viernes, 31 de octubre de 2008

El cordón sanitario de ERC

A los dirigentes de ERC no les gusta que se den a conocer sus derroches de dinero público. Como el diario ABC es el que va facilitando esa información últimamente, ellos hablan de imponer un cordón sanitario. Los argumentos que usan para defenderse no son tales. Alegan que probablemente los ministros y el resto de consejeros autonómicos también derrochan. Es decir, como en todas partes cuecen habas, ellos no se quedan atrás.
Esta gente pone los pelos como escarpias. No se les ocurre ahorrar gastos al contribuyente, y sobre todo teniendo en cuenta los tiempos que corren, y vigilar para que los demás partidos tampoco derrochen, sino que reivindican su derecho al despilfarro, bien sea de Carod, o de cualquier otro.
El recurso de los nacionalistas siempre es el mismo, cuando se les dice algo que no les interesa, contraatacan alegando que eso es un ataque a su tribu. A su maltratada tribu. Todo lo español, para ellos, es rancio y cavernoso. Y las noticias del ABC las tildan de “tam-tam”. He aquí que los nacionalistas se las dan de civilizados y mandan a la caverna a quienes no lo son. En realidad, es al revés. Lo anacrónico en los tiempos actuales es la ideología nacionalista. Es sabido, por otra parte, que puede decirse que hay democracia en un lugar cuando alguien que sostiene una teoría contraria a la de la mayoría puede pasear tranquilamente por sus calles. Es difícil, ya se sabe, mantener opiniones contrarias a las de la mayoría en aquellos lugares en los que gobiernan los nacionalistas es sumamente peligroso.
Dentro del mundo de los nacionalistas, los de ERC son los más radicales, como lo demuestra la reacción que han tenido contra el ABC. Es la prensa catalana la que debería haber sacado a relucir estas cuestiones. Como ERC no tiene poder sobre la prensa no catalana, trata de amedrentarla. Ya se ve como presenta al ABC como enemigo de los catalanes. Éstas son sus convicciones democráticas y éstos son sus métodos.

jueves, 30 de octubre de 2008

La conciencia de Carrillo

Afeé a cierto elemento que se las da de santurrón, ya que, a la mínima, saca el rosario y se pone a rezar, y que pronto será padre por quinta vez, que hubiera permitido cierta villanía a un Pájaro de Cuenta (así, con mayúsculas), en un ámbito de su influencia, lo que no casa nada bien con lo que quiere hacer creer que es. El santurrón me respondió alegando que tiene la conciencia tranquila, a lo que contesté que alegar la tranquilidad de conciencia no es un argumento y que De Juana también dice lo mismo. Su pretendida santidad dio paso a la furia, porque según él yo lo había comparado con el sanguinario etarra. Este supuesto enfado ya daba idea de que él no tenía nada más. Le dije lo obvio, que no lo había comparado con nadie, sino que había demostrado la futilidad de su argumento. Y ese contrincante mío accidental respondió con maldad, convirtiendo, además, en sicario a su subordinado laboral. Si él mismo se pone en la senda del mal, poco a poco puede llegar a ser como De Juana.
La cuestión es también Carrillo, que es bastante más avispado que el personaje del que he hablado antes, también alega que tiene la conciencia tranquila. A sus años y con lo que lleva vivido ya debería saber que eso no significa absolutamente nada. Además, la gente se fija en todo. Y lo que llama la atención de Carrillo, sobre todas las cosas, es que ni por asomo que la derecha, como él la llama siempre, pueda hacer algo bien. Más bien, según él, todos los males del mundo provienen de ese sector de la humanidad. Algo falla en este personaje.
En lo que a mí respecta, me da igual que alguien sea de derechas o de izquierdas, creyente o no creyente, porque ningún ser humano puede acertar en todo. Lo que interesa, entonces, no es la opción que ha elegido, sino la actitud con la que elige, los fines a los que orienta su vida. En todos los sectores hay buenas y malas personas. Entonces, quien condena al prójimo basándose en alguna de estas elecciones no puede sino dar mala espina.

miércoles, 29 de octubre de 2008

El Benach de la Moncloa

Nixon solía decir que no sabía cuál de sus cien asesores estaba en lo cierto. Pero nuestro Zapatero particular no se arredra ante las dificultades y tiene nada menos que 644. Y así nos va, porque hasta que acierte con el que sabe puede cometer unos cuantos disparates bien gordos. Pero es que aparte de ese derroche en asesores, ¡en tiempos de crisis!, según informa el diario ABC, en su edición de hoy, los gastos de la Moncloa se han multiplicado en relación con los de la época de Aznar. De modo que, José María, otros vendrán que bueno te harán.
En plena crisis, cuando muchos empresarios, cuyas empresas están muy saneadas, están viendo como sus esfuerzos no sirven para nada y que puede el caso de que tengan que cerrar por falta de liquidez, cuando otras empresas ya han cerrado, a pesar de que un poco antes empezaban a soñar, cuando tantos trabajadores han ido a la calle y la angustia se ha apoderado de ellos, la clase política gasta, gasta y derrocha. Es decir, ninguno de los 644 asesores, que pagamos los españoles, le ha dicho al presidente que hay que recortar gastos, para que la opinión pública vea que los políticos se preocupan y puedan pensar que estamos en buenas manos. Y si se lo ha dicho alguno de esos asesores, no ha logrado hacerse oír, o no ha tenido la suficiente capacidad de convicción.
Entonces, podemos preguntarnos los ciudadanos que para qué tanto empeño en estar en la cumbre de Washington. ¿Qué tiene que decir sobre la crisis quien primero la negaba y luego no ha tomado ninguna decisión acertada? Nuestros políticos son unos señores que saben que a los últimos que alcanzará la crisis es a ellos. En ningún caso han optado por reducir gastos, para no tener que subir los impuestos. Al menos, los ayuntamientos, o la mayor parte de los ayuntamientos, los han subido. Los partidos españoles no han sabido ponerse de acuerdo para hacer frente a la crisis. El presidente es quien debe dar ejemplo y quien ha de tomar la iniciativa de acercarse a los demás, pero sin imposiciones.

martes, 28 de octubre de 2008

Los Benach valencianos

Salió a la luz pública el caso del tal Benach, al que habría que añadir el del tal Touriño. Pero no sólo Touriño. El diario Levante, en su edición de ayer, desveló que los coches oficiales de las Cortes Valencianas son todavía más caros que el de Benach. Ante este dato, cabe hacer memoria y recordar aquellas declaraciones primeras de Milagrosa Martínez, al acceder a la presidencia del citado organismo, en las que anunció que iba a recortar aquellos considerables gastos que eran propios de su antecesor.
El transcurrir del tiempo da a pensar en que lo único que pretendió la buena señora con su anuncio fue quedar bien con Francisco Camps, dado que el anterior presidente, el manirroto -con el dinero público-, Julio de España proviene del zaplanismo. El calificativo de manirroto no es exagerado, puesto que este presidente gastó una fortuna en la cafetería de las Cortes. No para ahí la cosa, puesto que además, la comida de los diputados está subvencionada. Es decir, ellos pagan una pequeña parte de la factura, ya que el resto corre a cargo de los contribuyentes. Apretar el botón que les indican es muy trabajoso y entonces tienen sueldo y dietas, más la comida pagada, más un lugar de trabajo lujoso, más una cafetería exclusiva. Y el presidente tenía también la costumbre de hacer regalos a los diputados, con dinero público, por navidad. El regalo no consistía en una pastilla de turrón.
Ahora resulta que la austera presidenta dispone de dos coches oficiales y el resto de miembros de la Mesa también tiene coche oficial. Los doce coches oficiales son, todos ellos, más caros que el de Benach, que ya se ha vuelto atrás en su dispendio, o en parte de él.
No hace mucho, quienes esperan las ayudas de la ley de dependencia se manifestaron en la plaza de la Virgen, muy cerca de la Cortes Valencianas. Harán muy bien en confiar más en la Virgen de los Desamparados que en los diputados valencianos. Y lo mismo todos aquellos que temen no poder alimentar a sus hijos en los próximos tiempos.

lunes, 27 de octubre de 2008

Joaquín Almunia, el listillo

Dice Joaquín Almunia que hay que pedir responsabilidades a los responsables de la crisis, pero el buen hombre señala en la dirección equivocada, cabe deducir que interesadamente. Dice que hay gestores que primero provocan la crisis y cobran cantidades astronómica por su gestión. Entonces, conviene explicarle al bienintencionado caballero, por si no lo sabe, que los culpables de la crisis pueden ser unos señores particulares que cobren grandes cantidades por su gestión, pero los ciudadanos tenemos representantes para que, entre otras cosas, impidan que eso pueda suceder.
Un ciudadano español no puede exigir responsabilidades a los gestores de un banco en el que no tiene cuenta, ni es accionista, ni a ningún gestor de otra empresa con la que tampoco haya contratado nada en los últimos tiempos. Sí puede pedir responsabilidades a los políticos, que son quienes ponen las leyes por las que se rigen los mercados y deben vigilar para que se cumplan.
Conscientes de eso, algunos socialistas significados cuando pueden apuntan al gobierno de Aznar como culpable primero de la crisis, cosa que es cierta en un pequeño porcentaje, porque si bien fue entonces se sentaron las bases de lo que luego ha sido la burbuja inmobiliaria, fue con el actual gobierno cuando la situación se hizo peligrosa. De hecho, se dice que Rodrigo Rato ya tenía preparado un paquete de medidas para corregir la situación y no las llegó a poner en práctica porque perdió las elecciones. No hay ningún motivo que permita poner en duda este aserto. Tampoco para creerlo sin más. Por otro lado, no toda la culpa la tiene el gobierno. En España hay diecisiete Comunidades Autónomas y en ninguna de ellas su gobierno ha actuado de modo diferente a la del gobierno de España en este asunto.
En el caso de que se aceptara la culpabilidad de los bancos, los políticos tampoco tienen escapatoria, puesto la responsabilidad de las cajas es mayor y éstas están en manos de los políticos. Pero éstos tampoco tienen ninguna intención de asumir sus culpas.

domingo, 26 de octubre de 2008

Cárpatos se equivoca, creo

Sostiene Cárpatos en un artículo titulado La leyenda falsa del largo plazo, que no es cierto que la Bolsa, a largo plazo, siempre suba. Pero ocurre que las circunstancias actuales no hacen que estos tiempos sean los mejores para hacer comparaciones con otros más pretéritos. Yo diría que es probable que la cotización actual de muchas empresas en la Bolsa sea inferior a la de su auténtica valía. Por tanto, cabría suponer que en cuanto la situación revistiera un mínimo de estabilidad, la citada comparación podría hacerse en términos más reales.
Dice Cárpatos que cuando la Bolsa baja es mejor no entrar, porque aún puede bajar más. Las recomendaciones de este analista financiero son muy buenas para quienes las sigan, siempre que sean pocos. Si nos ponemos en la tesitura de que la totalidad de los inversores vendan sus acciones, ante ella surgen dos problemas. El primero provendría de la dificultad para guardar el dinero en lugar seguro. Y el segundo es peor, porque supondría la quiebra total de todos. Ya no valdrían nada ni las acciones ni el dinero.
Si la economía resiste mal que bien, sin llegar al desplome total, es porque hay inversores que resisten y no venden sus acciones. Gran parte de la culpa de la crisis actual recae en el egoísmo y en las actuales circunstancias no resulta aconsejable fomentarlo, ni darle apariencia de sensatez. Lo adecuado en estos momentos es recomendar que quien pueda que invierta en Bolsa. Ya se sabe que sólo se debe invertir aquel dinero que no se va a necesitar a corto o medio plazo, para no verse obligado a malvender en el caso de que surja una necesidad imprevista.
La situación, por otro lado, es tan difícil, según van indicando la mayor parte de los analistas financieros, que requeriría una respuesta enérgica por parte del gobierno. Por su parte, todos los partidos políticos deberían olvidar la rentabilidad electoral de sus actuaciones y hacer un gran pacto que devolviera, al menos, parte de la confianza a los ciudadanos. Y la tarea más complicada que deberían abordar, si fueran capaces, sería la de convencer a todos para que dejen el miedo en casa y colaboren como puedan a mejorar la situación.

sábado, 25 de octubre de 2008

Taxistas

Tomé un taxi y el taxista resultó ser un joven muy correcto y agradable. Le di la dirección y como no la conocía le expliqué que estaba muy cerca del Politécnico. Entonces me dijo que conocía la zona, pero no como taxista, sino porque había estudiado allí. A partir de ahí, la conversación entre ambos surgió espontáneamente y concordamos en que cuando alguien entra en algún establecimiento hostelero y piensa que no ha sido bien atendido, ya no vuelve; en cambio, en el caso de los taxis no hay más remedio que conformarse con el que toque y si por casualidad se repite con alguno será con el que no se quiere. Cuando ya le hube pagado, me dijo que los taxistas también tenían sus preferencias, dando a entender que le gustaría volver a llevarme.
El taxista que me transportó en otra ocasión también era muy correcto y tampoco conocía el sitio al que iba. Tras darle una pequeña explicación, enseguida eligió la mejor ruta. Yo no tenía ganas de hablar, pero él se empeñó, y la conversación fue fluida, nada forzada ni artificiosa. El taxista hablaba de las cosas con fundamento y al final agradecí que quisiera charlar.
En otra ocasión di con alguien al que no sabría cómo definir. También era joven y aparentemente afable. Pero miré el reloj, denotando que tenía mucha prisa y enseguida me dijo que eso le agobiaba. Le respondí que el hecho de que yo tuviera prisa no significaba que se la diera a él, que fuera a su marcha. Entonces, señaló el tráfico, muy intenso en esos momentos. Yo le dije que no me gustaba conducir por la ciudad, pensando en que le gustaría escuchar eso, porque era bueno para su negocio. En cambio, me respondió que él era taxista porque le gustaba y que hay cosas peores que conducir, y estuvo enumerando muchas formas de ganarse la vida y repetía algunas, para ver si me hacían mella. Tuve que decirle que efectivamente conducir por la ciudad es más divertido que hacer otras cosas.
Subí a otro taxi cuyo conductor tenía tan pocas ganas de hablar que tras darle la dirección tuve que preguntarle tres veces si conocía el sitio, antes de que me contestara. Es cierto que no mediando una pregunta por parte cae por su peso que sabe el camino. Pero también cae por su peso que cuando el viajero hace esa pregunta no es por ofender, sino por colaborar. Ese viaje, por lo demás, transcurrió en absoluta y silenciosa calma.

viernes, 24 de octubre de 2008

Un tal Benach

Vestía con ropas sencillas, dicen que iba siempre descalzo, fuera invierno o verano, y que cuando paseaba por el mercado, a la vista de los objetos lujosos que allí se exponían, decía: “Hay que ver las cosas que necesitan mis conciudadanos para sentirse vivos”. Claro que éste era Sócrates, todo un sabio. “La vileza es una cárcel de la que pocos de los que entran logran salir”, dicen que dijo, porque él nunca escribió nada. Sócrates fue aquel que, puesto que amaba tanto la vida, supo darse cuenta de que ésta sin dignidad no es vida, de modo que puesto ante la tesitura de elegir, no dudó. Si hubiera vivido en el momento adecuado, también hubiera sido el primero en decir aquello de “la patria es el último refugio del bribón”, o por lo menos hubiera estado absolutamente de acuerdo con Samuel Johnson, que es quien realmente la pronunció.
Por su parte, Diógenes, cuando terminó de ver la casa de un rico que éste se había empeñado en mostrarle, para darle envidia, pues estaba llena de artículos lujosos, escupió en la cara del dueño, para limpiársela a continuación con un pañuelo, añadiendo que ése era el lugar más feo de la casa.
(…)
Yo no quiero
vestirme de importante,
perder el brillo de los ojos
que delata la llama del tiempo sin pasado (…)

Los versos que anteceden los escribió la jovencísima Leticia Bergé, y corresponden al poema titulado No, incluido en el libro Dame tu llave, publicado en 2006.
Por su parte, un tal Benach, político catalán, de ese partido que insulta sin cesar a los extremeños, ha comprado un cochazo y no conforme con eso lo ha llenado de lujo. Le ha puesto televisión y un reposapiés de maderas nobles. Quizá haya hecho esto para que ese dinero no vaya a Extremadura. O acaso es que necesita el lujo para sentirse vivo. Sí que quiere vestirse de importante. Y tiene suerte de que Diógenes ya no vive.

jueves, 23 de octubre de 2008

There's probably no God

Está previsto que en el próximo mes de enero los autobuses de Londres lleven la siguiente leyenda en los costados: There's probably no God. Now stop worrying and enjoy your life. No es necesario pedirle a Alejandro Font de Mora que nos lo traduzca, El Periódico, que es en donde yo he leído la noticia, ya lo hace: Probablemente no hay Dios. Deja de preocuparte y disfruta de la vida. El Periódico completa la noticia con otro dato: El impulsor de la campaña ha solicitado donativos para llevarla a cabo y ha recaudado 100 000 euros en muy pocos días, quince veces más de lo que necesita.
Conviene sacar a relucir este pensamiento de Bertrand Russell: Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas. Es cierto que el mensaje no afirma que Dios no existe, sino que se limita a hablar de probabilidades. Pero el resto del mensaje sugiere que quienes creen en Dios lo tienen por molesto y castrador. Alguien que no permite disfrutar de la vida. Y sin embargo, la vida tiene tantas cosas bellas, que si la hubiera creado Dios es evidente que ha sido para que la disfrutemos.
Esta cuestión plantea la pregunta de por qué los que los creyentes piensan de este modo. ¿Habrá algún responsable? ¿Les habrá manipulado alguien para que piensen así? No hace mucho tiempo, el Papa Benedicto XVI criticó a las naciones que pierden la fe, sin hacer ningún tipo de autocrítica, ni preguntarse por el grado de responsabilidad de la Iglesia en este asunto.
Por su parte, Antonio Machado escribió lo siguiente: Quién habla solo, espera hablar con Dios un día. Nos hace pensar en alguien que con calma y sosiego se dirige a Dios y le cuenta sus cosas, o tiene idea de contárselas un día. Éste ya no es el Dios castrador y cabe preguntarse si es que aquellos eran otros tiempos o si lo que ocurre es que Antonio Machado se formaba sus propios juicios, sin dejarse manipular por nadie.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Milan Kundera

La vida nos obliga a estar continuamente juzgando, puesto que siempre se nos presenta más de una opción y no nos queda más remedio que averiguar cuál es la más justa, más conveniente o, en su defecto, menos mala. Pero llevar el juicio más allá de lo que estrictamente se necesita es aventurado y denota un escaso respeto por la justicia. Porque una cosa es juzgar por obligación, en algo que le atañe a uno mismo y cuyas consecuencias le van a afectar. Juzgar sin necesidad, hay que decirlo bien claro, es de bellacos.
El caso es que hace poco ha corrido la noticia de que Milan Kundera había delatado a un espía, con el resultado de que éste había sido condenado a 22 años de trabajos forzados en las minas de uranio. Lo cierto es que, según contó ayer la escritora Monika Zgustova en El País, se dio crédito a la noticia muy precipitadamente y sin contrastar su veracidad. Lo que ocurrió, atendiendo a su relato, es que el espía, llamado Dvoracek, solicitó alojamiento a su amiga Militka. Ésta le dijo a su novio, Dlask, que no la visitara esa noche porque iba a estar con Dvoracek. El presidente de la residencia de estudiantes, en la que vivía Militka, era el también estudiante Milan Kundera. Esa misma noche fue arrestado Dvoracek.
Ahora resulta que en la denuncia figura el nombre de Milan Kundera, aunque no aparece su firma por ningún lado. De modo que ningún tribunal de justicia de un país democrático podría, ni siquiera, tomar en consideración la denuncia. El nombre del genial escritor es muy fácil de escribir y si a este dato le añadimos el cargo que tenía en aquel momento, no resulta tan extraño que figure su nombre. Sobre todo si quien efectivamente puso la denuncia no quería que figurara el suyo. Es lógico pensar, por otra parte, que el novio de Militka tuviera celos y no quisiera que ella lo supiera. Y tampoco hay datos para echarle las culpas a él.
En realidad, el principal culpable es el espía, por ponerse en manos de terceros. Al final, resulta que eran muchos los que estaban al tanto de la situación.

martes, 21 de octubre de 2008

Fallera Mayor 2009

La Fallera Mayor de este año se llama Marta Agustín Ferrando, tiene 20 años y es estudiante de Diseño Industrial. La cámara de Consuelo Chambó nos la muestra vestida de azul. En las pálidas tardes/yerran nubes tranquilas/en el azul; en las ardientes manos/se posan las cabezas pensativas./¡Ah los suspiros!/¡ah los dulces sueños!/ ¿Qué no le diría Rubén Darío a Marta de haberla conocido? Como cada año, Valencia elige a la valenciana más hermosa para que represente a la ciudad. En este cometido juega con la ventaja que supone vestir el traje regional más hermoso.
En la otra fotografía, también de Consuelo Chambó, las demás falleras de la Corte
forman piña en torno a la que ha resultado ganadora. Todas sonríen alegres, mientras Marta hace un gesto simpático. La cámara ha captado la espontaneidad. Con estas bellezas los fotógrafos pueden lucirse. Sea cual sea el gesto, siempre lucen hermosas. En la alegría de las falleras no se observa ninguna reticencia, ni tampoco hay asomo de envidia. Todas han compartido el mismo sueño, eso las une, y, por otra parte, con haber llegado hasta ahí ya se dan por satisfechas. Al final gana una, aunque merecían haber ganado todas. La fiesta fallera es solidaria, porque se nutre del esfuerzo de todos, del ingenio, de la gracia y de la simpatía.
¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción.
Ilusión, desde luego, sobra en el mundo fallero. ¿Qué sería de las fallas sin ilusión?
Para las fallas no hay crisis. Están acostumbradas a hacer lo que pueden con lo que tienen. Sin ilusión tampoco se puede salir de ninguna crisis. Es la lección de las fallas. Saber aprovechar lo que hay, para conseguir lo mejor.
Los sueños de los falleros tienden a lo alto. No cabe duda de que pretender hacer la mejor falla de todas, constituirse en el asombro del mundo entero, es un proyecto muy ambicioso. Y luego quemarla, haciendo desaparecer de este modo los vicios y las malas costumbres, sabiendo que al día siguiente reverdecerán. Sin duda que para dar motivo a las fallas del próximo año.

lunes, 20 de octubre de 2008

Francisco Camps, exultante

Anda Francisco Camps la mar de contento porque ha ganado por abrumadora mayoría. Sin embargo, este detalle no es positivo precisamente, más bien resulta totalmente inquietante. Todo lo que no sea tener, al menos, un treinta por ciento de votos en contra es muy mala señal. Tanta unanimidad viene a indicar que en ese partido nadie se fía de nadie; quizá haya más de un psicópata poniendo orden en el partido. Significa que la hipocresía y el disimulo han tomado el mando en la plaza.
No es posible que no haya nadie en el partido disconforme con que Educación para la ciudadanía se dé en inglés. Si hay alguna idea buena sobre esta cuestión, procederá de fuera del partido. Me refiero, por ejemplo, al artículo
Ciudadanía y ciudadanos, que escribió Vicente Garrido Genovés, en días pasados. Utilizar a los niños como arma electoral no es muy edificante.
Tampoco es posible que no haya ni una sola voz en el partido que clame por la ridícula actitud del gobierno valenciano, a través de la consejera de la cosa, ante la sentencia que obliga a revertir el Teatro Romano de Sagunto. Como dice el abogado, Juan Marco Molines, que en solitario defiende el patrimonio y el honor de los valencianos, asusta ver en qué manos estamos. Cuesta de entender que ni un solo diputado popular clame en defensa del idioma valenciano y, por el contrario, dé por bueno que se tome el pelo a los valencianos con la Academia Valenciana de la Lengua, que además es carísima. Resulta igualmente extraño que nadie proteste por el hecho de que se utilice el agua como recurso electoral, siendo así que este modo pierden fuerza las reclamaciones de los trasvases.
No hace mucho, los españoles nos asombramos del hecho de que los congresistas estadounidenses votaran en contra del gobierno, evidenciando su libertad de voto. Pensamos que esas cosas no pueden ocurrir en España. Es evidente que no. Los políticos españoles piensan por sí mismos, no por los ciudadanos.

domingo, 19 de octubre de 2008

La garzonada

Leemos continuamente en la prensa que la justicia española va muy lenta, que carece de medios y de personal. Y leemos también que los jueces temen que como consecuencia de la crisis aumente considerablemente su trabajo. Y hete aquí que aparece un juez que tiene tiempo y funcionarios para acometer una tarea que puede ser cualquier cosa excepto urgente o recomendable.
Franco ya murió hace mucho tiempo. Franco y el franquismo ya están siendo investigados, y desde hace mucho, por los historiadores. La tarea que se ha impuesto Garzón parece una bravuconada de las grandes. ¿Por qué se cree él capacitado para semejante intento?
Del franquismo provienen personas admirables, como Adolfo Suárez. No digo que todas las personas que provienen del franquismo lo sean. Pero sí que entre ellas las hay que son muy buenas personas. Entre las contrarios al franquismo las hay que no son muy recomendables. ¿Puede tenerse por recomendable a un juez que busca reverdecer el enfrentamiento entre los españoles? Porque lo único que puede sacar en limpio este mediático juez es reavivar la discordia y hacer que la gente rememore los agravios pasados. Zapatero no es el único al que le fusilaron un abuelo.
Se conoce que Garzón no puede vivir si no está en todas las portadas de todos los periódicos del mundo y cuando, por un motivo o por otro, se vea obligado a dejar este caso, buscará otro capaz de hacer repicar todas las campanas del mundo. ¿Es ético que un juez disponga de los recursos de la Nación para obrar a su antojo? Teniendo en cuenta, además, que en estos tiempos escasean. A mí no me molestaría que juzgaran a Franco o a quien fuera, si fuera necesario y si se fuera a obtener algún beneficio de ello. Pero lo único que se puede conseguir en este caso, en el supuesto de que Garzón no cometa excesivos errores en la instrucción, es soliviantar a buena parte del personal, puesto que su investigación es unidireccional. Desconoce este juez que la impunidad no existe, ni para Franco, ni para él, ni para nadie. La Historia juzga a todos y dicta su veredicto inapelable.

sábado, 18 de octubre de 2008

Las cajas valencianas denuncian prácticas desleales

Las cajas valencianas, a través de su Federación, han remitido un escrito a diversas entidades, entre las que se encuentran el Banco de España y la Comisión Nacional de la Competencia, mediante el que denuncian las prácticas desleales de otras entidades bancarias, en su intento de arrebatarles clientes. Concretamente, las acusa de sembrar dudas sobre la solvencia de las cajas.
Si ello fuera cierto, lo que hacen quienes actúan de ese modo es echar piedras sobre su propio tejado, puesto que si los datos oficiales de las cajas no son de fiar, tampoco tienen el porqué serlo los de esas entidades. Lo peor que se puede hacer en estos momentos, dada la crisis en que vivimos, es sembrar la desconfianza. Quienes así actúan ponen de manifiesto esa codicia y ese egoísmo que han propiciado la crisis.
Son muchos los que están investigando la crisis, con el fin de conocer sus orígenes y buscarle el mejor remedio. Pero entre todos ellos no faltan quienes lo único que buscan es lucirse, demostrando que saben más que otros. Y anteponen su lucimiento a cualquier otra cosa. Algunos dan una vuelta de tuerca más y tratan de manipular a todos los que se emboban ante sus prédicas, en su intento por culpar a las cajas del caos inmobiliario. No se sabe por cuenta de quien actúan y acaso no se sepa jamás. Estos manipuladores bien podrían en la descripción que en el blog Psicópatas Cotidianos se hace de los psicópatas.
Las cajas, indudablemente, tienen su parte de culpa, pero echársela toda es decir sólo parte de la verdad, que es la peor mentira. Conviene afinar las normas que rigen el mercado y aumentar la vigilancia, para que se cumplan. Indudablemente, habría que apartar a las cajas de la política, del mismo modo que habría que hacerlo también con la justicia y las televisiones públicas, que no deberían estar al servicio de los políticos sino de los ciudadanos.
Realmente, los ciudadanos sólo podemos exigir responsabilidades a los políticos, que son quienes nos representan y tenían la obligación de haber controlado lo que venía sucediendo.

viernes, 17 de octubre de 2008

El niño nacido para curar a su hermano

No creo que resulte muy iluso pensar -en el caso de la familia que ha tenido un niño para curar al que ya tenían- que el futuro ambos hermanos serán carne y uña, puesto que ambos se deberán la vida uno al otro. Cabe también la posibilidad de que no sea así, pero la veo bastante diluida, puesto que sus padres los van a tratar con sumo cariño a ambos. Por otro lado, lo mejor que se puede decir de un ser humano es que ha sido útil a los demás. En este caso ya lo es desde su concepción. Enseguida aprenderán ambos hermanos el valor de la solidaridad y se darán cuenta, inevitablemente, que unos nos necesitamos a otros. Al igual que ambos se han ayudado entre sí, es posible, e incluso probable que ayuden a otros. Por su parte ya están haciendo algo para que el mundo sea mejor.
En ciertos sectores han dado en llamar “bebé medicina” al recién nacido, pero eso es una broma de muy mal gusto. Algunas de las objeciones a que este niño haya sido concebido por este procedimiento, con la finalidad citada tienen sentido; pero otras, o la mayoría, son forzadas. Pero las objeciones que tienen sentido se pueden y se deben obviar tranquilamente puesto que vivimos en una sociedad que acepta el aborto, que es algo infinitamente más grave. Y se acepta el aborto, porque para muchas mujeres no hay otra solución mejor. Nadie da una solución mejor a esas mujeres.
Por más que sea cierto que la eugenesia puede dar lugar a otro tipo de experimentos y a otras prácticas menos recomendables, no se pueden olvidar los aspectos positivos de la cuestión. Por otra parte, la ciencia seguirá avanzando y probablemente estas enfermedades se podrán curar de otro modo. Pudiendo curar al niño, no se le podía condenar a muerte, ni permitir el sufrimiento injustificado de los padres.

jueves, 16 de octubre de 2008

Barco abortista en Valencia

Ante la llegada del barco abortista a Valencia conviene aclarar que no se trata de una cuestión ligera, sino que conlleva un trasfondo importante. Tanto que para Julián Marías su aceptación social es una de las dos grandes catástrofes del siglo XX. Si se examina la cuestión fríamente, salta inmediatamente a la vista que el ser concebido no tiene ninguna culpa. Ni ha elegido que lo conciban, ni tiene ninguna posibilidad de sobrevivir sin ayuda. Y una vez concebido, tiene unas características únicas e irrepetibles. En caso de nacer, tiene la posibilidad de intentar ser una bellísima persona, aunque también puede sucumbir y quedarse en la oprobiosa ruindad. Pero nadie lo puede intentar por él.
Vivimos en un mundo tremendamente injusto, con desigualdad de oportunidades, con un gran número de jugadores de ventaja y otro igual de grande de irresponsables. Mueren de hambre a diario niños y mayores, y otros no comen lo suficiente. Hay niños que trabajan y multinacionales que se instalan en sitios donde los niños trabajan. Y hay mayores que trabajan en condiciones penosas.
En una sociedad de estas características, una mujer que se haya quedado embarazada puede encontrarse con grandes problemas en el futuro. De modo que esta sociedad, puesto que no sabe proporcionarle unas condiciones de vida adecuada, como tampoco lo sabe hacer con una gran cantidad de gente, le permite que aborte. Pero conviene distinguir cuando se aborta atendiendo al instinto de supervivencia, que cuando se hace por capricho. Cuando una mujer puede hacerse cargo del hijo y previamente ha tenido toda la información y todas posibilidades de evitar el embarazo, y decide abortar, se entra de lleno en la catástrofe que señala Julián Marías.
Permitir el aborto indiscriminado, en cualquier momento del embarazo, es lo mismo que dar preponderancia al fuerte sobre el débil; equivale a institucionalizar el egoísmo, que es la mayor de las maldiciones. Fomentar la aceptación del aborto y su uso generalizado es ir en contra del género humano. El egoísmo es lo que ha propiciado la gran crisis que padecemos, en la que todavía hay algunos que intentan sacar provecho. Fomentar el sentido de la responsabilidad sería más sensato.
'Don Juan Tenorio'

miércoles, 15 de octubre de 2008

La Inquisición

Éste fue uno de los peores inventos del diablo. Vino a llenar de desconfianza, temor y falsedad a las familias. El Santo Tribunal daba un plazo de gracia de treinta días para que todos aquellos que se creyeran culpables confesaran sus culpas. Además, todos tenían la obligación de denunciar a quien fuera, familiar o no, en cuanto notaran algo sospechoso. Cuando se habla de denunciar a un familiar, no se trata de uno lejano, sino que podía ser el hijo o el padre, la esposa o la madre. La denuncia debía ser secreta y estaba prohibido avisar a la persona denunciada. El quebrantamiento de este mandato tenía un castigo tan grave como la misma herejía.
Esta institución tan atroz ha funcionado bajo el mandato de muchos Papas, sin que ninguno diera en caer en la cuenta de que era totalmente contraria a lo que se supone que es el cristianismo. Se puede decir sin ambages y sin temor a caer en el error, que la Inquisición ha hecho mucho daño a la humanidad en general y no sólo a aquellos que ha torturado y matado. Porque ha frenado el desarrollo natural del mundo, impidiendo que afloraran ideas que podían ser útiles, y porque como ya se ha dicho al principio, inevitablemente tuvo que envenenar las relaciones familiares y sociales.
Y sin embargo, hoy en día sigue habiendo, en la Iglesia, algún organismo heredero del Santo Oficio, alguna reminiscencia de lo que fue. La mentalidad represora y censora sigue vigente. El pasado no ha proporcionado ninguna enseñanza, como no sea en el arte de la destreza para manejar el poder. Perdura por otra parte, en nuestra sociedad, el hábito inquisitorial, el deseo de castigar al que no camina por la senda marcada.
Incluso Santa Teresa de Ávila tuvo que cuidarse del Santo Oficio. Aunque la sangre no llegó al río, es decir, no se le llegó a abrir proceso, fue denunciada varias veces, como no podía ser menos. Un comentario suyo del salmo Audi, filia fue incluido en el índice. Y tuvo que cuidarse porque siendo mujer no debería empeñarse en poder discurrir como los hombres. ¿Cómo hubiera sido Santa Teresa sin la Inquisición? ¿Qué hubiera sido capaz de hacer?

martes, 14 de octubre de 2008

Una dimisión en Valencia

Lógicamente, no podía ser otra que Elena Negueroles, que es la única que mantiene una opinión propia. Ha dimitido del Consejo Valenciano de Cultura y vistos los motivos que aduce no estaría de más suprimir de una vez y por todas el citado CVC. Este consejo no fue capaz de decir que no cuando se cometió la ilegalidad con el Teatro Romano de Sagunto. En su dictamen fueron complacientes con el gobierno valenciano de entonces. También, salvo la citada Elena Negueroles, fueron complacientes con el gobierno valenciano actual tras la sentencia de los tribunales de justicia.
Ahora el Consejo se niega a discutir el maltrato a los animales, tan frecuente en las fiestas de los pueblos. Naturalmente que hay que prohibir todas esas fiestas, por tanto Elena tiene razón. Lo que ocurre es que al gobierno valenciano no le interesa y entonces el CVC recurre a subterfugios para cancelar las reuniones. Dada la crisis en la que estamos inmersos, resulta imprescindible reducir gastos. Junto con CVC debería ser suprimida también la Academia Valenciana de la Lengua, que nos sale por un pico. Hay quien dice que la que debe desaparecer es la
RACV, pero ocurre que ésta es mucho más antigua y cuesta infinitamente menos dinero al erario público.
Cabría suprimir también, ya puestos a ahorrar, el ministerio de Cultura, puesto que para tener ahí a Trini Miró, más vale no hacer el gasto. Otra cosa sería si esa consejería estuviera a cargo de Elena Negueroles, que no sigue los dictados de nadie. Supongo que debo aclarar que no la conozco y que probablemente discrepo de muchas de sus opiniones. Pero por encima de esas posibles discrepancias, que tampoco sé si existen, pues son pocas las cosas que sé de ella y esas pocas tienen que ver, principalmente, con sus actitudes en el CVC, creo que es justo admirar la independencia. Lo que no sabe hacer la gente inmadura, que sólo admite cobistas a su alrededor.

lunes, 13 de octubre de 2008

La beatificación de Pío XII

Mientras el hambre mata todos los días a un gran número de personas, y en la actualidad aún más, dada la crisis en la que está sumido el mundo, los Papas dedican sus esfuerzos a canonizarse unos a otros. Se ignora qué beneficios puede tener para la humanidad este detalle. Hace poco, este mismo Papa, Benedicto XVI, alertaba sobre la pérdida de influencia del cristianismo, pero no dio en pensar, pues no lo dijo, que ello debe ser tenido como un fracaso de las jerarquías eclesiásticas. Con sus actitudes, en lugar de atraer a la gente, la espantan. Los cardenales españoles siempre se están inmiscuyendo en la política, mientras las personas desesperadas por cualquier motivo tienen más tendencia a recurrir a El Pocero que a ellos.
Con respecto a la beatificación de Pío XII, han surgido dudas motivadas por su actitud con los nazis. Pero entonces Benedicto XVI da su propia interpretación sobre el asunto y ya está. Pues no debería ser así. Los propios Papas han establecido su infalibilidad, pero esto no se lo creen ni ellos. Baste recordar los hechos de algunos de ellos. Yo propondría ahora la de los cuatro o cinco que intervinieron en el proceso del Cardenal Carranza. Aún hay algunos que lejos de avergonzarse, con tal de defender a los Papas, siembra de dudas la conducta del Cardenal. Probablemente fue mucho más ejemplar que los Papas que le tuvieron preso.
Mucha gente muere de hambre en el mundo, pero al Papa actual, cuando vino a Valencia, le hicieron una habitación nueva, llena de lujo, total para una noche. Y le pusieron a los ricos bien cerca, en un palco VIP. Más interesante que la beatificación de Pío XII sería que entregara los restos de Juan Pablo I a la ciencia, para que el mundo pueda conocer los motivos de su repentina muerte.

domingo, 12 de octubre de 2008

El nombre del partido socialista valenciano

Entre los puntos que se debatieron en el reciente congreso del PSPV, en el que salió elegido Jorge Alarte, estuvo el de sustituir el nombre actual por el de PSCV. La propuesta no prosperó y entre los argumentos que se esgrimieron para ello estuvo el de que adoptar el nombre propuesto supondría un viraje del partido hacia el centro. Es decir, éstos son los políticos que, en nuestra generosidad, mantenemos con nuestro dinero y que, a pesar de que estamos inmersos en una crisis atroz, aún no hemos pensado en reducir.
(En el otro lado, han montado un cisco con la Educación para la Ciudadanía, que nos sale por un ojo de la cara y parte del otro y en lugar de reconocer su error y arreglar el desaguisado, se han puesto a hacer chistes acerca del amor Alarte).
La cuestión es que el nombre actual de la Comunidad Valenciana lo decidieron los representantes de los ciudadanos, que son los políticos. Ellos pactaron el nombre y lo impusieron y ahora deberían utilizarlo. Si los socialistas, o los políticos de cualquier partido, no están conformes con nombre, lo que han de hacer es poner en su programa la intención de cambiarlo, para someter su propósito al veredicto de las urnas. Pero mientras tanto, deberían respetar lo acordado.
Si en la denominación de ese partido figurara el nombre legal de la comunidad en la que se desenvuelve, ello significaría también que se respeta a los ciudadanos y se atienden sus deseos. Pero ocurre que los socialistas, al menos los valencianos, están poseídos por un afán didáctico y no hacen otra cosa que predicar sobre las cosas que ellos saben, porque las han estudiado y se han convencido y saben que no pueden ser de otra manera más que como ellos las ven.
El papel que reservan a los demás consiste en que se queden con la boca abierta primero, pasmados por las revelaciones que se les hacen, les aplaudan después y a renglón seguido que corran hacer todo lo que les dicen. Lo que ocurre es que a la gente de este lugar no le gusta que le den lecciones fuera de clase y opta por votar a otros.

sábado, 11 de octubre de 2008

ERC, o el arte de provocar

Diríase que los componentes de este partido piensan que todo el mundo está en deuda con ellos, que se tienen por puros en un mundo de impuros. Pero basta con fijarse en alguna foto de la prensa, en la que aparezcan varios de ellos, para encontrar el denominador común. Es cuando el interesado enseguida, y con respecto a todos, recuerda aquella coplilla de Gracián:
Vive de arte y engaño
la mitad del año
y de engaño y arte
la otra parte.
No están en la política para proponer soluciones, ni para aportar ideas, sino que lo suyo consiste en tocar cierta fibra sensible de la población a la que se dirigen, haciendo caso omiso de las repercusiones que su discurso tenga en otros lugares. Lo que más hacen es provocar una y otra vez, buscando la sonrisa cómplice de aquellos que les votan, pero sobre todo tratando de salir en la prensa. Tratando de estar al precio que sea. Lo mismo les da interrumpir un acto cívico en Valencia, durante tres cuartos de hora, que insultar a los extremeños. Todo les vale y les sirve y con ello demuestran que no tienen tasa ni medida. La última que han hecho ha sido nombrar a Joan Puig jefe del gabinete de la presidencia del partido. Si me he enterado del detalle no es porque esté pendiente de lo que hace este partido, sino que se lo he leído a Félix de Azúa. También en ese artículo están explicados los méritos del tal Joan Puig: llamó, en su blog, malnacidos a los extremeños, porque no besan la mano a quienes les dan de comer, o sea, según él a los catalanes.He aquí que a los dirigentes de ERC no les importa la calidad humana de la gente, o no la saben medir -porque si fuera así no hubieran nombrado a este sujeto-, ni sus habilidades diplomáticas, sino que tan sólo se fijan en el grado de sumisión a la causa, por más degradada que vaya quedando ésta por momentos.

viernes, 10 de octubre de 2008

Pánico en la bolsa

En otros tiempos, cuando los tipos de interés subían, quienes tenían imposiciones a plazo fijo, cada vez que había una subida del tipo de interés, iban a sus bancos a exigir que se les repercutiese en sus ahorros. No tenían en cuenta que esas subidas que ellos reclamaban y conseguían se trasladaban también a quienes tenían créditos. Luego, comenzaron a bajar los tipos, y los impositores, como es de suponer, no iban a pedir que se los bajaran, tenían que ser los bancos quienes los convocaran. Cuando la bajada fue muy importante, estos inversores quedaron algo confusos, puesto que estaban acostumbrados a grandes rentabilidades. Fue cuando se pasaron muchos de ellos a los fondos de inversión. Entonces, iban con frecuencia a los bancos, a comprobar cuánto habían subido sus fondos y salían llenos de satisfacción. De pronto, la bolsa cayó y la gente corrió a vender los fondos, sin dar ocasión a los gestores a que recuperasen lo perdido.
Es decir, el dinero es cobarde, es egoísta y es cómodo. Quien lo posee o gestiona busca la máxima rentabilidad, en el menor plazo y del modo más seguro. Cuando no hay seguridad o rentabilidad se esconde o se escapa, caiga quien caiga. Y acaso sea eso lo que ocurre ahora. Nadie se fía de nadie, ni tampoco se preocupa por todas esas personas que están perdiendo todo y no sólo sus posesiones sino también las posibilidades de recuperarse alguna vez.
Habría que tomar algunas medidas que devolviesen la calma, en la medida de lo posible, a la gente, no sólo a los mercados. Lo que ocurre es que quienes deberían tomar esas medidas observan la situación desde un lugar tan elevado que saben que cuando comiencen a sentir la humedad en la suela de sus zapatos, la mayor parte de la humanidad se habrá ahogado ya. Es por eso que toman medidas paliativas, que no convencen a nadie. Sería necesario un gesto más contundente, como el de reducir drásticamente los gastos estatales y hacer cambios profundos en la Administración Pública. Quizá con eso la gente viera que se tomaban las cosas en serio.

jueves, 9 de octubre de 2008

El debate nuclear

La presidenta del Foro de la Industria Nuclear Española, María Teresa Domínguez, según una información que publica el diario Las Provincias, es partidaria de alargar la vida útil de las ocho centrales nucleares que existen en España y de instalar once más. No es la única que opina de este modo, el propio Felipe González se ha arrepentido de la decisión que tomó y ha escrito algunos artículos en El País mostrándose partidario de que se instalen nuevas centrales nucleares en España.
Las ventajas superan en mucho a los inconvenientes, baste decir que se reduce la dependencia energética en otros países. Hay muchas centrales nucleares alrededor de España, por lo que resulta pueril cualquier tipo de gazmoñería al respecto. España no debería quedar en desventaja con respecto a otros países. Es difícil, no obstante, que se les dé vía libre, puesto que Zapatero ya ha dicho que no. En estos tiempos que corren no hay quien se atreva a llevar la contraria a los líderes de los partidos. Felipe González ya ha dicho que en el PSOE lo tienen como un jarrón chino, al que no saben dónde poner.
La explicación que ha dado Zapatero a su negativa de reabrir el debate nuclear es que estas centrales necesitan mucha agua. Es decir, lo ha decidido él, después de escuchar a los expertos que ha elegido, y ya no hay más que hablar. Aunque cabe la posibilidad de que no haya escuchado a tantos expertos. Puede que en cuanto haya oído hablar de agua, haya tomado la decisión. Porque este presidente del gobierno es esclavo de su imprudencia. Con tal de ganar unas elecciones, tomó una decisión con respecto al agua, que condiciona todas sus actuaciones posteriores.
Con el agua, al igual que con la energía eléctrica, conviene diversificar, disponer de todas las opciones y en cada momento utilizar la que más convenga o la menos mala. Claro que para eso hay que cambiar por completo el modo de hacer política. Habría que aprovechar la crisis, pero esto no tiene visos de que vaya a ocurrir, como no sea que la crisis se lleve por delante a toda la clase política actual.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Las sanciones del caso Mari Luz

Tras leer el en diario El País las cosas que dice que hacía Juana Gálvez, la funcionaria que ha sido castigada, cabe preguntarse los motivos por los que no se habían detectado antes estas irregularidades. Quedan otros interrogantes en el ambiente, como el que si es ella la única funcionaria de los juzgados que actúa de este modo o no se sabe cuál es el estado de la cuestión. Porque si de lo que se trata es de buscar un chivo expiatorio, la cuestión es muy fácil. Pero junto con el castigo a Juana Gálvez debería ir la dimisión del ministro.
Para que se pueda afirmar que existe democracia plena es indispensable que haya Justicia. Y para que ésta funciones ha de gozar, en primer lugar de una total independencia y, en segundo lugar, hay que dotarla de medios técnicos y personal suficiente, para que pueda funcionar con una razonable fluidez. No puede decirse que la justicia española cumpla ninguno de estos dos requisitos. Ni puede decirse que sea independiente, puesto que está muy politizada, ni goza de los medios que precisa. Por tanto, es posible que el error cometido en el caso Mari Luz no sea el último. Y si no se han producido más, cabe hablar de hecho milagroso.
Nuestros políticos nunca tienen la culpa de nada; por muy grandes que sean las barbaridades que cometen, no dimiten. Se deben a sus partidos, no a los ciudadanos; por tanto, mientras los partidos no dispongan otra cosa, siguen en sus cargos. Son muy diligentes para resolver sus asuntos y para procurarse todos los medios necesarios, pese a que lo único que tienen que hacer es apretar el botón que les dicen. Sin embargo, los jueces han de arreglarse con lo que haya para estudiar los casos que les llegan y dictar sentencia. Y, además, el personal que tienen es insuficiente y a lo mejor trabaja sin control. Habría que gastar menos dinero en la política y más en la justicia.

martes, 7 de octubre de 2008

Despedida por estar en coma

Supongo, porque no soy experto en leyes, que si la empresa ha despedido a una trabajadora suya que está en coma es porque la legislación lo permite. Y volvemos a lo de siempre, nuestros políticos, que son capaces de procurarse dignas jubilaciones y dignos modos de vivir, no aciertan a defender a quienes necesitan de la patria, porque si no se habla de patria en estas ocasiones, ¿cuándo se va a hacer?
Cabría pensar, y no sé si estoy en lo cierto, que dado que la empresa no tiene la culpa en estos casos, en el sentido de estricta justicia moral tampoco tendría que correr con ningún gasto. Puesto que el gobierno tampoco quiere correr con ellos, se permite romper la cuerda por la parte más débil, el trabajador, que tampoco tiene ninguna culpa. ¿Quién quiere enfermar gravemente o accidentarse? De ser así las cosas, los sindicatos habrían dado el visto bueno. Y la verdad es que, salvo error, tampoco se ha visto que ningún sindicato proteste por el despido de esta trabajadora.
Tratándose de un caso terrorífico, ni el gobierno, ni los partidos de la oposición, ni los sindicatos claman al cielo, promueven manifestaciones, ni anuncian castigos ejemplares. He aquí, entonces, que vemos que los trabajadores están en situación de indefensión ante un posible accidente o enfermedad grave. Acaso, hayan sido despedidos muchos a causa de alguna enfermedad larga, o de duración media.
De cualquier modo, la actuación de la empresa es bochornosa. Tal despreocupación por un ser humano, que quizá trabajó más de la cuenta, haciendo horas de más, o desplazándose por sus medios a otra sucursal para cubrir alguna baja, resulta a todas luces inadmisible. Hay empresarios que suelen pensar que los trabajadores son máquinas, pero si lo fueran trabajarían únicamente el tiempo establecido. Puesto que son personas, muy a menudo hacen mucho más de lo que corresponde, sin que se les agradezca. Pero si la actitud de la empresa es criticable, la pelota realmente está en el tejado del gobierno.

lunes, 6 de octubre de 2008

El esperma de los españoles

Desmond Morris, en El mono desnudo, hace una serie de deducciones muy interesantes y llenas de lógica, que expone a la consideración pública. Una de esas conjeturas viene a ser la de que una persona enferma cuando necesita cariño. Es en esas ocasiones cuando a uno le llevan calditos a la cama y lo tratan con más mimos que de costumbre. Eso, al menos, es lo que me parece recordar que dice el libro. No lo he comprobado porque si no dice eso exactamente, dice algo parecido.
Es decir, su teoría viene a suponer que nuestro psiquismo y nuestras expectativas influyen en nuestra salud corporal. Algo similar ocurre con la clase médica, que busca levantar el estado de ánimo de los pacientes, pues considera que el optimismo ayuda en la curación de las enfermedades.
Siguiendo ese modo de pensar, se puede inferir que en nuestros días hay poca ilusión por la vida y también mucho temor por la vida que puedan llevar los posibles hijos. En épocas en las que a pesar de que la vida pudiera ser difícil, o incluso penosa, la gente podía soñar y quizá era por eso por lo que nacían muchos niños. Hoy en día se busca la satisfacción inmediata, todo el mundo se cree con derecho a todo, a la fama y al lujo, y esto al final sabe a poco. Si todo lo que da la vida de sí es esto, es lógico que el personal se desilusione.
Acaso, al final, la culpa de todo la tenga el sistema educativo español. Debería enseñarse a los jóvenes a marcarse metas elevadas, a elegir figuras históricas como modelos a los que imitar, como sugería Julián Marías, creo que con enorme acierto, y a no buscar los éxitos fáciles, sino acostumbrarlos a marchar por la senda del esfuerzo y el sacrificio. Sólo lo que se obtiene de este modo se disfruta plenamente. Es entonces cuando la vida alcanza sabor y se piensa que merece la pena.