, dado que no está casada por la Iglesia. Válgame Dios, siempre defendiendo su poder estos curas.
El Estado dará a la Iglesia 159 194 593,44 euros este año 2012. Resultan ser 13 266 216,12 euros cada mes. Ese dinero procede, lógicamente, de los contribuyentes. Muchos de ellos no están casados por la Iglesia. ¡Ah!, pero al dinero no se mira el culo para ver lo sucio que está. Coge el dinero y corre.
Hay más cosas que tampoco interesan a Blázquez. Ni al arzobispo de Valencia. Ni a las monjas de la Casa Cuna Santa Isabel de Valencia. Es el caso de los niños robados. En esa España tan católica, que era el confort espiritual del mundo, como dijo cierto papa, se han robado niños. Se les han quitado a sus madres. Y eso no solo ha hecho daño a esas madres y a esos niños, sino que la gran mayoría de adoptados tienen dudas ahora acerca de su adopción, puesto que piensan que sus madres biológicas pudieron ser engañadas, o robadas. Es un auténtico drama que afecta a un gran número de personas.
Pero ninguno de esos curas o monjas, tan quisquillosos en otras cuestiones, se atreve a dar la cara. Y eso que en todos los casos de presuntos niños robados hay un cura o una monja por en medio.
Monseñor logrará hacer las paces con Soraya.


lunes, 23 de enero de 2012

Nos hemos de rascar el bolsillo

España no es uno de esos países serios en los que quien la hace la paga. En España la paga según quién. A uno de los máximos responsables de que Bancaja esté en una lamentable situación le están buscando trabajo, pero no uno cualquiera, sino uno en el que se le pueda pagar un sueldo estratosférico. Otro banquero de esos que dicen que hay que recortar salarios y pensiones, se ha jubilado con casi 60 millones de euros.
En cambio, lo que le toca al ciudadano de a pie es pagar. Si Rita tiene el capricho de la Fórmula 1 y el Puente de las Flores, hay que pagar. El ciudadano de a pie paga, porque hay que poner a Valencia en el mapa.
Si Artur, ¡Cielo Santo, Artur!, ¡Nada más que Artur!, o nada menos, se empeña en tener embajadas catalanas y en propagar que España nos roba, o sea que España les roba a ellos, pues el ciudadano de a pie, viva en Barcelona, o viva en Sevilla, tiene que rascarse el bolsillo. ¿Qué sería de CiU sin toda esa serie de chorradas que tan caras nos cuestan? Pues nada, no sería nada. Desaparecería del mapa. De modo que el ciudadano de a pie tiene que rascarse el bolsillo.
El ciudadano de a pie tiene que rascarse el bolsillo para pagar muchas cosas de las que se podría prescindir tranquilamente sin que nadie notara nada. Televisiones que acabarán cerrando irremisiblemente por falta de audiencia, entre otras muchas cosas. El ciudadano de a pie ha de pagar muchas cosas que sólo convienen a la clase política. Uno le dice a alguien del PP: El CVC es perfectamente prescindible. Está en el Estatuto, es la rápida respuesta del político. ¿Y por qué está en el Estatuto? ¿Y qué necesidad había del Estatuto? En España, los políticos (la casta), hacen y deshacen a su antojo. Y el papel que se le reserva al ciudadano es que se rasque el bolsillo, en un gran número de ocasiones para pagar estupideces.