viernes, 17 de octubre de 2008

El niño nacido para curar a su hermano

No creo que resulte muy iluso pensar -en el caso de la familia que ha tenido un niño para curar al que ya tenían- que el futuro ambos hermanos serán carne y uña, puesto que ambos se deberán la vida uno al otro. Cabe también la posibilidad de que no sea así, pero la veo bastante diluida, puesto que sus padres los van a tratar con sumo cariño a ambos. Por otro lado, lo mejor que se puede decir de un ser humano es que ha sido útil a los demás. En este caso ya lo es desde su concepción. Enseguida aprenderán ambos hermanos el valor de la solidaridad y se darán cuenta, inevitablemente, que unos nos necesitamos a otros. Al igual que ambos se han ayudado entre sí, es posible, e incluso probable que ayuden a otros. Por su parte ya están haciendo algo para que el mundo sea mejor.
En ciertos sectores han dado en llamar “bebé medicina” al recién nacido, pero eso es una broma de muy mal gusto. Algunas de las objeciones a que este niño haya sido concebido por este procedimiento, con la finalidad citada tienen sentido; pero otras, o la mayoría, son forzadas. Pero las objeciones que tienen sentido se pueden y se deben obviar tranquilamente puesto que vivimos en una sociedad que acepta el aborto, que es algo infinitamente más grave. Y se acepta el aborto, porque para muchas mujeres no hay otra solución mejor. Nadie da una solución mejor a esas mujeres.
Por más que sea cierto que la eugenesia puede dar lugar a otro tipo de experimentos y a otras prácticas menos recomendables, no se pueden olvidar los aspectos positivos de la cuestión. Por otra parte, la ciencia seguirá avanzando y probablemente estas enfermedades se podrán curar de otro modo. Pudiendo curar al niño, no se le podía condenar a muerte, ni permitir el sufrimiento injustificado de los padres.

No hay comentarios: