viernes, 30 de agosto de 2013

Malnutrición infantil en Cataluña

Según el Síndico de Agravios de Cataluña hay 50 000 niños con carencias alimentarias en esa Comunidad Autónoma, y 751 niños que sencilla y llanamente pasan hambre.
CiU lo niega, claro. Tiene cosas más importantes en las que pensar. Se aproximan acontecimientos que reclaman la atención, de forma perentoria, de este partido, y ante ellas todas las demás pierden interés.
Rafael Ribó, que es el citado Síndico de Agravios, debe de ser considerado como una persona inoportuna por Artur Mas, ese Moisés que rige los destinos catalanes. Afortunadamente, no dispone del poder que tuvo Hitler, que era más bajito y con el mentón menos cuadrado.
El gobierno catalán no se siente angustiado por la situación que describe el síndico, sino que lo acusa de crear alarma social y de querer distraer al personal con el demagógico estudio sobre la pobreza de los niños que no tiene nada que ver con los objetivos marcados por el visionario líder.
Los auténticos patriotas catalanes, puedan dar de comer a sus hijos o no, deben ser conscientes de que “la causa” es lo primero.
Si se gasta un millón en la causa, está mal. Deberían haberse gastado dos. Y si no, que se lo pregunten al conde. Y si se gastan dos millones en la causa, está mal. Deberían haberse gastado cuatro. Y si no, que se lo pregunten al conde.
Dicen que la calidad moral de una nación se percibe en el modo en que trata a los más indefensos. En este caso, “tan solo son 50 000” los niños con carencias alimentarias. A consecuencia de ello, su salud se resentirá en el futuro en todos los casos. Y esos 751 que tienen tanta hambre son menos todavía.
Ningún afiliado a CiU ha protestado.
El dinero es para gastarlo, pero hay que gastarlo bien, dijo uno que salía de estar con una prostituta.

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