sábado, 31 de agosto de 2013

Sobre las terapias para “curar” a los gais

Está visto que la democracia, que es un sistema permeable por definición, permite una serie de actividades o iniciativas, que no tienen nada de democráticas, puesto que en ellas el respeto al prójimo brilla por su ausencia.
Los hay, por ejemplo, que disfrazan de democráticas ideologías totalitarias, como son los nacionalismos.
En el mismo sentido, y amparándose en la libertad los hay que pretenden “curar” la homosexualidad. Este propósito es, sin duda, atroz, puesto que considera como enfermos a los homosexuales. A quienes lo pretenden les molestaría que hubiera una terapia para curar a quienes quieren curar a los homosexuales. Podría decirse que son estos los que están enfermos, si no fuera porque se adivinan intereses oscuros detrás.
No es una propuesta bienintencionada, como pudiera parecer, sino que a ciertos credos e ideologías la aceptación de los homosexuales por parte de la sociedad les ha pillado a contrapié y lejos de reconocer su error, insisten en él con renovados bríos.
Se dice que enfermo es quien va al médico. Si un homosexual va al médico es porque ha tenido mala digestión, o ha cogido la gripe o cualquier otra cosa, no va por homosexual. Aunque también los puede haber que hayan sufrido algún desequilibrio mental, pasajero o no, por culpa de esos homófobos que tanto daño hacen, aunque esto a lo mejor les da igual.
Hay gente que odia, esto salta a la vista, y entonces ha de canalizar ese odio de una manera que resulte aceptable socialmente, y también para sí misma.
Señalar a un grupo humano, el compuesto por los homosexuales, como rechazable, para poder dirigir hacia él su odio, además de una canallada, es de una cobardía insana. Se trataba de un grupo, como tal, vulnerable, aunque muchos de sus componentes no lo fueran.
Concurre también en esta serie de disparates, el sectarismo. Hay líderes políticos que exhiben sin tapujos su lado homófobo porque saben que sus seguidores les aplaudirán y los defenderán.
'La muchacha de Catulo'
'Niños, adolescentes y redes sociales'
'El franquismo'
'Hablar en público y en privado'
'El olvido de sí'
'Todo es posible'
'Bélgica'
'Mala farma'

viernes, 30 de agosto de 2013

Malnutrición infantil en Cataluña

Según el Síndico de Agravios de Cataluña hay 50 000 niños con carencias alimentarias en esa Comunidad Autónoma, y 751 niños que sencilla y llanamente pasan hambre.
CiU lo niega, claro. Tiene cosas más importantes en las que pensar. Se aproximan acontecimientos que reclaman la atención, de forma perentoria, de este partido, y ante ellas todas las demás pierden interés.
Rafael Ribó, que es el citado Síndico de Agravios, debe de ser considerado como una persona inoportuna por Artur Mas, ese Moisés que rige los destinos catalanes. Afortunadamente, no dispone del poder que tuvo Hitler, que era más bajito y con el mentón menos cuadrado.
El gobierno catalán no se siente angustiado por la situación que describe el síndico, sino que lo acusa de crear alarma social y de querer distraer al personal con el demagógico estudio sobre la pobreza de los niños que no tiene nada que ver con los objetivos marcados por el visionario líder.
Los auténticos patriotas catalanes, puedan dar de comer a sus hijos o no, deben ser conscientes de que “la causa” es lo primero.
Si se gasta un millón en la causa, está mal. Deberían haberse gastado dos. Y si no, que se lo pregunten al conde. Y si se gastan dos millones en la causa, está mal. Deberían haberse gastado cuatro. Y si no, que se lo pregunten al conde.
Dicen que la calidad moral de una nación se percibe en el modo en que trata a los más indefensos. En este caso, “tan solo son 50 000” los niños con carencias alimentarias. A consecuencia de ello, su salud se resentirá en el futuro en todos los casos. Y esos 751 que tienen tanta hambre son menos todavía.
Ningún afiliado a CiU ha protestado.
El dinero es para gastarlo, pero hay que gastarlo bien, dijo uno que salía de estar con una prostituta.

jueves, 29 de agosto de 2013

Estados Unidos ya no puede ser el gendarme mundial

En épocas anteriores la superioridad del gigante americano era tan abrumadora que podía ir a poner paz allí en donde le convenía. Incluso en algunos casos se permitió excesos que ahora son utilizados hábilmente por gobernantes populistas, sobre todo en América del Sur.
En nuestros días esa superioridad ya no es tan aplastante, dado que los terroristas han descubierto el lado frágil del mundo occidental. Por otro lado, ya se utiliza el odio como herramienta política de forma industrial. Se usan las palabras precisas, el capitalismo, los americanos, etc., de forma metódica.
Esto significa que hay que adaptarse a los nuevos tiempos. No se puede consentir lo que ocurre en Siria y también hay que reconocer que se ha dejado que las cosas lleguen demasiado lejos, y ha ocurrido así probablemente porque las naciones más poderosas se sienten impotentes. La Unión Europea se debate en un interminable conflicto interno que la convierte en inoperante. Las naciones europeas no tienen autoridad moral para intervenir en ningún conflicto. Estados Unidos tampoco la tiene, pero posee la fuerza, pero ésta por sí misma no resuelve nada.
En un momento u otro las naciones poderosas tendrán que comprender que las cosas no pueden seguir así. Tendrán que renunciar a los privilegios que obtienen por la fuerza y someterse al dictado de la justicia.
Cuando la ONU pueda demostrar que intenta buscar la solución más justa en todos los casos y haga cumplir sus resoluciones, la gente empezará a tener fe en este organismo y será más fácil obligar a los psicópatas que andan por el mundo a adaptarse a las normas de convivencia.
El mundo, hoy por hoy, es un lugar en el que proliferan las guerras y las matanzas, y los paraísos fiscales, que también matan a mucha gente de forma indirecta, porque si imperara la justicia Gran Bretaña tendría que abandonar Gibraltar y las Malvinas, Marruecos el Sahara, y los psicópatas no dispondrían de paraísos fiscales. Si imperara la justicia, el caso de Israel tendría mejor solución.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Proponen que Grecia venda patrimonio nacional

La patronal alemana propone que Grecia venda su patrimonio nacional. Esto reviste una extrema gravedad. Viene a demostrar que la citada patronal está pez en lo que se refiere a la Unión Europea.
Y eso significa también que Merkel, que dirige con puño de hierro los destinos europeos, no se preocupa por explicar en su país en que consiste este proyecto. Y es que probablemente ni ella misma lo sabe. La situación necesitaría de alguien que supiera interpretar la realidad, como fue el caso de Churchill, y actuar en consecuencia, sabiendo cómo hacer para que los demás siguieran sus pasos. Y en lugar de un Churchill tenemos una Merkel, que viene a ser algo así como un Cameron, un Zapatero, un Rajoy, un Sarkozy, un Hollande. Y menos mal que no está Strauss-Kahn gobernando a los franchutes. Dice Hollande que va a castigar a los que han gaseado a inocentes. Pero los inocentes del Sahara le importan un bledo.
Esta patronal alemana no sabe que una nación, Grecia por ejemplo, no es una empresa. No es una fábrica de cerveza, pongamos por caso. No se puede regir con los mismos criterios que una sociedad anónima, aunque en algunos puntos sí es conveniente.
Los problemas actuales de Grecia surgieron dentro de la Unión Europea y sin embargo se le exige que los resuelva a solas. Si no hubiera pertenecido a la Unión Europea las cosas hubieran sucedido de otro modo.
La cuestión es la siguiente: La Unión Europea es una necesidad y lo prueba el hecho de que se hace con poca gana. Puesto que es una necesidad hay que plantearse las cosas así y, guste más o guste menos, dotarla de seriedad y explicar que los nacionalismos, en esta hora del planeta, sobran. A Merkel sólo la votan los alemanes, pero sus decisiones influyen en todos los demás países miembros. Es hora de elegir, mediante sufragio universal, al gobierno de la Unión Europea.

martes, 27 de agosto de 2013

De Llamazares a Mandela

El grave accidente de una política del PP, cuyo nombre no es necesario poner, dio pie a una catarata de insultos, gritos de jolgorio y a la impúdica exhibición del rencor que atesoran unos cuantos, entre los que se encontraba Llamazares.
El rencor es feo y mereció la reprobación de algunos, cosa que ha generado una larga serie de sesudas reflexiones mediante las cuales se pretende justificarlo. Estos artículos han sido generalmente interminables, o sea, como si sus autores quisieran dar a entender que hay motivos de sobra para el rencor, para el odio y para el resentimiento. Son artículos que percuten en el ánimo del lector que no alberga esos sentimientos tan negativos, castigándolo. A los autores de esos artículos cabe preguntarles si piensan que es el rencor lo que justifica la existencia de la izquierda.
Lo que sí que saben todos es que la hábil administración del rencor da votos. Lo saben los nacionalistas y lo saben las izquierdas. Esto les proporciona cierto margen para cometer tropelías.
En el caso de IU, como ha hecho notar Rosa Díez, se da el caso de que a este partido mal que a Aguirre y Gallardón les sucedieran los siguientes en la lista. Pero ha ocurrido un caso similar en Andalucía y a IU le parece bien. Es que en este caso tiene parte de la tarta. Por supuesto que no se le tiene rencor a Izquierda Unida por esta manera tan graciosa de actuar. Que sean otros los que reclamen el rencor y la incongruencia como parte de su patrimonio.
A Mandela le alabó y le alaba mucha gente, pero en el caso de esos tan rencorosos ya se ve que sus aplausos son retóricos. Nelson Mandela es uno de esos espíritus selectos que, teniendo motivos más que sobrados para sentir rencor, han apartado este sentimiento de sí. Si el título hubiera sido “De Mandela a Llamazares” hubiera hecho pensar en la involución.

lunes, 26 de agosto de 2013

God Shave the Queen

Si tiene tiempo y ganas, claro, porque a la vista del historial de la tal Queen se puede aventurar, casi sin margen de error, que, por muy Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra que sea, le tiene destinado un puesto en las calderas de Pedro Botero.
Dicho en otras palabras: se le puede pedir eso a Dios, pero hay que tener en cuenta que a lo mejor no hace caso y opta por dejarla como está.
La cuestión es que me he enterado por Carlos Pajuelo, ahí, en su blog de Las Provincias, de que el Rey de España fue a protestarle por la visita de su hijo a Gibraltar, o a sus aguas, y Su Graciosa Majestad le respondió, con la gracia que le caracteriza, “they are my son, my boat and my rock”. Ya se ve por dónde se pasa la Queen las normas de cortesía, las resoluciones de la ONU y el sentido común.
Lo que resulta inexplicable es que este Rey de España, que tanto don de gentes tiene y tan viajado está, y que, además, sabe de sobra lo “fina” que es esta dama, se le haya quejado de nada. ¿Qué esperaba que le dijera?
Lo de esta reina es como si al narco Escobar, en sus tiempos de esplendor, le hubiera ido un policía a decirle que estaba detenido, éste se le hubiera quedado mirando a los ojos y se hubiera rascado. Eso es exactamente lo de la tal reina, cuya vida guarde Dios muchos años, para bien de los ingleses. Ellos no se merecen nada mejor y Pedro Botero puede esperar.
El Rey de España, Juan Carlos I, que tiene mejor puntería que la reina de los ingleses, tenía a mano un modelo de carta que, con las convenientes adaptaciones, podría haberle servido. Se trata de aquella con la que Boadella contestó a quien le había otorgado el premio boira y que contiene el uso adecuado de la palabra “concretamente”.

domingo, 25 de agosto de 2013

Lo que no se dice de los “triunfadores”

A veces se informa de que tal empresario, a pesar de que estamos en crisis, ha creado nuevos puestos de trabajo, o que otro empresario lucha por no tener que bajar los sueldos de sus empleados.
De lo que se habla menos es de la lucha despiadada por captar nuevos clientes o por no perder los que se tienen. Los hábitos de los consumidores se estudian al dedillo, de modo que al final resultan ser entes automatizados a los ojos de quienes diseñan las estrategias comerciales.
¿Cómo hacer para romper esta dinámica? Los sucesivos gobiernos españoles, incluidos los autonómicos, apuestan inveteradamente por los grandes. La educación del consumidor no parece una tarea urgente.
Estamos en crisis y algunos empresarios logran crear empleo, pero por de pronto han logrado que cierre un gran número de panaderías tradicionales. Los empleados de esas panaderías han ido al paro. Puede darse el caso de que por cada puesto de trabajo creado se hayan destruido cinco o más. La calidad del pan se ha resentido. Las panaderías que resisten también se han visto obligadas a bajar los precios.
Hay quien critica al capitalismo, como si éste fuera una bestia enorme. Sin embargo, la imagen que mejor representa al capitalismo es la una viejecita con delantal negro y pañuelo, también negro en la cabeza, yendo de tienda en tienda a buscar la sandía más barata.
Hay empresas que obligan a sus proveedores a trabajar de forma exclusiva con ellas. Esto significa que para los pequeños comercios cada vez es más difícil la supervivencia. Que se pueda mantener una tienda teniéndola abierta diez horas diarias, seis días a la semana, es un sueño. Cada día son más las tiendas que cierran. Incluso algunas de las que abrían también los festivos.
No se sabe si algún partido político tiene hechos estudios sobre este estado de cosas en el que vivimos. Quizá algunos políticos sueñan con estar en un consejo de administración de una gran empresa.

sábado, 24 de agosto de 2013

Abusar de los parados

En las circunstancias actuales, y probablemente en cualquier tipo de circunstancia, la inmensa mayoría de los parados no quiere estar en el paro.
El parado se encuentra en una situación indeseada, a la que ha llegado generalmente sin tener culpa y el porvenir le inspira mucho temor.
Si encima el gobierno lo somete a unos controles desconsiderados y humillantes, su situación, además de agobiante, pasa a ser penosa.
Da la impresión de que el ministro de Trabajo es Juan Rosell. Lo último que se podía esperar.
Es correcto que se luche contra el fraude. Incluso contra el fraude que se pueda producir en este sector. Pero habría que hacerlo de uno modo respetuoso con las personas. A los oligarcas que han pillado evadiendo dinero al fisco los han tratado con consideración, no como a los parados.
Un parado no es un sospechoso. Un parado que cobre 30 euros en negro por una chapuza puede que gaste ese dinero comprándole jamón a su hijo. Un empresario que contrate a un parado para pagarle en negro es un sinvergüenza. A éste es al que debería castigar el ministerio y no al parado.
Un trabajador, en activo o en paro, no puede hacerse el duro, ni dárselas de recto, con ningún empresario. Un trabajador en España no es nadie. Ni para un gobierno del PP, ni para un gobierno del PSOE. Zapatero no se ha ido a vivir a un barrio obrero.
El grueso del fraude fiscal, como todo el mundo sabe, incluso el ministro de Hacienda, proviene de las grandes empresas, incluidas las bancarias, y las grades fortunas. Pero este podría ser un terreno minado. Cabe la posibilidad de que todos los grandes defraudadores dispongan de carpetas llenas de informes sobre los demás. Aquí podría tener lugar el tan repetido chiste del dentista. Lo que le ocurre al parado es que no puede ir al dentista.

viernes, 23 de agosto de 2013

Las operadoras de telefonía

Debería haber una tarifa para las operadoras de telefonía que llaman a las casas, o a los móviles, sin que se les haya pedido. Un euro por minuto, por ejemplo.
De modo que las primeras palabras de un empleado de una compañía que hiciese una de estas llamadas debería ser: ¿En que cuenta quiere que le abone el dinero que va a ganar por atender esta llamada? Y esta conversación debería ser obligatoriamente grabada por la compañía llamante, para que el receptor de la llamada pudiera poner una denuncia al día siguiente si no hubiera recibido el dinero.
Las compañías cortan la llamada sin más cuando ven que no van a conseguir nada. Me ocurrió ayer con una. Le dije que no tenía tiempo para atenderle, e insistió. Al preguntarle si se haría cargo de la penalización que me impone mi compañía si rompo el contrato antes de cierta fecha, colgó sin despedirse. Por cierto, la compañía en la que estoy ha incumplido uno de los contratos y para ella no hay penalización. Tengo puesta la reclamación en el lugar pertinente, pero creo que el ministro Soria, al igual que los anteriores, les da demasiadas ventajas a las empresas. En el caso de las eléctricas, ya se ve. Sus directivos se forran.
Creo que las operadoras de telefonía sólo dan parte de la información en sus webs, de modo que si alguien quiere saber más tiene que recurrir a la llamada telefónica. Y en este caso tampoco hay garantía de nada, porque si el comercial de la operadora establece un trato que su empresa no quiere cumplir, ésta no se siente obligada.
A las operadoras les resultaría fácil ponerlo todo en una web para que sus potenciales clientes pudieran ver y comparar, y hacer el trámite por ese medio. Pero no les conviene e incomodan a la gente, como si el tiempo de los demás les perteneciera.

jueves, 22 de agosto de 2013

Merkel tiene un embudo

Al final va a resultar que lo único que le preocupa a Merkel es que los alemanes la voten, como un Zapatero cualquiera, como un Rajoy que acabó por conseguir lo que quería.
Merkel, aprovechándose de que la crisis ha cogido a Alemania en la cresta de la ola, porque unos pocos años antes era al revés, impone su ley a los países cuyos irresponsables gobiernos no la vieron venir. O sea, les obliga a hacer grandes sacrificios, en virtud de los cuales los pobres se mueren y los oligarcas se suben los sueldos. Se podía pensar que lo hacía por el bien de esos países, para que aprendan lo que es el rigor presupuestario, para que no se permitan más alegrías en el futuro. Pero eso es mentira. Lo único que quiere Merkel es que la voten los alemanes. Y con tal de conseguir eso no le importa ser atroz. Pues atroz se queda.
Resulta que hay una gran cantidad de ayuntamientos alemanes en quiebra. Pero a éstos Merkel no los mete en cintura, porque si lo hiciera los alemanes no la votarían.
Es obvio, a la luz de estas noticias, que si cada día mueren de hambre x españoles a Merkel no le importa, porque los españoles no la hemos de votar.
De todo esto se deduce que urge un gobierno europeo, para que el voto de todos los europeos valga lo mismo. Tal como y funciona ahora, Alemania saldrá de la crisis gracias al esfuerzo y al sacrificio de los españoles, mientras que España retrocederá en gran manera, lo que conllevará que España deje de comprar muchos productos alemanes, con lo cual la salida de la crisis de Alemania tampoco será completa.
Los nacionalismos son peores que las siete plagas de Egipto. Por culpa de ellos la Unión Europea no es una realidad. Por culpa de los nacionalismos se muere mucha gente y la mayoría vive peor. Los nacionalismos sirven a las oligarquías y a los psicópatas.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Los peligros de Twitter

Los hay que piensan que hay personas que nacen buenas y el caso es que es posible que algunas de las personas que piensan así sean buenas.
La bondad requiere esfuerzo y quizá haya que pensar que puede que haya gente que se esfuerce sin darse cuenta.
Lo cierto es que abunda la gente a la que le gusta la impunidad, y ésta no tiene nada que ver con la gente bondadosa. El accidente de Cristina Cifuentes ha sacado a la luz “la bondad” de muchas personas. Incluso las hay que han recordado a Chávez. Algunos de los que se alegraron de la muerte de Franco, lloraron porque murió Chávez, y ríen porque Cifuentes está en estado grave.
Cuando las posibilidades de quedar impune son altas brota de forma espontánea algo que no requiere esfuerzo, como es la maldad.
Hannah Arendt habló de la banalidad del mal. Son muchos los apenas necesitan un leve pretexto para volcar su odio contra alguien. De ahí surgen los tan frecuentes episodios de acoso moral. Probablemente, muchos de los que han lanzado tuits ofensivos contra Cristina Cifuentes, sumándose a la ofensiva contra ella, se ponen serios cuando toca hablar de acoso moral. Y lo condenan firmemente. Como si las cacerías y los acosos no tuvieran nada que ver.
Hubo un grupo de personas, y quizá todavía existe como grupo, que señalaba a otros como jabalíes y una vez hecho esto procuraba humillarlos y finalmente hacerlos huir. Y tenían este cometido como muy noble y adecuado.
Muchos de los que están en Twitter son como las gallinas. Allí donde ven sangre acuden en masa a picar. Y se hacen grandes amistades así, se unen personas “buenas” que no tienen compasión con el “mal”.
Yo tengo una cuenta en Twitter, @Vicente Torres, pero la gasto poco. Si alguna vez detecto que se ataca en masa a alguna de las personas hacia las que no siento simpatía, no me uniré al coro. Los linchamientos no me van.