Salió a la luz pública el caso del tal Benach, al que habría que añadir el del tal Touriño. Pero no sólo Touriño. El diario Levante, en su edición de ayer, desveló que los coches oficiales de las Cortes Valencianas son todavía más caros que el de Benach. Ante este dato, cabe hacer memoria y recordar aquellas declaraciones primeras de Milagrosa Martínez, al acceder a la presidencia del citado organismo, en las que anunció que iba a recortar aquellos considerables gastos que eran propios de su antecesor.
El transcurrir del tiempo da a pensar en que lo único que pretendió la buena señora con su anuncio fue quedar bien con Francisco Camps, dado que el anterior presidente, el manirroto -con el dinero público-, Julio de España proviene del zaplanismo. El calificativo de manirroto no es exagerado, puesto que este presidente gastó una fortuna en la cafetería de las Cortes. No para ahí la cosa, puesto que además, la comida de los diputados está subvencionada. Es decir, ellos pagan una pequeña parte de la factura, ya que el resto corre a cargo de los contribuyentes. Apretar el botón que les indican es muy trabajoso y entonces tienen sueldo y dietas, más la comida pagada, más un lugar de trabajo lujoso, más una cafetería exclusiva. Y el presidente tenía también la costumbre de hacer regalos a los diputados, con dinero público, por navidad. El regalo no consistía en una pastilla de turrón.
Ahora resulta que la austera presidenta dispone de dos coches oficiales y el resto de miembros de la Mesa también tiene coche oficial. Los doce coches oficiales son, todos ellos, más caros que el de Benach, que ya se ha vuelto atrás en su dispendio, o en parte de él.
No hace mucho, quienes esperan las ayudas de la ley de dependencia se manifestaron en la plaza de la Virgen, muy cerca de la Cortes Valencianas. Harán muy bien en confiar más en la Virgen de los Desamparados que en los diputados valencianos. Y lo mismo todos aquellos que temen no poder alimentar a sus hijos en los próximos tiempos.
El transcurrir del tiempo da a pensar en que lo único que pretendió la buena señora con su anuncio fue quedar bien con Francisco Camps, dado que el anterior presidente, el manirroto -con el dinero público-, Julio de España proviene del zaplanismo. El calificativo de manirroto no es exagerado, puesto que este presidente gastó una fortuna en la cafetería de las Cortes. No para ahí la cosa, puesto que además, la comida de los diputados está subvencionada. Es decir, ellos pagan una pequeña parte de la factura, ya que el resto corre a cargo de los contribuyentes. Apretar el botón que les indican es muy trabajoso y entonces tienen sueldo y dietas, más la comida pagada, más un lugar de trabajo lujoso, más una cafetería exclusiva. Y el presidente tenía también la costumbre de hacer regalos a los diputados, con dinero público, por navidad. El regalo no consistía en una pastilla de turrón.
Ahora resulta que la austera presidenta dispone de dos coches oficiales y el resto de miembros de la Mesa también tiene coche oficial. Los doce coches oficiales son, todos ellos, más caros que el de Benach, que ya se ha vuelto atrás en su dispendio, o en parte de él.
No hace mucho, quienes esperan las ayudas de la ley de dependencia se manifestaron en la plaza de la Virgen, muy cerca de la Cortes Valencianas. Harán muy bien en confiar más en la Virgen de los Desamparados que en los diputados valencianos. Y lo mismo todos aquellos que temen no poder alimentar a sus hijos en los próximos tiempos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario