miércoles, 18 de enero de 2012

Garzón, en la picota

Es España un país en el que el culto al poder lo domina todo, tal vez a causa de los continuos gobiernos absolutistas que ha padecido. Incluso en los tiempos actuales, que se dicen democráticos, el Ejecutivo lo domina todo, e incluso el llamado Cuarto Poder depende en gran medida de él.
Este culto al poder se observa incluso en la prensa, que debería estar frente al poder. El máximo responsable del más importante grupo de comunicación español era conocido con los sobrenombres de Poder Fáctico Claramente Reconocible y Jesusito del Gran Poder. Presumiblemente, gracias a él, y haciendo entrar también al entonces director del Abc, para que sirviera como coartada, logró acceder a la RAE quien desde entonces es conocido como Juan Luix Cebrián, porque cree que clítoris se escribe clítorix.
Precisamente, este periódico, el más importante de España, con motivo del juicio que sigue contra Garzón, está haciendo campaña, pero no por la independencia de la Justicia, sino protestando por el hecho de que se juzgue a este personaje.
Si la Justicia no es independiente no hay democracia. Y si la prensa no atiende principalmente al interés de los lectores tampoco puede decirse que haya democracia. El culto al poder que rige en España es nefasto para los pobres, pues no les deja más alternativa que la sumisión. Si tampoco pueden acogerse a la Justicia, porque no es independiente, resulta que es un mal negocio ser pobre en España.
La suerte de Garzón me da igual. Tanto si es condenado, como si no no lo es, el griterío de los descontentos hará época. Creo que lo importante es lograr la total independencia de la Justicia con respecto al Ejecutivo, y que se respete su labor. Si se critica a los jueces por hacer su trabajo y se les presiona antes de que dicten sentencia, no se actúa de modo correcto.

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