jueves, 31 de octubre de 2013

Enric Juliana, Rosa Díez y Susana Díaz

Sucede con cierta clase de personas que cuando dicen algo que no es correcto pensamos que es que no dan para más y no se lo tomamos en cuenta. Se han metido en un laberinto y no se dan cuenta.
De Enric Juliana, en cambio, se sabe que está muy capacitado y que tiene un talento fuera de lo común. Por tal motivo, cuando en su artículo titulado Emulsión moderada en la Moncloa; golpe de fuerza andaluz en el PSOE se lee la frase La moción hábilmente planteada por UPyD contra el “derecho a decidir” –demanda que este partido califica de “falacia”, hace sentir pena.
¿Cómo es posible que un intelectual como él diga esta barbaridad? No es UPyD quien califica de falacia el llamado derecho a decidir. Es la realidad de las cosas. Hay personas que se han tomado muy a pecho lo del derecho a decidir, ese invento de gentes sumamente egoístas. Algún día descubrirán, como ha advertido sagazmente Antonio Muñoz Molina, que antes que catalanes son pobres. A Enric Juliana le sobra inteligencia para saber que lo del derecho a decidir es una falacia. ¿Por qué entonces lo pone en boca de UPyD como si fuera una idea peregrina de Rosa Díez?
Lo que ha hecho UPyD es obligar a que el Parlamento atienda al interés de los ciudadanos, que tantos problemas tienen por culpa de políticos adolescentes y egoístas.
¿Cómo es posible que una parte del PSOE, un partido con vocación internacional, no sepa que el derecho a decidir es una falacia? Y este otro talento que dicen que es Rubalcaba, parece ser que fue salvado de la bobería imperante por algún grito que le debió de dar Susana Díaz, cosa que nos hace abrigar alguna esperanza a los que ya casi no tenemos ninguna.
Rosa Díez no fue hábil ni oportunista, se ganó el jornal que le pagamos. Susana Díaz se da cuenta de que el PSOE está en peligro de desaparición. Enric Juliana da pena.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Gabilondo y las víctimas

En cierta ocasión quise ver un vídeo de Gabilondo, y esos gestos suyos mediante los que trata de llevar al espectador a su terreno, esos giros de voz, con los que intenta hacer pensar que su modo de ver el asunto es más inteligente, pudieron conmigo. Es decir, me quedé totalmente dormido.
Este señor es peligroso para mí. Días más tarde iba conduciendo y sin saber por qué me vino a la mente ese vídeo y tuve que hacer grandes esfuerzos para cambiar de pensamiento y despejar el sopor que me invadía.
Pero algo me llega de lo que hace él, así que he sabido que ha dedicado uno de sus sermones a las víctimas del terrorismo. Y no estoy de acuerdo. Sólo faltaba que las víctimas, con el atentado particular de cada una de ellas, hubieran perdido también derechos.
Las víctimas tienen no sólo el derecho sino también la obligación de exigir que los etarras sean perseguidos por la justicia, cazados, juzgados, condenados y que luego cumplan las penas que les hayan sido impuestas. Todo lo que no sea eso es una traición a las víctimas y a las personas decentes. Iba a decir que a la sociedad en general, pero me doy cuenta de que a una parte de ella disfruta con el dolor ajeno.
Los atentados terroristas alcanzan directamente a unas pocas personas, pero la finalidad es la de aterrorizar a todas las demás, por tanto es una exigencia moral que se persiga a los terroristas y se les trate según la ley.
Que los partidos hayan querido aprovechar electoralmente el asunto etarra es una traición a las víctimas y a la sociedad.
Por supuesto que las víctimas tienen derecho a hablar de política. Eduardo Madina, por ejemplo, se dedica a la política. Nos puede gustar más o nos puede gustar menos lo que hagan o digan, pero no por eso dejan de ser víctimas del terrorismo, ni ciudadanos.

martes, 29 de octubre de 2013

El TEDH y los insultos en la red

Este tribunal no ha tenido reparos en hacer que una horda de criminales salga a la calle, aunque la mayor parte de la culpa de este desastre la tiene la casta política española que, según para qué cosas, se la coge con papel de fumar, sobre todo el autodenominado sector progre.
Con la misma facilidad con que usan algunos el adjetivo fascista se resisten estos mismos a considerar la cadena perpetua como opción razonable para ciertos delitos.
Con respecto al TEDH y su criterio de responsabilizar a las webs de los contenidos insultantes que personas emboscadas en nombres ficticios puedan verter en ellos, conviene considerar que es muy peligroso para los dueños de las webs. ¿Habrá que estar de guardia las veinticuatro horas? ¿Qué se considera insultante?
Hay cosas que no se pueden controlar. Si alguien aprovecha la noche para quemar contenedores o pinchar ruedas de coches es posible que quede impune. Si en un partido de fútbol alguien lanza objetos al campo y daña a alguien quizá quede impune. Pero en Internet hay alguien que no se puede escapar. Cualquiera puede habilitar una identidad falsa y utilizando una IP que no es suya puede decir lo que le parezca. Culpar luego al dueño del sitio es muy fácil.
El mejor modo de tomar las cosas es otro. Lo que se dice con una identidad no comprobable no cuenta, es como un espacio en blanco, salvo que sea una opinión interesante o una noticia cierta. Los insultos proferidos por gente sin identificar no deben ofender.
En lo que me concierne, a veces soy insultado y no me ofendo. Generalmente lo hacen de este modo, o sea, a escondidas. Pero tampoco faltan los que se identifican. Así, por ejemplo, Peter Innes, que me dijo estas cosas:
-I see you are still a moran huh Vinny? Some things never change.
-You sure are a tough guy behind that computer. Is your husband just as tough as you?
Evidentemente, le definen a él.
Creo que hay que reinventar la Unión Europea y su TEDH.

lunes, 28 de octubre de 2013

Felipe González y su Fundación

El tercer presidente de la democracia española, que posiblemente sea la persona que más poder ha tenido jamás en España, no sólo por el número de votos que obtuvo, sino también por la fe que depositaron en él millones de personas, ha dado a pie a que se pueda completar la más conocida frase de Lord Acton.
Ahora ya se puede decir El poder tiende a embobar. Tengo escrito que Adolfo Suárez pudo llevar a cabo la Transición gracias a unas cualidades suyas que no son muy frecuentes. Sus colaboradores no las tenían, motivo por el cuál no las podían reconocer y como consecuencia conspiraron contra él.
Felipe González tampoco se percató de esas cualidades de Adolfo Suárez. ¡Qué se iba a percatar! Las propias de él, en el caso de que se las quiera reconocer como cualidades, son muy comunes. Y como consecuencia todo el mundo las valoraba y las envidiaba y hasta sus próximos le conocían como 'dios'.
Felipe González se ha inventado una Fundación para el estudio de su propia persona. Quizá quienes cobren por ello se recreen en su facilidad de palabra, esa que le permitía hablar durante mucho tiempo sin decir nada, en el mejor de los casos. También decía sandeces. Lo más peculiar de sus peroratas era la malicia, porque las hacía entretenidas.
Para valorar su sentido del deber, basta con tener en cuenta que no movió ni un dedo para averiguar quién es el señor X que determinaron los jueces, siendo éste un asunto crucial para la democracia española. Tampoco supimos jamás quién difundió los datos confidenciales del juez Marino Barbero, otro asunto candente para los auténticos demócratas. Otro asunto que explica a este personaje tan pagado de sí mismo es la expulsión de Alonso Puerta del PSOE. Y la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero.
Felipe González fue un señor muy importante en esta democracia española que va de fracaso en fracaso, de decepción en decepción. Y el propio PSOE está hundido. Pero él no se siente responsable de nada.
A Isaac Newton las manzanas le sirvieron para descubrir la ley de la gravedad. No sé lo que le pudieron inspirar a Felipe González, pero su mujer acabó harta de él. Quizá como mérito parecido pueda alegar que encontró y difundió el método para descubrir a los votantes de derechas. Debe de sentirse igual de orgulloso.

domingo, 27 de octubre de 2013

El tuit de Enric Sopena

Creo que es justo que antes de empezar diga dos cosas. La primera es que nunca he leído nada escrito por Enric Sopena, salvo esas cosas inevitables, como ese tuit al que me referiré pronto.
Y no he leído nada de lo escrito por él por la sencilla razón de que si algo hay en demasía en la actualidad es información, y la que me ha llegado sobre este señor lo señala como sectario. Me atraen poco los que están incluidos en este apartado, sean de derechas o de izquierdas. Cuando leo a algún amigo y veo que incurre en el sectarismo, me desagrada.
La segunda se refiere a mi solidaridad con las víctimas, incluso con aquellas con las que mantengo alguna discrepancia por otras cuestiones. Ocurre con algunas de la derecha y con otras de la izquierda. Pero en cuanto a víctimas del terrorismo, estoy con todas.
Y ahora ya va el tuit del tal Sopena:
Los fascistas calientan motores para la manifestación del domingo. Esperemos estar protegidos ow.ly/qaeYL 12:34PM · 25 Out.13
La tal manifestación fue convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo y a la misma se pudo sumar quien quiso.
En España se celebra una manifestación tras otra. Habría que analizar los motivos por los que ocurre eso y hacer una comparativa con otros países. Pero mientras tanto, habría que preguntarle a Sopena por qué llama fascistas a las víctimas del terrorismo. Por lo menos a las encuadradas en la AVT. Al daño que les hizo Eta hay que sumar los insultos de Sopena, que por lo que se ve sólo respeta a los que piensan como él.
Quizá los demás habremos de concluir en que para acertar hay que pensar lo contrario que este señor. Hay personas que han nacido para eso, para que los demás se den cuenta de lo que no hay que hacer.

sábado, 26 de octubre de 2013

El PP ofrece un cargo a Ángeles Pedraza

Es evidente que en esta vida abundan los que no tienen claros los conceptos. Las víctimas del terrorismo lo son simplemente porque los terroristas se han fijado en ellas; o porque estaban en un lugar, o pasaban por él, en el que los etarras habían puesto una bomba.
No sé si Calparsoro estará conforme con que yo llame etarras a quienes quieren seguir siendo etarras, hayan pasado por la cárcel o no.
Volviendo al caso, las víctimas del terrorismo no tienen que justificar ni merecer nada. No tienen ninguna culpa de lo que les ocurrió. Pueden ser mejores o peores, de derechas o de izquierdas, pero sobre todo son víctimas.
La sociedad española está en deuda con ellas, puesto que no ha sabido dotarse de gobiernos eficientes en la lucha contra el terrorismo, motivo por el cual la banda etarra ha sido inusualmente longeva.
Todos los políticos que se consideren decentes están obligados a dispensar un trato especial a las víctimas del terrorismo en cuanto a tales, aunque ideológicamente estén en el lado opuesto. Uno de los mejores modos de demostrar comprensión y cariño a las víctimas consiste en mandar a ese sitio que Albert Boadella unió a la palabra concretamente a los integrantes y simpatizantes de Bildu, Amaiur y similares.
Una cosa es aparentar que se está con las víctimas y otra muy diferente estar con las víctimas. No es de recibo incrustarles un Peces-Barba, ni tratar de aprovecharse de ellas electoralmente.
Hay que atenderlas, sin esperar nada a cambio, porque se les debe. Si estuvieran bien atendidas no serían necesarias las asociaciones de las víctimas.
Conviene recordar que la etarra que el gobierno español ha tenido que soltar, por culpa principalmente de la incompetencia y desidia de los sucesivos gobiernos españoles, se envolvió en la ikurriña.
¿Qué miedo tienen de hacerlo constar los que se dicen amigos de las víctimas?

viernes, 25 de octubre de 2013

Las gafas de Vicenç Navarro

En un artículo publicado hoy en Enfoques, Vicenç Navarro sostiene que lo interesa a los empresarios es el poder. Y yo creo que ha llegado a esa conclusión de forma apresurada.
En España abundan los que adoran al poder, no sólo los empresarios profesan esta religión, por llamarla de algún modo. Este culto al poder no sólo distorsiona el normal discurrir de las cosas, sino que hace que los españoles no seamos tan demócratas como nos creemos.
Claro que la función de la empresa es ganar dinero. Y son los políticos los encargados de establecer las reglas de juego para que la actividad empresarial repercuta en beneficio de la sociedad.
A los empresarios les interesa el dinero, es lógico. Lo que ocurre es que los hay que tienen tanto, y a tan buen recaudo, que ha dejado de ser su primera preocupación. Incluso aunque se vean obligados a cerrar la empresa, ellos seguirán siendo unos potentados. Tampoco la empresa es su primera preocupación. Y veneran al poder, como muchos de sus empleados.
Hay empresarios, cuyas empresas funcionan muy bien, que pretenden dar lecciones al mundo. Y fracasan. Porque la fórmula que sirve para su empresa no funciona en el campo de la política.
Los empresarios tienen más poder que los ciudadanos de a pie. Y el poder tiende a corromper. Es decir, estos empresarios que se atreven a dar lecciones a los demás son prepotentes en aquellos casos en los que pueden serlo. Y la prepotencia no puede funcionar en política, como vamos comprobando, y a la larga acaba por hundir a las empresas que se gestionan así.
Los empresarios españoles, en realidad, van a remolque. Tampoco ven clara la situación, ni saben cuál es el modo de salir de la catástrofe en la que estamos. Tratan de sobrevivir como pueden. Y en medio de todo este desbarajuste hay unos pocos que ganan. Me refiero a los psicópatas, o a los que actúan como ellos.

jueves, 24 de octubre de 2013

Calparsoro confunde valor y precio

Ahora resulta que porque ha salido de la cárcel la etarra que fue condenada a casi 4000 años de cárcel, a causa de sus atentados terroristas, ya no es terrorista para el fiscal superior del País Vasco, que alega que ya ha cumplido con la sociedad.
Sin embargo ella sigue siendo etarra. No sé cómo se puede ser etarra y no ser terrorista. Sólo faltaba saber que los fiscales del País Vasco son como los obispos del País Vasco, que saben ganarse el aplauso de los terroristas, y también de los votantes de Bildu, Amaiur, PNV y asimilados, y logran irritar a las víctimas del terrorismo, y sus simpatizantes, que en el País Vasco son menos que los de Bildu, por razones obvias. Cabe deducir de su forma de hablar que lo de irritar a las víctimas del terrorismo no les importa.
Supongo que este fiscal Calparsoro no sentirá ningún reparo, ni le afectará a su conciencia, en reconocer que esa a la que han soltado es una etarra. Peor que etarra no se puede ser. Ella no se ha arrepentido de sus crímenes, de modo que el tiempo que ha pasado en la cárcel no ha servido para nada. O fallan los métodos de la cárcel o falla ella, la asesina, puesto que no puede comprender que lo que hecho es una atrocidad. Mientras no lo comprenda y se arrepienta seguirá siendo una terrorista.
La sociedad pone unos castigos, que es una forma convencional de valorar los delitos. Supongamos, como dice el fiscal, que en España hubiera cadena perpetua revisable, cosa que me parece apropiada. ¿Qué méritos hubiera podido alegar la terrorista esa para que la soltaran?
Suponiendo que el tribunal que examinara a los reclusos cada X años fuera totalmente independiente, tendría en cuenta la evolución psicológica de la reclusa. O sea, que fuera capaz de comprender, eso por lo menos, el terrorismo, junto con otras, es la peor de las prácticas humanas.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Se ríe la etarra, se ríe

Han soltado a la etarra, la han soltado. Y la etarra se ríe. La etarra no tiene en cuenta, porque en su cerebro no cabe el razonamiento, sino la barbarie, que si hubiera cometido sus fechorías en los países de esos jueces del TEDH que han decretado su libertad, no es probable que hubiera salido nunca de la cárcel.
Aunque habría que hacer una salvedad. En el país de uno de los diecisiete jueces sí. Concretamente, en el de Luis López Guerra, que curiosamente es el mismo que el de la etarra, España. Me gustaría preguntarle a este señor si siente algún tipo de simpatía por las víctimas del terrorismo. Si es capaz de ponerse en su lugar. Albert Boadella hubiera añadido la palabra concretamente.
La etarra se ríe porque la leyes de su país, que también es el mío, son muy humanitarias con los etarras, y bastante menos con sus víctimas. Y aún se queja y se burla la torpe. Intenta destruir un país cuyas leyes son muy complacientes con ella.
No me duele ser del mismo país que la etarra, porque nacer en su sitio no tiene ningún mérito. En todos los países del mundo hay canallas. En lo que depende de lo buscado voluntariamente, entre ella y yo hay un trecho insalvable. Por ella, claro. No puede dejar de ser una canalla. Lo prueba su alegría, tan alejada del arrepentimiento que debería mostrar si fuera una persona.
La casta política española ha hecho posible todo esto y me temo que su reacción va a ser la acostumbrada: se echarán las culpas unos a otros. Sólo les importan las repercusiones electorales de las cosas que ocurren. Tampoco se arrepentirán de no haberlo hecho bien. Saben que, electoralmente hablando, las víctimas del terrorismo no cuentan. Han desactivado, por otra parte, su influencia en la sociedad.
No me preocupa la risa de la etarra. Me preocuparía si se me contagiara.

martes, 22 de octubre de 2013

Dolor para las víctimas, alegría para otros

A mí que me pongan junto a los que sufren de forma injusta, no quiero tener relación con quienes se han alegrado de que salgan de la cárcel quienes han hecho méritos más que suficientes para estar encarcelados de por vida.
Pero me parece adecuado dejar constancia de este párrafo del artículo de José María Ruiz Soroa, titulado La ley no tolera atajos, que recomiendo leer en su totalidad.
Lo que este tribunal ha declarado incompatible con el Convenio Europeo de Derechos Humanos es la aplicación retroactiva de esa “doctrina” a delincuentes que habían comenzado a cumplir sus penas antes de que, en una malhadada decisión de 2006, el Tribunal Supremo español decidiera cambiar sobre la marcha las reglas del juego y mantener a una terrorista en prisión más tiempo del que le correspondía.”
Conviene anotar también que en la sentencia del TEDH hubo tres votos discrepantes, suscritos por siete de los diecisiete jueces que formaban el tribunal, y entre esos siete no está Luis López Guerra y un voto concurrente.
Las víctimas del terrorismo, que son las víctimas más inocentes de todas las víctimas, son las que salen perdiendo siempre, a causa de la desidia de los políticos, o de los intereses electorales de éstos, o de la improvisación, y en definitiva que, en términos generales, la casta política no se toma en serio a las víctimas.
Tengo escrito, y de modo repetido, que si existen asociaciones de víctimas es porque el Estado no les hace caso. Las víctimas pueden ser mejores, buenas, malas o peores, pero son víctimas y por el simple hecho de serlo deberían recibir una atención especial por parte del Estado. En lugar de eso, se les ha intentado dividir y enfrentar entre ellas.
En mi opinión, hay que acatar la sentencia, porque la casta política española ha venido haciendo las cosas mal. Pero lo primordial es estar con las víctimas y comprender su dolor. La alegría, en este caso, hay que dejarla para los canallas.