lunes, 28 de octubre de 2013

Felipe González y su Fundación

El tercer presidente de la democracia española, que posiblemente sea la persona que más poder ha tenido jamás en España, no sólo por el número de votos que obtuvo, sino también por la fe que depositaron en él millones de personas, ha dado a pie a que se pueda completar la más conocida frase de Lord Acton.
Ahora ya se puede decir El poder tiende a embobar. Tengo escrito que Adolfo Suárez pudo llevar a cabo la Transición gracias a unas cualidades suyas que no son muy frecuentes. Sus colaboradores no las tenían, motivo por el cuál no las podían reconocer y como consecuencia conspiraron contra él.
Felipe González tampoco se percató de esas cualidades de Adolfo Suárez. ¡Qué se iba a percatar! Las propias de él, en el caso de que se las quiera reconocer como cualidades, son muy comunes. Y como consecuencia todo el mundo las valoraba y las envidiaba y hasta sus próximos le conocían como 'dios'.
Felipe González se ha inventado una Fundación para el estudio de su propia persona. Quizá quienes cobren por ello se recreen en su facilidad de palabra, esa que le permitía hablar durante mucho tiempo sin decir nada, en el mejor de los casos. También decía sandeces. Lo más peculiar de sus peroratas era la malicia, porque las hacía entretenidas.
Para valorar su sentido del deber, basta con tener en cuenta que no movió ni un dedo para averiguar quién es el señor X que determinaron los jueces, siendo éste un asunto crucial para la democracia española. Tampoco supimos jamás quién difundió los datos confidenciales del juez Marino Barbero, otro asunto candente para los auténticos demócratas. Otro asunto que explica a este personaje tan pagado de sí mismo es la expulsión de Alonso Puerta del PSOE. Y la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero.
Felipe González fue un señor muy importante en esta democracia española que va de fracaso en fracaso, de decepción en decepción. Y el propio PSOE está hundido. Pero él no se siente responsable de nada.
A Isaac Newton las manzanas le sirvieron para descubrir la ley de la gravedad. No sé lo que le pudieron inspirar a Felipe González, pero su mujer acabó harta de él. Quizá como mérito parecido pueda alegar que encontró y difundió el método para descubrir a los votantes de derechas. Debe de sentirse igual de orgulloso.

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