viernes, 18 de octubre de 2013

Botín, en Nueva York

No es necesario aclarar que no se trata de que se haya encontrado un botín en la capital del mundo, sino que un señor que se llama Botín se ha desplazado hasta allí, para llevar a cabo algún negocio suyo y los periódicos españoles, a pesar de que podían imaginar con ligero margen de error lo que iba a decir, han enviado a sus corresponsales a cubrir el evento.
El personaje dejó claro que su banco es uno de los más importantes y poderosos del mundo. Si eso lo llega a poder decir en tiempos de Franco, a éste le hubiera dado un sofoco, y hubiera pensado enseguida en el modo de trocearlo, para reducir su tamaño.
A los políticos de ahora no les importa que algunos bancos tengan más poder que el gobierno. Franco miraba por sus propios intereses y, por tanto, no le convenía que nadie tuviera más poder que él. Los políticos actuales deberían velar por el interés de los ciudadanos, que los han elegido y tampoco deberían consentir que nadie tuviera más poder que el gobierno. Pero ya se ve que también miran por su interés particular: aspiran a colocarse bien en una empresa del Ibex.
Tienen tanto poder los bancos que los periódicos han enviado a sus corresponsales para hacer publicidad a un banco.
Todas estas cosas hay que pagarlas. Se avecina una gran subida de impuestos, municipales, estatales, regionales, etc. Se avecina una subida de tasas bancarias, comisiones nuevas, etc. Hay que pagar por ponerse enfermo, también por morirse. Sube la luz, sube el gas, sube el agua, sube el pescado. Todo esto para los ciudadanos.
El mundo de los bancos es otro, evidentemente. El señor Botín dice que llega el dinero por todas partes. Y los periodistas que le han acompañado han hecho crónicas triunfales. Querido Botín, escribió uno que era juez.

'Iluminados y perversos'
'Cien palabras'
'La caída de Madrid'
'La muchacha de Catulo'
'Niños, adolescentes y redes sociales'
'El franquismo'
'Hablar en público y en privado'
'El olvido de sí'
 


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