miércoles, 30 de septiembre de 2015

El peor presidente de España

Adolfo Suárez fue elegido para hacer la Transición por haber advertido en él unas capacidades, pero tenía otras cualidades que habían pasado inadvertidas y que a la postre resultaron fundamentales.
Felipe González fue elegido para liderar el PSOE, partido que se sabía fundamental, porque la Transición tal como había sido planeada habría sido imposible con Rodolfo Llopis.
El caso es que si Adolfo Suárez era noble, generoso, leal, valiente y dispuesto a correr todos los riesgos que fueron necesarios, y a hacer los sacrificios que exigía la misión que tenía encomendada, Felipe González es mezquino, fatuo, prepotente y cobarde.
A Adolfo Suárez se le regateó todo y Felipe González dispuso de la mayor confianza de los españoles que haya tenido nadie. Defraudó a todos, claro. Otra cosa es que no se hayan dado cuenta, como tampoco se dan cuenta los catalufos del precipicio hacia el que les conduce Mas.
Si una vez acabada la Transición (que vivió con impaciencia, sin darse cuenta de la dificultad de la labor que llevaba a cabo Adolfo Suárez) y comenzado el periodo constituyente, Felipe González hubiera hecho piña con el presidente del gobierno habría salido una Constitución decente del empeño. Prefirió, en cambio, apoyar a los nacionalistas y de ahí salieron todas las ventajas de que han gozado a lo largo del tiempo, que les han permitido hacer tanto mal.
Conseguido el gobierno, ese PSOE en el que quien se movía no salía en la foto acabó con la poca independencia que tenía el Poder Judicial. Si el PSOE hubiera sido tan demócrata como se creían sus militantes, le habría concedido toda la independencia, con lo cual los españoles nos habríamos evitado muchos casos de corrupción.
También fue él quien expedientó a Alonso Puerta, en lugar de investigar la corrupción que había denunciado. Durante su mandato operaron los GAL.
Se puede afirmar que la crisis que sufrimos y las ofensas que hacen los nacionalistas a los demócratas se gestaron en su PSOE. Felipe González es el peor presidente que ha tenido España.

martes, 29 de septiembre de 2015

Lo de Aznar es rebuznar

Hemos tenido una serie de presidentes del gobierno, González, Aznar, Zapatero, tan irresponsables que todos ellos creen que vivimos en España se ha producido de golpe. No ofrecen ningún indicio de que estén pensando que todo esto ha podido irse gestando durante sus mandatos.
De hecho, como Aznar necesitaba los votos de Pujol, los valencianos sufrimos a la fenicia Academia Valenciana de la Lengua y nos cuesta mucho dinero.
Todos acusan Rajoy y lo tratan poco menos que de incapaz, cuando resulta que es igual que ellos, un tipo que con tal de conseguir o conservar el poder pasa por lo que sea.
Resulta que esa bola de nieve que, según ha recordado Enrique Arias Vega, era del 2% ha ido creciendo mientras rodaba por la pendiente y le ha caído toda al presidente actual. Lo que debería hacer Rajoy si fuera un hombre de Estado es lo que le venía exigiendo Rosa Díez, y ya se ve lo que le ha pasado a ella.
Pero sin ser un hombre de Estado también podría actuar de otro modo, cosa que habría ocurrido si enfrente tuviera una oposición que le obligara a ello. Si se le compara con los que tiene enfrente, o sea, Sánchez, Iglesias, Rivera, Junqueras, Mas, etc., o sea, lo mejor de cada casa, no sale muy mal librado.
Díez y Borrell son, probablemente, los dos mejores políticos de la actualidad en España y quizá por eso ambos están prácticamente fuera de la política. Borrell ha hecho un gran esfuerzo racional para convencer a los catalanes de que los están engañando, pero el nacionalismo es tan irracional y tan machacón que hasta a él mismo le ha colado bolas.
Borrell da por buenos algunos dogmas catalanistas y el hecho de que haya apoyado a Iceta demuestra que no es tan racional como parece, también hay algo de sectarismo en él.
Si Aznar se hubiera visto en la misma tesitura que Rajoy probablemente lo habría hecho peor.

lunes, 28 de septiembre de 2015

El problema 'perpetuo' de Cataluña

Deberían ser los propios catalanes los que trataran de encontrar la explicación a su continuo descontento, a esa insatisfacción permanente.
Algunos datos pueden ayudar a entender lo que ocurre:
a) Está por ver que algún catalán proteste por las burradas que dijo Joan Fuster, que les acarició el lomo de forma descarada. Y cuando alguien hace la pelota es para conseguir algo.
b) Antonio Ubieto Arteta, en cambio, no tiene simpatías en Cataluña. Descubrió todas las burdas falsificaciones de los catalanistas y las dio a conocer. No se lo perdonarán nunca.
c) Se quejan de Felipe V, pero fue durante el reinado de éste que Barcelona creció desmesuradamente.
d) Se quejan de Franco, pero durante la dictadura Barcelona creció mucho más que ninguna otra ciudad española.
e) Puede decirse también que Cataluña ha sido la región española más favorecida durante el actual periodo democrático.
O sea, que desde Felipe V Cataluña ha sido la región más favorecida por los sucesivos gobiernos españoles y, quizá el descontento catalán arranque de Felipe V.
Hay que recordar que a la llegada de Felipe V a España, en Cataluña se le aclamó como rey. Que Luis XIV de Francia era su abuelo y a la vez el monarca más poderoso de su tiempo, cosa que inquietó gravemente a Inglaterra, que entró en la Guerra de Sucesión por este motivo. Luis XIV habría tenido a su disposición el imperio español. Que el archiduque Carlos, con el fin de ganar a los catalanes para su causa, les prometió el oro y el moro. Que a la muerte de Luis XIV las cosas habían cambiado y en ese momento la potencia más poderosa era Alemania, motivo por el cual a Inglaterra ya no le interesaba seguir en la guerra y la abandonó, lo que permitió que Felipe V la ganara.
Fue cruel con quienes se le resistieron. Pero acaso sean esas promesas del archiduque Carlos, los sueños perdidos, los que generen esa sempiterna melancolía, que, por otra parte, les ha dado muy buenos dividendos. Pero es a Inglaterra donde deberían ir a reclamar. Y de paso, Gibraltar.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Día de la Farsa Catalana

Soy de la opinión, y lo he dicho y escrito muchas veces, de que ningún pueblo, por pequeño que sea, debería estar orgulloso de su pasado, porque todos han cometido atrocidades sin cuento.
El papel de la historia consiste en servir de guía para no repetir errores. Sin embargo, se desdeña esa función y cada cual la interpreta como quiere con fines que, evidentemente, no pueden ser santos. Para los ingleses, por ejemplo, no existe Blas de Lezo.
En el caso de Cataluña, la tergiversación histórica tiene unas dimensiones ciclópeas. Lo propio de los nacionalismos es tratar de engrandecer el ego colectivo, que es un invento nacionalista. Los vascos miran al pasado remotísimo para creerse grandes, cuando no tienen más que ver a Bildu en las instituciones y las pancartas proetarras para tener una medida exacta de cómo son.
Que los nacionalistas catalanes cuenten una historia suya en la que la proporción de los hechos verdaderos con el respecto al total es mínima, demuestra lo poco satisfechos que están con lo suyo. Ese complejo de inferioridad que tienen les produce una insatisfacción permanente, que no hay modo de controlar.
Los catalanes normales viven envueltos en ese clima, lo que conlleva que se hayan tragado más de una bola. Para ellos es dogma de fe que los valencianos hablamos catalán, y si se les dice que el valenciano adquirió la categoría de lengua mucho antes que el lemosín, el mallorquín o el catalán, se ponen hechos una furia.
Esta insatisfacción ha llevado a todos a la infame situación actual, en la que los catalufos (malos catalanes en el sentido estricto del término, porque llevan a Cataluña a la ruina) han convertido unas elecciones autonómicas en una farsa mediante la que se pretende ofender al resto de españoles. Ha contribuido a la farsa alguien a quien se concedió el título de Grande de España, para vergüenza suya si la tuviera.

sábado, 26 de septiembre de 2015

El Muy Despreciable

Su título oficial es 'Muy Honorable' (escrito en la lengua común de todos los españoles y que él y otros que también son unos pájaros de cuenta quisieran borrar de la vida pública catalana), pero el honor se le cayó en algún sitio y no se dio cuenta, porque no le importa mucho.
Es despreciable por muchas cosas, entre otras por haber conseguido que los catalanes sean mal vistos en todo el mundo. Los catalanes decentes, que respetan las leyes y los procedimientos democráticos, son los más grandes perjudicados de todo. Ellos no atinado a defenderse de toda esta sucesión de disparates, quizá, o sobre todo, porque la clase política que aspiraba a representarlos es obscena, y también por el desinterés del resto de españoles.
Ha llegado el momento en que los productos catalanes cada vez se van a vender menos. La gente va tomando nota de las marcas blancas elaboradas por catalufos y las cadenas de distribución que se sirven de ellas van a notar que venden menos, etc.
Todo el tinglado que va a llevar a Cataluña a la ruina tiene su asiento en la ensoñación, la tergiversación y la mentira. Antonio Ubieto Arteta demostró que cuando Jaime I llegó a Valencia ya se hablaba valenciano, que adquirió la categoría de lengua mucho antes que el lemosín, de donde proceden todos, el mallorquín y el catalán.
Durante el reinado de Felipe V Barcelona tuvo un crecimiento espectacular. Durante la Guerra de Sucesión hubo catalanes en el bando de Felipe V y catalanes en el de el archiduque Carlos. También los hubo a favor y en contra Franco, que fue aclamado en Barcelona con más fervor que en ninguna otra parte. Y también fue durante el franquismo que la Ciudad Condal volvió a tener un crecimiento espectacular.
Cataluña se ha enriquecido gracias al resto de los españoles y se va a empobrecer a causa de una plaga de catalufos, entre los que tiene un sitio especial el Muy Despreciable.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Antonio Ubieto y los catalanistas

Los catalanistas o catalufos siempre tienen la palabra democracia en la boca. Hay que aclarar que democracia para ellos significa que les dejen hacer su capricho. Los demócratas de verdad son los catalanes, los que sea cual sea su ideología o pensamiento, se ajustan a las leyes y los procedimientos democráticos.
Como se puede suponer, los catalanistas no soportan eso. Y de entre los catalanistas, los valencianos son los peores. Los tuvo que sufrir Antonio Ubieto Arteta, ilustre historiador medievalista cuyas investigaciones hicieron desmoronarse todo el castillo de naipes que tiene montado el catalanismo. Descubrió una gran cantidad de mentiras, tergiversaciones y falsificaciones históricas y el catalanismo no le puede consentir eso. Los catalanistas hablan de democracia con el mismo derecho con que lo hacía Hitler. La reacción de estos 'demócratas' consistió en hacerle la vida imposible al investigador que los había desenmascarado, él dice que incluso quisieron pegarle una paliza. Llegaron a escribir en las paredes los nombres de sus hijos y el del colegio en el que estudiaban.
No se arrepienten estos profesores universitarios de haberse comportado como auténticos animales de esos que deberían estar atados en una cuadra, sino que lejos de eso prosiguen en su empeño de desprestigiar las investigaciones del gran historiador aragonés.
Los profesores y catedráticos universitarios deberían dar ejemplo de tolerancia y de modales democráticos y, como se ve, lo que hacen es inducir a sus alumnos a que adquieran hábitos dictatoriales.
Los libros de historia catalana que escriben los catalanistas son libros de ficción, pero quienes no se tragan esas bolas es mejor que se busquen otros aires para proseguir sus estudios.
Todo este suflé que han ido montando los nacionalistas desde los primeros tiempos de la democracia, con la complicidad de todos los partidos políticos excepto uno ha ido a desembocar en la fantochada del próximo domingo, en que sorprendentemente ha participado hasta Margallo.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Trifulca en la Iglesia

Quizá la empezó Cañizares, pero más en condición de nacionalista -en este caso, español- que como jerarquía católica. Se ve que le ha contestado un obispo cantamañanas en su condición de nacionalista catalán.
Y este es el meollo de la cuestión. La Iglesia debería estar totalmente al margen de la política y además de eso ninguno de sus miembros debería ni siquiera simpatía alguna por los nacionalismos, totalmente opuestos a la doctrina católica. Los clérigos o monjas nacionalistas deberían abandonar los hábitos e incluso la religión. Una ideología que predica el odio al distinto no debe ser aceptada. Este papa actual, que parece que nos haya caído en una rifa, es tibio en este aspecto. Con los cubanos ha sido cruel. En otras ocasiones ha sido, simplemente, estúpido. Poco se puede esperar de él.
El obispito ese de Solsona ha contestado a Cañizares. Se da el caso de que al aterrizar en la sede empezó teniendo una postura correcta. Era absolutamente antinacionalista. Pero cayó del burro, no del caballo como el otro, y se hizo nacionalista. Seguramente, cuando era antinacionlista no iba nadie a misa y ahora que sí lo es se llenan los templos y, sobre todo, los cepillos.
A la jerarquía eclesial no le ha sentado nada bien todo esto, pero no porque el nacionalismo sea una ideología 'intrínsecamente perversa', como dice la iglesia de otras. De hecho, en la iglesia hay cardenales, arzobispos, obispos, curas, sacristanes, monaguillos, monjas, hermanas y madres superioras, y monjas de clausura, que son nacionalistas. O sea, que la Iglesia tiene la peste en su seno. Lo que temen las jerarquías, y se puede aventurar que es esto, puesto que permiten la peste en su interior, es que todos estos movimientos inquieten a 'sus clientes' y pierdan algunos, con la consiguiente merma económica. Porque si no van a misa, tampoco pondrán la X.


miércoles, 23 de septiembre de 2015

El Mercado Central perdió 5000 clientes

Como consecuencia del Día sin Coche los vendedores del Mercado Central de Valencia estiman que accedieron al recinto cinco mil personas menos de lo que es habitual, con el consiguiente descenso de ventas.
La explicación de Puig y Ribó, presidente y alcalde, parece lógica:Las ciudades no se pueden diseñar a favor de los coches, sino de los peatones, de los ciudadanos“. Lo que ocurre es que no fueron elegidos como diseñadores ni como profetas, sino como gestores.
Lo que ocurre es que como ambos son de índole nacionalista les surge la vena dictatorial, mediante la que ellos deciden lo que está y está mal y no les importa perjudicar a quien sea.
Por supuesto que Valencia no está diseñada a favor de los coches, puesto que en aquellos momentos todavía no se podían ni imaginar. Y es bueno que las autoridades políticas se acuerden de que los peatones existen. Pero no se trata de educar a la gente, ni de hacerle ver lo bien que se está sin coches, sino de organizar las cosas de modo que los peatones puedan dedicarse a contemplar fachadas, monumentos, escaparates o lo que quieran, con comodidad y sin temor. Y cruzar las calles sin miedo a que los atropellen. Para ello no hay más que hacer que se cumplan las ordenanzas municipales y el código de circulación. Y aumentar la frecuencia de paso de autobuses y tranvías.
La acera es el fundamento de la ciudad, lo que la hace amable. Sobre todo, si se tiene en cuenta el clima de Valencia. En la actualidad es un lugar tan peligroso como la calzada. El viandante de nuestros días ya no puede disfrutar, sino transitar por ella y ha de hacerlo procurando no ser atropellado. Con la cantidad de ciclistas que circulan por las aceras y la velocidad a la que van muchos, lo raro es que no haya más accidentes.
Pero lo que se les ocurre a Puig y Ribó es celebrar el Día sin Coche.

martes, 22 de septiembre de 2015

Con la mente enferma

Con quienes tienen la mente enferma no hay nada que hacer en el plano racional. Por más que se les intente explicar que se están tirando piedras a su propio tejado, no lo quieren entender.
Los separatistas siempre tienen a Franco en la punta de la lengua. Pero los hechos son los que son. Franco fue aclamado en Barcelona con más fuerza que en ninguna otra parte. Con Franco, Cataluña se enriqueció mucho. El caso tiene su lógica. El objetivo de Franco no era el de ser justo, sino el de sobrevivir, lo que llevaba a no buscarse problemas. Sabía que en Cataluña había un catalanismo larvado y trató de amortiguarlo, aunque fuera a cosa te otras regiones españolas. Y si con Franco Cataluña se enriqueció, llegados los catalanista al poder comienza el declive. Aquellos tiempos de gloria se han acabado.
En Cataluña hay ciudadanos ejemplares, como Borrell y Llorach, que han investigado a fondo la cuestión e intentan poner las cosas en orden, pero parece que pinchan en hueso, porque la racionalidad no tiene nada que hacer en el mundo de los nacionalistas, puesto que arteramente apelan a las emociones y los sentimientos, campo este que permite todo tipo de manipulaciones.
Tampoco caen en la cuenta estas mentes enfermas en que la separación de Cataluña de España sólo puede lograrse mediante un levantamiento armado. Por las buenas es imposible y esos tunantes que llevan a los catalanes al precipicio lo saben. Suponiendo que los catalanistas pensaran levantarse en armas tendrían que saber que se les opondrían muchos catalanes. Y que en el supuesto final de que lograran sus propósitos lo que quedara de España no les iba a facilitar las cosas en lo sucesivo. Los productos catalanes no podrían venderse en España, que también vetaría el ingreso de Cataluña en la UE y cualquier tipo de ayuda del Banco Central Europeo. Otra cosa que causa perplejidad es que quieran salir de España y entrar en la UE.