miércoles, 23 de septiembre de 2015

El Mercado Central perdió 5000 clientes

Como consecuencia del Día sin Coche los vendedores del Mercado Central de Valencia estiman que accedieron al recinto cinco mil personas menos de lo que es habitual, con el consiguiente descenso de ventas.
La explicación de Puig y Ribó, presidente y alcalde, parece lógica:Las ciudades no se pueden diseñar a favor de los coches, sino de los peatones, de los ciudadanos“. Lo que ocurre es que no fueron elegidos como diseñadores ni como profetas, sino como gestores.
Lo que ocurre es que como ambos son de índole nacionalista les surge la vena dictatorial, mediante la que ellos deciden lo que está y está mal y no les importa perjudicar a quien sea.
Por supuesto que Valencia no está diseñada a favor de los coches, puesto que en aquellos momentos todavía no se podían ni imaginar. Y es bueno que las autoridades políticas se acuerden de que los peatones existen. Pero no se trata de educar a la gente, ni de hacerle ver lo bien que se está sin coches, sino de organizar las cosas de modo que los peatones puedan dedicarse a contemplar fachadas, monumentos, escaparates o lo que quieran, con comodidad y sin temor. Y cruzar las calles sin miedo a que los atropellen. Para ello no hay más que hacer que se cumplan las ordenanzas municipales y el código de circulación. Y aumentar la frecuencia de paso de autobuses y tranvías.
La acera es el fundamento de la ciudad, lo que la hace amable. Sobre todo, si se tiene en cuenta el clima de Valencia. En la actualidad es un lugar tan peligroso como la calzada. El viandante de nuestros días ya no puede disfrutar, sino transitar por ella y ha de hacerlo procurando no ser atropellado. Con la cantidad de ciclistas que circulan por las aceras y la velocidad a la que van muchos, lo raro es que no haya más accidentes.
Pero lo que se les ocurre a Puig y Ribó es celebrar el Día sin Coche.

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