martes, 17 de enero de 2012

Somos una Comunidad diferente de las demás...

Hoy se celebra la fiesta de San Antonio Abad en la que quien quiere lleva sus animales a bendecir. Hay un sacerdote en un extremo del largo palco que se monta para la ocasión ataviado con los ropajes al uso y que lleva en la mano derecha un hisopo con el que esparce agua sobre los pobres animales. El Señor lo permite.
En el otro extremo del palco había hoy un señor no con un hisopo en la mano sino con un micrófono, e iba explicando cosas sobre los animales o los carruajes que iban pasando. Creo que hablaba con conocimiento de causa. Este señor, en un momento dado, se ha salido de la materia que posiblemente domina y se ha ido por los Cerros de Úbeda. Ha dicho: “Somos una Comunidad diferente de las demás”. Y también: “Nos caracteriza la cultura del esfuerzo y del trabajo bien hecho”. El cura no se ha inmutado cuando han sido dichas esas burradas. Por allí había un concejal que tampoco ha dicho ni pío.
Lo cierto es que cuando ha dicho eso de Somos una Comunidad diferente de las demás [hubiera estado mejor dicho: La nuestra es una Comunidad diferente de las demás], debería haber explicado en qué consiste esa diferencia. ¿Tenemos las orejas más grandes? ¿Sale el sol por otra parte en nuestra tierra? ¿Llueve al revés, o sea, de abajo hacia arriba?
Lo de la cultura del esfuerzo tiene doble guasa. Por un lado porque llama vagos a los demás y por el otro porque yo tenía entendido que la cultura tiene que ver con el cultivo del espíritu, y que lo del esfuerzo tiene más que ver con la actitud, el ánimo o la predisposición con la que se encaran las cosas.
Pero, en definitiva, en lo que me ha hecho pensar todo eso es que la Comunidad Valenciana es diferente porque su deuda es la mayor de todas, y que lo del trabajo bien hecho, habida cuenta del elevado número de parados, es un sarcasmo. Pero la culpa de todo esto no la tenemos los valencianos, sino esos individuos que han ocupado todos los puestos de gobierno y se han gastado lo que había y lo que no había. Ya no queda nada.

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