Conviene decirlo pronto: hay más de 300 crímenes de Eta sin descubrir, 300 crímenes de los que no habla Amaiur, de los que no habla Bildu, de los que no habla el PNV. 300 crímenes que van camino de quedar impunes, porque uno tras otro prescribirán. Los presos etarras, que tantas ganas tienen de dejar de serlo, podrían ir dando pistas.
Hay que recordar esto porque la Justicia española está orientada a la reinserción del delincuente, y como consecuencia de tan buenos propósitos quien queda desprotegido es el ciudadano, que no sólo ve que quedan asesinatos por esclarecer, sino que ha soportar manifestaciones en favor de los asesinos y una serie de exigencias que no tienen nada que ver con la decencia.
La condena de 20 años para Carcaño y la absolución al resto de los imputados viene a ser como un jarro de agua fría para el ciudadano que ha seguido todo este proceso con la esperanza de que la Justicia consiguiera descifrar el embrollo. Ya se ve que no ha sido así. Se han empleado grandes sumas de dinero en la búsqueda del cuerpo de Marta del Castillo, sin que haya aparecido, y ese gasto, al final, correrá a cargo del contribuyente, porque nadie lo va a reintegrar.
¿Cuál hubiera sido la sentencia de aparecer el cuerpo? Quizá de producirse este hecho, hubieran aparecido más datos, con los que la condena a Carcaño hubiera sido mayor, y podría haberse castigado también con penas de cárcel a otros imputados, alguno de los cuales parece bien relacionado con el Poder.
Cabe deducir que dado que la Justicia española está orientada a la reinserción del delincuente, los policías y los jueces, o sea, la Sociedad, está en desventaja con respecto al mundo criminal. Carcaño saldrá a la calle pronto, y sus cómplices ni siquiera van a entrar. ¿Es que nadie se da cuenta de que hay algo que falla? Con la cadena perpetua pendiendo sobre Carcaño y sus amigos, el cuerpo hubiera aparecido de inmediato. Y esos 300 crímenes etarras no quedarían impunes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario