jueves, 24 de octubre de 2013

Calparsoro confunde valor y precio

Ahora resulta que porque ha salido de la cárcel la etarra que fue condenada a casi 4000 años de cárcel, a causa de sus atentados terroristas, ya no es terrorista para el fiscal superior del País Vasco, que alega que ya ha cumplido con la sociedad.
Sin embargo ella sigue siendo etarra. No sé cómo se puede ser etarra y no ser terrorista. Sólo faltaba saber que los fiscales del País Vasco son como los obispos del País Vasco, que saben ganarse el aplauso de los terroristas, y también de los votantes de Bildu, Amaiur, PNV y asimilados, y logran irritar a las víctimas del terrorismo, y sus simpatizantes, que en el País Vasco son menos que los de Bildu, por razones obvias. Cabe deducir de su forma de hablar que lo de irritar a las víctimas del terrorismo no les importa.
Supongo que este fiscal Calparsoro no sentirá ningún reparo, ni le afectará a su conciencia, en reconocer que esa a la que han soltado es una etarra. Peor que etarra no se puede ser. Ella no se ha arrepentido de sus crímenes, de modo que el tiempo que ha pasado en la cárcel no ha servido para nada. O fallan los métodos de la cárcel o falla ella, la asesina, puesto que no puede comprender que lo que hecho es una atrocidad. Mientras no lo comprenda y se arrepienta seguirá siendo una terrorista.
La sociedad pone unos castigos, que es una forma convencional de valorar los delitos. Supongamos, como dice el fiscal, que en España hubiera cadena perpetua revisable, cosa que me parece apropiada. ¿Qué méritos hubiera podido alegar la terrorista esa para que la soltaran?
Suponiendo que el tribunal que examinara a los reclusos cada X años fuera totalmente independiente, tendría en cuenta la evolución psicológica de la reclusa. O sea, que fuera capaz de comprender, eso por lo menos, el terrorismo, junto con otras, es la peor de las prácticas humanas.

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